Mora, Teresa (s. XIX).
Dramaturga y actriz hispano-cubana del siglo XIX, de la que, como ocurre con tantas otras mujeres relevantes de su época, sólo nos han llegado algunos datos referidos a la única obra suya que se conserva en nuestros días.
Al parecer, Teresa Mora ejerció el oficio de actriz en La Habana, donde llevó a cabo una brillante ejecutoria teatral que, andando el tiempo, llegó a permitirle abrir un teatro en la capital cubana. Se trataba de un local provisional, llamado Monte 260 y levantado en el puente del Chávez, que, a juzgar por las noticias que manejan los estudiosos del teatro colonial del siglo XIX, apenas ofreció espectáculos de interés durante su breve existencia. Se sabe también -merced a las aportaciones que Rine Leal ha vertido en su obra La selva oscura. De los bufos a la neocolonia. Historia del teatro cubano de 1868 a 1902 (La Habana: Arte y Literatura, 1982)- que dicho teatro provisional fue fundado en 1873, y que un año después, a pesar del escaso éxito de su programación, seguía funcionando bajo el nombre de Teatro Madrileño; ello ha inclinado a algunos estudiosos a conjeturar que tal vez Teresa Mora fuera natural de la capital de España, circunstancia que, hasta la fecha, no se ha podido documentar. Sí se ha probado, en fin, respecto a la biografía de esta autora hispano-cubana, que en 1885 ya había fallecido.
Teresa Mora escribió una pieza dramática que, estrenada en su propio teatro en 1873, ha llegado hasta nuestros días en un manuscrito fechado en La Habana en 1872, y conservado en la actualidad en el Institut del Teatre de Barcelona. De este manuscrito proceden las escasas noticias que tenemos acerca de la autora, así como el resto de los datos que nos permiten hacernos una idea de su trabajo como actriz y escritora. Al parecer, en ambas facetas Teresa Mora quedó incluida dentro de la corriente de los bufos, un género dramático propio del teatro cubano decimonónico.
La obra recogida en este manuscrito es una comedia escrita en prosa y compuesta de un solo acto, en la que, bajo el título de Apuros de un gallego, se presenta la típica situación amorosa plagada de conflictos y dificultades, pero finalmente resuelta de un modo que complace a todos los implicados. Matilde está empeñada en que su hija Rosa, de quince años de edad, siga jugando con muñecas, para que no responda así al amor que le muestra Pedro y continúe en la casa materna. Gracias a la colaboración de Faustino, un criado gallego que sirve en casa de Matilde, Pedro y Rosa conseguirán vencer la oposición de la madre y anunciar su enlace nupcial.
Bibliografía
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HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.) Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994). (Madrid: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1996).
JRF.
