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MedicinaBiografía

Morton, Samuel George (1799-1851).

Médico y antropólogo estadounidense, nacido en Filadelfia (Pensilvania) el 26 de enero de 1799 y fallecido en esa misma ciudad el 15 de mayo de 1851, que escribió Crania Americana, uno de los estudios de antropología más influyentes de todo el siglo XIX.

Hijo de George y Jane Cummings Morton, recibió sus primeros estudios en Quakers' Westtown School en Pensilvania y en la Friends' School en Burlington (New Jersey), dirigida por el matemático y astrónomo John Gummere. En 1800 se graduó en la Escuela Médica de la Universidad de Pensilvania, y prosiguió sus estudios de medicina en la Universidad de Edimburgo. Allí asistió a las conferencias de geología de Robert Jameson. En 1823 se doctoró en medicina con su tesis De corporis dolore y cuatro años más tarde contrajo matrimonio con Rebecca Peansall, con quien tuvo ocho hijos.

Los primeros trabajos médicos de Morton versaron sobre algunas enfermedades como las fiebres intermitentes o la tuberculosis pulmonar y fueron publicados a partir de 1826. Médico en el Amshouse en 1829, dio clases a partir de esa fecha en la Asociación para la Instrucción Médica de Filadelfia, y entre 1839 y 1843, impartió anatomía en el Departamento Médico del Colegio de Pensilvania. Preparó asimismo, en 1836, la edición americana de los Principios de Patología de Mackintosh, y en 1849 publicó An Illustrated System of Human Anatomy.

Pero Morton no sólo se interesó por los asuntos médicos, sino también por los que tenían que ver con geología, paleontología y antropología, por lo que se le reconoce como uno de los fundadores de estas disciplinas en los Estados Unidos. La mayor parte de estos trabajos los realizó Morton en la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia de la que era miembro desde 1829 y de la que llegó a ser presidente veinte años más tarde.

A partir de 1830, con la ayuda de naturalistas y aficionados, Morton comenzó a colectar cráneos humanos, llegando a poseer cerca de mil. Sus estudios sobre esos restos óseos le permitieron publicar en 1839 su famosa Crania Americana, donde brinda un buen número de datos sobre antropometría, clasificación, dibujos y otras diversas informaciones, que hicieron de esta obra cita obligada de los antropólogos del siglo XIX.

En su extenso ensayo introductorio, Morton afirmó incorrectamente que los indios americanos eran una raza separada, no descendientes de emigrantes de Asia, apoyándose en características físicas que veía como resultado de condiciones locales. Creía que los aborígenes americanos aunque presentaban diferentes características en cada región, eran en esencia de un mismo tipo para todo el continente, es decir, una sola raza distinta a las demás.

Esa "raza india" (véase Raza amerindia), desde un extremo al otro del continente, tenía para él una fisionomía tan constante y uniforme como la del negro. Así, aunque reconocía ciertas diferencias en cuanto al color de la piel y la estatura de los indios, éstas eran excepcionales, pues todos tenían el mismo tipo, es decir, poseían idénticos caracteres físicos fundamentales (pelo largo, liso y negro, ojos apagados, labios gruesos, nariz prominente y ancha, cabeza cuadrada y redonda, occipucio aplastado o vertical, prominentes carrillos, anchas órbitas y frente pequeña y retrocesa). En su opinión estas peculiaridades se encontraban más o menos con la misma extensión en todos ellos, no sólo en los cráneos modernos sino también en los antiguos -peruanos, mexicanos- y tribus salvajes actuales. Como puede observarse fácilmente, los rasgos físicos enumerados por Morton son muy superficiales para definir a todos los aborígenes americanos.

En cuanto a las cualidades morales de los indios, las consideraba primitivas, algunas de ellas innatas: como la crueldad, la maldad, la indolencia e indiferencia ante la propiedad particular; su inteligencia era infinitamente inferior a la de la llamada por él raza mongolesa (mongoloide), que, a su juicio, se hallaba muy por debajo de la blanca europea. La escasez intelectual de las tribus salvajes, que es lo general -opinaba Morton-, se contraponía con algunos oasis de naciones semicivilizadas, tales como la de los peruanos al sur, los mexicanos al norte y los muyscas de Bogotá, con grandes monumentos y construcciones. Como para él los progresos de la navegación eran una de las señales más evidentes de la civilización y por tanto de la inteligencia, basaba en este aspecto sus ideas discriminatorias al afirmar que los caucásicos mostraban un buen testimonio de ese alto desarrollo, mientras que los mongoleses y malayos carecían de inventos mecánicos que requerían conocimientos matemáticos, a la vez que eran incapaces de las combinaciones mentales indispensables para tener un conocimiento completo de la navegación. Por su parte opinaba con criterio discriminatorio sobre la inteligencia del negro que imitaba bien cuanto veía, adquiría pronto las cualidades de un buen marinero, pero pocas veces llegaba a mandar un buque y la historia nada decía de los progresos de esta raza en el arte de navegar.

Como puede colegirse, Morton confunde el nivel de desarrollo de estos grupos con el grado de inteligencia de sus componentes, al compararlos con los de los países civilizados. Asimismo, hace referencia a la influencia del clima como agente embrutecedor de indios y esquimales, destacando la superioridad de algunas tribus con respecto a otras en cuanto el grado de inteligencia, de acuerdo con las condiciones mesológicas; lo cual era bastante común entre algunos ideólogos ilustrados europeos. Morton también cree, como ellos, que el cerebro es más pequeño en los animales y en las razas humanas inferiores; estima al hombre blanco como rey de la creación, superior por su lenguaje, moral, inteligencia y religión, así como por instalar y mantener sus colonias en diversas partes del mundo.

Estas opiniones eran similares a las de George R. Gliddon, quien colectó un buen número de cráneos mientras fue cónsul de los Estados Unidos en el Cairo, y que sirvieron a Morton para la obra Crania Aegyptiaca (1844), donde Morton aclaró que los antiguos egipcios no eran negros e indicó que las razas eran de una gran antigüedad. La visión poligenista de Morton, se puso en evidencia en otro trabajo suyo "Hibridación en Animals" de 1847, donde erróneamente aseguraba que las distintas razas no eran fértiles entre sí, a pesar de las opiniones de muchos antropólogos y naturalistas defensores de la unidad de la especie humana. Sus ideas fueron apoyadas también por otro célebre defensor de la superioridad blanca, Josiah C. Nott. A su muerte, Morton preparaba al parecer una obra titulada Elements of Ethnologia.

Bibliografía

  • MEIGS, Ch. D. A Memoir of Samuel George Morton, M. D., Philadelphia, 1851.

  • MORTON, S. G. "Examen de las características distintivas de la raza aborigen de América", en Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País, Habana, 33, 10-15, 78-90, 114, 203-209, 1846.

  • PESET, J. L. Ciencia y marginación. Barcelona, grupo Editorial Grijalbo, 1983.

  • WOOD, G. B. "A Biographical Memoir of Samuel George Morton, M:D.", en Transactions of the College of the Physicians of Philadelphia, 1, 272-388, 1853.

Armando García González

Autor

  • 0212 AGG