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LiteraturaBiografía

Negri, Ada (1870-1945).

Poetisa italiana, nacida en Lodi en 1870 y fallecida en Milán en 1945. Considerada como una de las voces más significativas de la lírica femenina italiana de finales del siglo XIX y comienzos de la siguiente centuria, dejó una interesante producción poética que, partiendo de una airada protesta contra la injusticia social, acaba cobrando un dulce acento de identificación con el dolor y la soledad que rodean al ser humano.

Vida.

Nacida en el seno de una familia de baja extracción social, dio muestras desde su niñez de poseer una viva inteligencia que habría de permitirle adquirir, a lo largo de toda su infancia y juventud, una brillante formación académica. Así las cosas, con tan sólo dieciocho años de edad comenzó a impartir clases en una escuela pública de Motta Visconti, actividad que supo compaginar con su ya asiduo cultivo de la creación poética. A pesar de su clara vocación docente, en 1892 abandonó las aulas para consagrarse de lleno a la escritura, pues el éxito cosechado tras la ruidosa aparición de su primer poemario le auguraba una segura trayectoria profesional por el sendero de la creación literaria.

Su fama, en efecto, se fue acrecentando a medida que iba dando a la imprenta nuevas entregas poéticas, por lo que pronto consiguió gran notoriedad en los círculos intelectuales italianos. A ello contribuyó también la constante aparición de su firma en los principales periódicos y revistas de su país, así como su admisión -ya en la última etapa de su vida- en la Academia Italiana.

Obra.

Su sonada irrupción en el panorama poético de su patria vino de la mano de Fatalità (Fatalidad, 1892), un valiente poemario en el que la presencia de formas estróficas tradicionales no ocultaba una poderosa carga revolucionaria, de clara inspiración humanitaria, que venía a clamar contra la pobreza y la opresión. Se trata de una poesía que, en su época, fue catalogada como socialista y feminista, dentro de una clara línea de rebeldía juvenil que Ada Negri prolongó en su siguiente entrega poética, titulada Tempeste (Tempestades, 1894), donde la condena de las injusticias sociales sigue ocupando el principal eje temático de todas las composiciones, al tiempo que se mantiene la frescura y agresividad de ese tono poético que causara tan hondo revuelo tras la publicación de la primera obra de la autora de Lodi.

Sin embargo, en los primeros años del siglo XX el espíritu violento de Ada Negri se atenuó considerablemente, dando paso a la expresión de unos sentimientos más íntimos en los que prevalece un tenue lamento ante el doloroso abandono al que se ve sometido el ser humano desde su llegada al mundo. Esta nueva línea temática se hace patente en los poemarios titulados Maternità (Maternidad, 1904), Dal profondo (Desde lo profundo, 1910) y Esilio (Exilio, 1914).

Posteriormente, el quehacer poético de Ada Negri entró en una fase de deslumbramiento ante el estilo impuesto por Gabriele D'Annunzio, cuya exquisita y refinada sensibilidad fue asimilada por la poetisa de Lodi para componer unos poemas íntimos que, de tan apegados a su propia peripecia vital, configuran poemarios cercanos al género diarístico. Así ocurre, v. gr., en Il libro di Mara (El libro de Mara, 1919), Finestre alte (Ventanas altas, 1923) e I canti dell'isola (Los cantos de la isla, 1924). Pero el rápido agotamiento de ese refinamiento dannunziano dio paso en la creación de Ada Negri a un nuevo recogimiento interior que, desde un enfoque estético mucho más sencillo y depurado, le sirvió para expresar su concepción cristiana de la vida. Ello se aprecia claramente en sus últimos volúmenes de poesía, entre los que resulta obligado recordar Vespertina (1930) e Il dono (El don, 1936).

En su faceta de prosista, Ada Negri cultivó también un estilo marcado por el lamento y la desolación, ahora causados por la evocación de una infancia triste y miserable, la descripción de espacios interiores donde se hace patente dicha pobreza, y, por encima de todo -al igual que ocurre en buena parte de sus versos-, la sombra de la soledad radical que se cierne sobre el ser humano. Entre estas obras en prosa, conviene recordar los títulos de Le solitarie (Las solitarias, 1917), Stella mattutina (Estrella matutina, 1921) y Sorelle (Hermanas, 1929).

Autor

  • JR.