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DeportesBiografía

Monroe, Earl "The Pearl" (1944-VVVV).

Jugador de baloncesto estadounidense nacido el 21 de noviembre de 1944 en Philadelphia. Excelente en el juego individual de ataque, sus movimientos con el balón en las manos han pasado a la historia de este deporte. Formó parte del la genial plantilla de jugadores que convirtió a los New York Knicks en el mejor equipo de la NBA a inicios de la década de los 70. Se retiró en 1980 a la edad de 36 años tras haber conseguido, en 1973, el ansiado anillo que corona a los campeones de la liga profesional americana.

Earl Monroe es el ejemplo viviente del sueño americano hecho realidad. De orígenes humildes, pues se crió en un barrio conflictivo, su amor por el deporte siendo adolescente le llevó a practicar fútbol (europeo) y béisbol, pero su gran altura (1,88 metros a los catorce años) fue determinante para decidirse por el baloncesto. Inicialmente, en su etapa escolar, ocupó la posición de pívot pero fue evolucionando hasta la de base, que ya no abandonaría. La perla, apodo con que fue bautizado por un periodista aprovechando la similitud fonética con su apellido (Earl-pearl), es un producto genuino de las enseñanzas adquiridas en los famosos playground americanos (improvisadas competiciones en canchas callejeras que siempre han sido caldo de cultivo de futuras estrellas de la NBA).

La extraordinaria capacidad anotadora de Monroe ya se hizo patente en su etapa como jugador del Winston-Salem, equipo universitario que competía en la NAIA, donde deslumbró con promedios fantásticos, que en ocasiones superaban los 50 puntos. El caudal creativo de Monroe en ataque era inagotable y allí forjaría alguno de sus innovadores movimientos, como sus reversos de 360 grados. La perla era prácticamente imparable, especialmente en situaciones de uno contra uno, donde sus increíbles fundamentos se hacían aún más evidentes.

En 1967 hizo su debut en la NBA, en las filas del Baltimore Bullets, y no defraudó a nadie: promedió casi 25 puntos por partido y fue elegido novato (rookie) del año. Con él en la plantilla los Bullets alcanzaron los play-off de la liga (fase eliminatoria de la NBA), y se convirtieron en un equipo respetado. En 1972 se incorporó a los New York Nicks, un equipo lleno de estrellas como Walt Frazier, Willis Reed o Bill Bradley y dirigido por el genial Red Holzman. La incertidumbre sobre la supuesta incompatibilidad de un jugador tan individualista como Monroe en un equipo que practicaba un juego controlado y colectivo se resolvió en su segundo año, ya que los Knicks se alzaron con el título de la NBA. Fue la cima profesional de un talento natural, una auténtica máquina del baloncesto que era capaz de anotar en cualquier circunstancia y posición por forzada que fuera. Su palmarés también incluye cuatro apariciones en el partido de las estrellas (all star game) y la merecida inclusión, en 1989, en el Salón de la Fama del baloncesto situado en Springfield.

Autor

  • José Antonio Casla Hidalgo