Morales, José Pablo (1828-1882).
Periodista e intelectual puertorriqueño, nacido en Toa Alta en enero de 1828 y fallecido en la misma localidad el 22 de abril de 1882, considerado uno de los periodistas más insignes en la historia de Puerto Rico, fue una de las voces que con mayor vehemencia se hizo eco del descontento por la escasez de libertades y la deficiente administración de la isla por parte del Gobierno colonial español.
Criado en el seno de una familia acomodada, recibió una buena educación, aunque en gran parte fue autodidacto, y pese a no salir de la Isla, único modo en la época de adquirir una sólida formación superior, en 1850 obtuvo con facilidad el título de maestro. Tras ejercer la docencia en su pueblo natal y en la localidad de Naranjito, en 1860 logró una plaza en la administración local. A partir de 1865 comenzó a escribir artículos y ensayos publicados en los principales periódicos de la Isla, entre otros El Fomento de Puerto Rico, El Progreso y La España Radical.
Su clarividencia y brillantez pronto le llevaron a figurar entre la élite intelectual puertorriqueña que reclamaba del Gobierno español mayores libertades. En este sentido acogió favorablemente la revolución de 1868 y el consiguiente régimen democrático instaurado en Madrid; de esta época son famosas sus mordaces pero eruditas críticas contra sus enemigos políticos en el periódico satírico Don Simplicio, su apoyo al Partido Reformista desde las páginas de El Estado Federal, y un merecido prestigio como gran polemista. Sin embargo, la restauración borbónica de 1875 puso fin a la libertad de prensa y Morales se vio obligado a callar: su labor periodística se limitó entonces a la dirección de El Economista, publicación distante de cualquier veleidad política; también con este mismo talante surgió El Agente de Negocios, gacetilla fundada por Leoncio Goenaga y dirigida por Félix Padial y Vizcarrondo, pero que como principal redactor, Morales contribuyó pronto a convertirla en altavoz del movimiento liberal. Dentro de una línea política moderada, se mostró partidario de la conciliación de 1879 y contrario al proyecto autonomista preconizado por Baldorioty de Castro, por lo que acabó abandonando las filas del Partido Reformista y fundando su propio periódico, El Eco del Toa.
