Montalvo Fiallos, Juan (1832-1889).
Escritor ecuatoriano, nacido en Ambato el 13 de abril de 1832 y muerto, exiliado en París, en 1889. Es considerado como uno de los más grandes ensayistas del pensamiento romántico latinoamericano del siglo XIX y primer escritor de su país en su época. Su padre era un importante comerciante y hacendado nacido en Guano.
Realizó sus estudios en Quito, donde destacó por su memoria y su amor al silencio y a la soledad. Posteriormente estudió Filosofía y Jurisprudencia, aunque con poca vocación. Aficionado a las letras, comenzó a darse a conocer con sus colaboraciones en el periódico La Democracia que publicaba su hermano Francisco Javier. Hombre de profunda vocación al estudio, por su cuenta aprendió latín, griego, inglés, francés e italiano, para poder leer a los clásicos en sus lenguas originales. Después de pasar tres años en Europa (1857-1860), regresó a Ecuador donde publicó la revista de carácter político-literario El Cosmopolita, y sostuvo duras polémicas con personajes como Juan León Mera y otros. Publicó, con este motivo, folletos como El precursor del Cosmopolita, El masonismo negro y Bailar sobre las ruinas.
Combatió enérgicamente el gobierno de García Moreno, por lo cual, al asumir éste de nuevo el poder en 1869, Montalvo tuvo que huir del país, asilándose en Colombia y luego en Panamá, donde conoció a Eloy Alfaro. Con la ayuda de éste, viajó a Francia y luego al Perú, con el fin de encontrarse con los exiliados ecuatorianos en aquel país. A fines de 1870 lo encontramos de nuevo refugiado en Ipiales (Colombia), donde, basándose casi exclusivamente en su memoria, escribió Los siete tratados y Los capítulos que se le olvidaron a Cervantes. En 1874 publicó en Panamá La dictadura perpetua, en la que incitaba a la eliminación del dictador; por eso, cuando se enteró del asesinato del presidente, exclamó satisfecho: "Mi pluma lo mató".
Regresado a Ecuador en 1876, se alió con Eloy Alfaro contra el gobierno de Veintemilla pero, hecho prisionero, fue de nuevo desterrado a Panamá, donde escribió Las leyes de García Moreno y la reforma, y desde donde siguió sacando varios números del periódico El Regenerador. Electo Diputado por Esmeraldas, no quiso acudir a las Cámaras pues sabía que nada podría conseguir ante la aplastante mayoría de los "gobernistas"; sin embargo, siguió fustigando a sus enemigos con escritos como Los desterrados de Veintemilla y el Regenerador, La nueva invasión y La peor de las revoluciones.
Residente en París desde 1881, en julio de 1883 viajó a España, donde ya era muy conocido y gozaba de la amistad de personalidades como Emilia Pardo Bazán y Emilio Castelar. Propuesto por un buen número de literatos para la Academia de la Lengua, fue rechazado por sus ideas políticas. Esto le dio motivo para escribir El vejestorio ridículo, contra el secretario de aquella institución. Pasó los últimos años de su vida en París, como colaborador de El Fígaro y director de la revista bimensual Europa y América. En esta ciudad le sorprendió la muerte el 17 de enero de 1889. La colonia ecuatoriana pagó sus funerales y, años más tarde, sus restos fueron trasladados a Ambato.
La vida y obra de Montalvo se convirtió en paradigma de la rebelión contra el despotismo, la tiranía y la corrupción. Tuvo un pensamiento hondo y trascendente. Fundó la Sociedad Republicana, respaldó la Internacional Socialista y la idea de la soberanía del pueblo, y provocó las más acérrimas reacciones del clero y del fanatismo religioso.
Cultivó todos los géneros literarios y destacó, sobre todo, como estilista y genial panfletista, por su erudición clásica y belleza en la forma literaria. Otras de sus obras más importantes son: Los Siete Tratados (1883); al ser prohibida esta obra por el Arzobispo de Quito, escribió Mercurial eclesiástica (1884, contra el mismo arzobispo); El último de los tiranos, El bárbaro de América en los pueblos civilizados de Europa (1872), Las Catilinarias, Los grillos perpetuos (1879), El sur de Colombia (1879) y muchos otros folletos.
