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PinturaBiografíaFotografía

Moholy-Nagy, László (1895-1946).

Fotógrafo húngaro nacido en Bácsborsard (Hungría meridional) y muerto en Chicago (EE.UU) en 1946.

Vida

Considerado como uno de los más innovadores y pionero en algunos aspectos de la fotografía de los años veinte, Moholy-Nagy no se consideraba a sí mismo fotógrafo sino pintor. Inició su formación estudiando derecho, pero su carrera de jurista se vio interrumpida por el estallido de la Primera Guerra Mundial, enrolándose en el ejército austro-húngaro. Durante un corto periodo en un hospital militar, en 1915, Moholy realizó sus primeros dibujos para, después de la guerra, dedicarse por completo al arte, abandonando los estudios de derecho.

Hacía 1920 se instaló en Berlín y tomó contacto con los dadaístas y constructivistas del círculo “Sturm”. Allí conoció también a Lucia Schulz con la que contrajo matrimonio y realizó interesantes experimentos fotográficos, especialmente sus “fotogramas”, cuyos primeros ejemplares son de 1922.

El fotograma era la expresión suprema de un estado mental. Tomados por el sistema de disponer directamente los objetos sobre el papel fotosensible, los fotogramas se volvieron algo así como objetos de culto, imágenes sagradas para los primitivistas tecnológicos, en primer lugar porque se producían casi enteramente por medios físicos y químicos y, en segundo lugar, porque inducían a la naturaleza a transmutar su propio aspecto. ¡Metamorfosis instantánea!, gritaban los surrealistas. Los fotogramas eran compatibles con la Bauhaus y, concretamente con el pensamiento de Moholy, sobre “un nuevo contrapunto espacial”, un concepto de la composición del espacio que tendía a las superposiciones e interpenetraciones formales. Su propio autor los consideraba “pinturas objetivas de luz”, productoras de un nuevo espacio pictórico o visual.

En 1923, Moholy-Nagy ingresó en la Bauhaus de Weimar, haciéndose cargo del taller de trabajos en metal para después pasar a dirigir el curso preparatorio, cuando su colega, Johannes Itten, decidió abandonar el movimiento. De este modo, el húngaro pasó a ser el representante por excelencia de la fotografía Bauhaus, publicando en 1925 Pintura, Fotografía, Film, una de las obras teóricas más importantes del movimiento ya que fue el primer texto sobre fotografía que publicó la Bauhaus. En esta obra, Moholy-Nagy siente la necesidad de esclarecer las relaciones entre pintura y fotografía y establecer los límites entre ambas formas artísticas: si la pintura es para él un medio para dar forma al color, la fotografía es un instrumento para la investigación y la exposición de la luz. Ahora bien, la fotografía no es sólo un medio sino una nueva materia artística.

La cámara fotográfica se convertía de esta mera en el medio más importante de producción o plasmación de este tipo de imágenes. En forma de diseño tipográfico, como visualización de escenas teatrales y fílmicas y también en tanto que pura formulación de ideas o intenciones, la fotografía era influencia importante. Moholy encomiaba las virtudes del aerógrafo y de la cámara fotográfica y, como sus contemporáneos rusos y holandeses, declaraba que la superficie pintada, el toque personal, vestigios para él de vanidad artística, debieran quedar relegados a un segundo término, si no eliminados por completo, en las obras de diseño creativo.

Acuñó el concepto de “fotoplástica” determinante en su obra, sobre todo en los fotomontajes: "… se trata del acoplamiento de diversas fotografías, de una (…) tentativa metódica de representación simultánea: superposición de juegos de palabras y visuales; una fusión extraña e inquietante, a nivel imaginario, de los procedimientos imitativos más realistas. Pero ellos pueden al mismo tiempo narrar algo, ser sólidos y concretos, más veraces que la vida misma”.

Se observa cómo Moholy, además de una interesante obra artística, dejó una importante obra teórica que reflejó su constante preocupación para lograr que se reconociera a la fotografía la condición de auténtico medio de expresión artístico.

Tras el traslado de la Bauhaus de Weimar a Dessau, en 1926, Moholy enseñó allí durante dos años, momento en que se trasladó a Berlín. En 1929 formó parte del montaje de la célebre exposición del Deutsche Werkbund, Film y fotografía (FIFO) en Stuttgart, donde se presentaba con una colección de 97 fotografías, entre fotoplásticas y fotogramas. En 1934 marchó a Amsterdam y de allí pasó a establecerse en Londres para, tres años más tarde, vivir en Chicago donde ejerció el cargo de director de una escuela de diseño de la Asociación de Artes e Industria a la que denominó “Nueva Bauhaus”. Tras cerrar esta institución, montó su propia escuela de diseño en colaboración con otros artistas americanos.

Las fotografías de Moholy-Nagy se caracterizan por lo extraño de sus puntos de vista, siempre con intención connotadora: los Balcones de la Bauhaus muestran un profundo contrapicado donde la figura humana parece abalanzarse sobre el espectador. Las texturas, sin embargo, cobran fuerza en sus fotomontajes, una profunda reflexión sobre la época que le tocó vivir: el espacio en perspectiva desaparece, recreando uno infinito ante el ojo del observador. Espacios limpios, donde las figuras emergen recortadas en un entorno inexistente creado directamente con luz.

El espíritu rupturista impregnó toda su obra pero, sobre todo, sus fotogramas, universos de ensoñación, donde las formas libran tremenda batalla con las estructuras, donde la “Rotación en espiral del espacio”, es un inmenso fondo negro con un círculo blanco y dos personajes flotando en un espacio inventado. Decididamente, la fotografía ha abandonado su necesidad de captar una realidad “real” para captar una realidad “intelectual”, la de Moholy-Nagy.

Bibliografía

  • Sougez, Marie-Loup: Historia de la fotografía. Madrid. Cátedra. 1985. 2ª edición.

Autor

  • M.E.