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HistoriaPolíticaBiografía

Muhammad III, el Ciego, sultán de Granada (1257-1314).

De verdadero nombre Abu Abd Allah Muhammad Ibn Muhammad II, tercer sultán nazarí de Granada (1302-1309), hijo de Muhammad II. Fue conocido por el sobrenombre de al-Majlu ('el depuesto'). Nació en Granada, en el año 1257, y murió en Almuñecar, localidad perteneciente a la actual provincia de Granada, en el año 1314, tras se derrocado por su hermano Nasr.

Muhammad III se rebeló como un destacado erudito y poeta (se conservan varios poemas suyos de bastante calidad literaria), rodeándose de hombres de ciencia, de filósofos y escritores, a los que favoreció espléndidamente. Por deseo suyo se construyó la Gran Mezquita de la Alhambra. En política exterior continuó las directrices impuestas por su padre consistentes en establecer alianzas y pactos con el estado más poderoso de turno, aunque fracasó estrepitosamente al dejar los principales asuntos del gobierno en manos del primero de la serie de grandes visires que tuvo la dinastía, Ibn al-Hakim de Ronda, a quien se debió la creación de la Cancillería de Granada. Aquejado de una salud frágil, según dicen las crónicas, perdió paulatinamente la vista a causa de sus prolongadas lecturas nocturnas a la luz de grandes cirios.

Nada más acceder al trono nazarí, Muhammad III prosiguió la política de incursiones en territorios castellanoleoneses tomando la ciudad de Bedmar, donde se apoderó de un cuantioso botín que repartió generosamente entre su milicia mercenaria magrebí y cogió varios prisioneros de gran categoría. Sin embargo, en el año 1303, estableció una tregua con el monarca castellanoleonés Fernando IV, por la que declaró a su reino vasallo de éste y se comprometió al pago de un fuerte tributo anual, lo que supuso la ruptura de las buenas relaciones con los benimerines de Marruecos. Tras someter la rebelión desencadenada por el gobernador de Guadix, Abu al-Hachach Ibn Nasr, en el año 1306 Muhammad III se apoderó de Ceuta logrando en los años posteriores extender el dominio nazarí sobre varios puertos y fortalezas próximas a la misma, aprovechándose de los graves disturbios internos y del vacío de poder en el reino benimerí como consecuencia de la muerte, en el año 1307, del emir Abu Yacub Yusuf. Estas conquistas fueron las únicas logradas por los sultanes nazaríes en tierras norteafricanas, pero duraron muy poco, ya que la reacción benimerí llegó con la subida al trono de Abu al-Rabi (1308-1310), emir que obligó al nazarí a firmar la paz y a abandonar las posesiones conquistadas.

La ruptura de las tradicionales relaciones de buena amistad establecidas entre Granada y la Corona de Aragón desde el sultanato de Muhammad I se rompieron por parte de Muhammad III, craso error político que acabaría pagando con el trono. Esta decisión obligó a Jaime II de Aragón a buscar una triple alianza con Castilla-León y los benimerines de Marruecos con miras a controlar, en un futuro, los territorios orientales del Estrecho de Gibraltar. Fernando IV y Jaime II firmaron en Alcalá de Henares, en diciembre del año 1308, un tratado secreto por el cual los aragoneses atacarían Almería dejando para los castellanoleoneses las plazas de Algeciras y Tarifa. Los rumores relativos a esta alianza desencadenaron una revuelta generalizada en todo el reino nazarí que Muhammad III fue incapaz de parar, a pesar de hacer un último y desesperado intento pactando con Fernando IV un tratado de no agresión en el que cedía al monarca cristiano las plazas de Tarifa, Cazalla y demás plazas secundarias, más la renovación del pago anual.

Impedido por la ceguera y retirado en su palacio de la Alhambra, en marzo del año 1309 se vio obligado a abdicar en favor de su hermano Nasr tras el triunfo de una conspiración armada que acabó con la vida del odiado visir Ibn al-Hakim. En un primer momento, Muhammad III fue confinado en uno de los muchos palacios de la capital, pero al final fue recluido en la ciudad de Almuñécar para mantenerle alejado del trono, donde permaneció fuertemente vigilado. En el año 1310, el sultán Nasr sufrió una grave enfermedad (posiblemente una severa apoplejía), hasta el punto de temerse por su vida. El consejo de notables nazarí barajó la posibilidad de reponer en el trono al depuesto Muhammad III, pero la pronta recuperación del sultán frustró los planes. Finalmente, en el año 1314, Muhammad III murió en su exilio de Almuñécar, posiblemente asesinado por orden de su sobrino y nuevo sultán Ismail I (1313-1325), temeroso de que éste pudiera regresar a Granada o fuera utilizado como baza política por alguna facción contraria a su poder para reclamar el trono. Como dato curioso y harto sintomático de la debilidad crónica que padecía la dinastía nazarí, Ismail I consiguió el trono nazarí tras ordenar a sus sicarios que asesinasen brutalmente a su también tío Nasr, en el año 1313.

Bibliografía

  • ARIÉ, Rachel: El reino nasrí de Granada. (Madrid: Ed. Mapfre. 1992).

  • LADERO QUESADA, Miguel Ángel: Granada: historia de un país islámico (1232-1571). (Madrid: Ed. Gredos. 1976).

  • SECO DE LUCENA, L: El libro de la Alhambra. Historia de los sultanes de Granada. (Madrid: Ed. Everest. 1975).

CHG

Autor

  • Carlos Herraiz García