Monvoisin, Raymond Auguste (1790-1870).
Pintor francés, nacido en Burdeos el 31 de mayo de 1790 y fallecido en Boulogne-sur-Seine el 26 de marzo de 1870, destacado retratista y creador de escenas costumbristas. Desarrolló gran parte de su carrera artística en Chile, donde su trabajo, influido por la estética del romanticismo europeo, adquirió mayor fama que en su propio país natal.
Nacido en el seno de una familia acomodada, Monvoisin inició la carrera militar en el cuerpo de Ingenieros del Ejército Imperial, pero la abandonó para consagrarse a su auténtica vocación: la pintura. Sus primeros estudios tuvieron lugar en la Escuela de Bellas Artes de Burdeos y en el taller de Pierre Lacour, y en 1815 se trasladó a París, donde fue alumno del maestro Pierre Guérin, en la Escuela de Bellas Artes de la capital francesa, al mismo tiempo que se ganaba la vida como profesor de dibujo. En 1821 viajó a Roma gracias a una beca; en esta ciudad ganó un concurso que le permitió establecerse durante cinco años, una época durante la cual conoció y contrajo matrimonio con Doménica Festa. Convertido ya en un pintor de cierto prestigio, regresó a Francia en 1826 y comenzó a recibir encargos de la Corte, tanto de personajes de la aristocracia como de la propia familia real, además de obtener varios premios en los Salones oficiales de París y ser condecorado en 1839 con la Legión de Honor. Diferencias de criterio artístico con los círculos oficiales academicistas de Francia influyeron en su decisión de trasladarse a Chile (1842), país al que llegó invitado por el diplomático Francisco J. Rosales con la misión de crear una Academia de Bellas Artes en Santiago, proyecto que finalmente Monvoisin no llevó a cabo. En la capital chilena ejerció la docencia en el colegio de Cabezón, realizó la primera exposición moderna de pintura en la Universidad de San Felipe (1843) y adquirió celebridad como el retratista favorito de las clases pudientes de Santiago, además de influir hondamente en el estilo de los pintores locales. Regresó a Francia en 1857, y aunque continuó pintando y participando en los salones oficiales, su fama decayó, falleciendo en un completo anonimato.
La obra de Monvoisin está profundamente influida por los principios estilísticos de su época, por una parte deudores de la corriente neoclásica que había dominado el arte europeo durante el siglo XVIII, y por otra, inmerso en pleno movimiento del romanticismo, la inclinación por nuevos temas de representación, en su caso los paisajes americanos y las escenas costumbristas, estas últimas cultivadas a partir de su estancia en Italia. No obstante, ha pasado a la historia como autor de retratos, género que cultivó preferentemente en su etapa chilena. Durante los trece años que residió en este país, recibió numerosos encargos la alta sociedad santiaguesa, deseosa de imitar a la europea, y para ello nada mejor que recurrir al pincel de un artista proveniente del Viejo Continente.
En realidad, los cuadros de Monvoisin no destacaron especialmente por su calidad, y mucho menos por aportar elementos pictóricos novedosos, sino que se limitaba a seguir los patrones del academicismo imperante en la época, caracterizado por una composición sobria, un uso convencional del color y el tratamiento escultórico de las formas, que tienden a resaltar el carácter solemne de las figuras. Entre sus retratos más destacados se encuentran el de Don Rafael Maroto y su nieta Doña Margarita Borgoño y el de Don Andrés Bello, autor del Códico Civil chileno; también fue autor del cuadro de temática histórica La abdicación de O´Higgins.
MAH
