Mishima Yukio (1925-1970)
Narrador japonés, cuyo auténtico nombre es Hiraoka Kimitake, si bien es más conocido por su seudónimo literario de "Yukio Mishima", nacido en Tokio en 1925 y muerto en su ciudad natal en 1970.
Perteneciente a una noble familia samurái, se dedicó a las letras desde que era muy joven. Con tan sólo trece años de edad publicó su primer cuento; a los dieciséis, cuando entró en la Universidad Imperial de Tokio, dio a la imprenta un volumen de relatos. Su primera novela extensa, Confesiones de una máscara (1949), llevó su nombre a oídos del lector occidental. Después publicaría un gran número de novelas, entre las que destacan El color prohibido (1951), La muerte de la mitad del verano (1953), La voz de la onda (1954), El pabellón de oro (1956), Patriotismo (1960), El sabor de la gloria (1963), Sed de amor (1964), Nieve de primavera (1966) Caballos desbocados (1968) y El templo de la aurora (1970). También escribió treinta y siete obras de teatro no. En 2005 pudo al fin recuperarse la copia original de la película Yudoku (Patriotismo), que rodó y protagonizó en 1966; se trata de un cortometraje de treinta minutos, donde Mishima ensalza el código de honor japonés.
Mishima, considerado el mejor representante de la "escuela de literatura moderna" que se impuso en Japón durante la segunda mitad del siglo XX, fue un autor preocupado siempre por un afán esteticista, cuyos temas ponían de relieve la belleza, el erotismo, la violencia y la muerte. Su inclinación hacia la extrema derecha nacionalista le impulsó a fundar una especie de grupo paramilitar, formado por jóvenes seguidores que, sin esgrimir arma alguna, protestaba por la desmilitarización de su país y por la pérdida de los valores tradicionales que habían quedado relegados al olvido tras la Segunda Guerra Mundial. La culminación del espíritu autodestructivo que le animaba desembocó en la ocupación, por parte de la "Asociación de los Escudos" que dirigía Mishima, del estado mayor del ejército nipón, en donde el escritor extremó su protesta radical hasta llegar a suicidarse allí mismo mediante el tradicional harakiri.
