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HistoriaEconomíaBiografía

Nècker, Jacques (1732-1804).

Economista, teórico y político francés, nacido en Ginebra en 1732 y fallecido en Coppet, cerca de Ginebra, el 9 de abril de 1804. Apenas se conoce cuál fue su formación en el universo de las finanzas, pero el hecho fue que apenas pasados diez años de su llegada a París, una serie de operaciones financieras realizadas entre 1763 y 1765 le permitieron abrir su propio banco en el año 1765. La relación que estableció con el gobierno merced a dicho apoyo financiero le permitió, siete años más tarde, abandonar el banco a sus sucesores y pasar a formar parte de la vida política francesa.

La política económica de Necker

Las principales fuentes para el estudio de la vida y, sobre todo, del pensamiento económico del estadista francés se encuentran en sus dos únicos ensayos publicados: Elogio de Colbert (1774) y Ensayo acerca de la legislación y del comercio de granos (1775). Esta última obra, que estaba dirigida como una crítica a la política de libre comercio del grano dirigida por el entonces ministro de finanzas francés, Turgot, es la que ofrece más características de su pensamiento económico y político. Revelándose más como un excelente administrador de patrimonios y un experto financiero, Nécker pronto tuvo ocasión de comprobar la corrección de sus ideas, puesto que fue el sustituto de Turgot en la dirección del Tesoro Real (1776) y, un año más tarde, como ministro de Finanzas, tras la caída de su predecesor.

El primer problema al que se enfrentó en su puesto ministerial fue al de subvencionar el ejército que combatía en las colonias británicas de Norteamérica contra Inglaterra. Como primera medida, lanzó una emisión de deuda pública y acometió una de las acciones más esperadas por los burgueses de Francia: la reforma de los presupuestos del Estado. Si bien la primera de las medidas funcionó, más por la solvencia monetaria de su propio banco que por la confianza que los franceses tenían en las finanzas reales, la segunda medida no acabó de concretarse, puesto que la creación de asambleas provinciales (1778-1780) chocó con la incomprensión de un grupo de miembros del parlamento, encabezados por el irascible Maurepas.

El enfrentamiento con los notables

La oposición entre el grupo de notables, parlamentarios y cortesanos a la política de Nècker siguió un camino de incremento constante. Por una parte, el ministro siempre tuvo claro que un Estado no podía financiar los gastos particulares de cientos de cortesanos y que el peligro de una levantamiento de las masas populares estaría siempre presente mientras no tuviera lugar una correcta distribución de las cargas impositivas. Sin embargo, ello significaba que toda la turba de dignidades palaciegas que vivían del Estado en el Palacio de Versalles debía cambiar de lugar, a la vez que los nobles del reino, que disponían de todas las fuentes de riqueza, estaban obligados a pagar impuestos. Aún así, Necker todavía pudo tomar dos de sus más arriesgadas decisiones: abolir la servidumbre personal en los territorios pertenecientes a la corona (1779) y suprimir la tortura como medio de coacción en los procesos (1781), medidas llevadas a la práctica gracias a que el alto de grado de popularidad del ministro entre el pueblo y, sobre todo, entre los burgueses adinerados que habían comprado deuda pública, hacía del ministro una persona intocable. Pese a la aparente firmeza de su posición, el 19 de mayo de 1781 fue obligado a dimitir de su cargo. La publicación, algunas semanas antes, de su polémico Informe al Rey, sobre la situación de las finanzas del Estado, fue la chispa que encendió los ataques de todo el estamento nobiliario y de los cortesanos de Versalles. Nècker, visiblemente enojado, decidió retirarse de la vida pública ante lo que consideraba una afrenta personal.

El estallido de la Revolución Francesa

Como es obvio, el grave estado de la finanzas francesas se agravó tras la destitución de Nécker. Cuando el rey Luis XVI declaró, el 16 de agosto de 1788, la bancarrota oficial del Estado, las miradas se dirigieron de nuevo al antiguo mandatario, retirado en su villa de Coppet. Así pues, el día 25 de agosto volvió a ser nombrado ministro, en parte por su valía real para hacer frente a la crisis económica y en parte porque su popularidad era la única razón del monarca capaz de acabar con los motines que, en París, se desataron tras la bancarrota. Sin embargo, la riada de acontecimientos que iban a provocar el estallido de lo que hoy conocemos como Revolución Francesa acabó atrapándole entre dos fuegos. Por un parte, la convocatoria de Estados Generales bajo su auspicio hizo concebir esperanzas al Tercer Estado de que había llegado la hora de proceder a las reformas; además, Nècker fue uno de los principales responsables de que se concediese al Tercer Estado la doble representación estamental y que todos los representantes deliberasen en común (medidas tomadas entre diciembre de 1788 y febrero de 1789). Pero no iba con el carácter de un banquero conservador acaudillar las revolucionarias propuestas de la burguesía, por lo que sus propias dudas al respecto y el manejo que la oposición de nobleza y clero hizo de sus concesiones al Tercer Estado, acabaron por presentarle, ante los ojos de Luis XVI, como el máximo responsable de las protestas populares. Los acontecimientos siguientes son de sobra conocidos: su destitución como ministro (11 de julio de 1789) hizo que las cotizaciones de las deuda pública perdiesen todo el valor. La crisis fue sucedida de la toma de la Bastilla (14 de julio de 1789) y la determinación, por parte del Tercer Estado, de acometer las reformas mediante la Asamblea Constituyente. Su carisma entre el pueblo hizo que fuera restituido en su cargo por dicha asamblea el 16 de julio, pero, definitivamente, el clima revolucionario no encontró en él un valedor comprometido con la causa. Así pues, renunció a su cargo en septiembre de 1790 y se retiró, de nuevo, a sus posesiones de Coppet, donde vivió alejado de los sangrientos sucesos franceses hasta el fin de sus días.

Bibliografía

  • GODECHOT, J. Los orígenes de la Revolución Francesa. (Madrid, Sarpe: 1985).

  • SOBOUL, A. La revolución francesa. (Madrid, Tecnos: 1979).

EDMC

Autor

  • Eva Mª De Miguel Ceballos