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LiteraturaPeriodismoBiografía

Meneses, Guillermo (1911-1978).

Narrador, dramaturgo, ensayista, periodista y crítico de arte venezolano nacido en Caracas el 15 de diciembre de 1911 y fallecido en su ciudad natal el 29 de diciembre de 1978.

Además de haber pasado a la historia de la literatura hispanoamericana como uno de los grandes renovadores de la narrativa venezolana de la segunda mitad del s. XX por la extensión y profundidad de sus saberes, encarnó además en su persona la figura del humanista comprometido con las reformas sociales, políticas y culturales de su nación.

Tras cursar sus estudios primarios y secundarios en el Instituto San Pablo y en el Instituto San Ignacio de Loyola (respectivamente), comenzó a sentir unas encendidas inquietudes políticas que, en 1928, le llevaron a identificarse con los líderes de una revuelta estudiantil. Detenido por ello, sufrió prisión en uno de los campos de trabajo que proliferaron en Venezuela durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, desde donde fue trasladado al castillo de Puerto Cabello en 1929. Abandonó la prisión el 19 de noviembre de dicho año, y sólo unos meses después irrumpió con fuerza en el ámbito literario venezolano con dos relatos publicados en la revista Elite: "Juan del cine" y "Elogio de la velocidad" (1930).

Cuatro años más tarde volvió a los anaqueles de las librerías con dos narraciones breves que confirmaron la buena impresión causada por esos dos relatos anteriores. La primera de ellas, titulada La balandra Isabel llegó esta tarde (1934), publicada por la Asociación Venezolana de Escritores Venezolanos, ratificaba su inicial adscripción a la corriente realista que entonces dominaba en su entorno, aunque ya presentaba ciertos ingredientes fantásticos que permiten considerarla como un precedente del posterior realismo mágico; en la segunda de estas narraciones, Canción de negros (1934), mostraba idénticas técnicas narrativas, ahora aplicadas al que habría de convertirse en uno de los temas más frecuentados por su pluma: la vida de los hombres de color sudamericanos.

Tras obtener su licenciatura en Derecho en 1936, colaboró con el sector político abanderado por Rómulo Betancourt, y al poco tiempo fue nombrado Juez de Primera Instancia en el Juzgado de lo Penal de Barcelona (Venezuela). Fue, asimismo, Procurador General del estado de Miranda, Fiscal del Ministerio Público y Relator de la Corte Suprema en Guárico y Juez de Primera Instancia de lo Penal en Anzoátegui. En 1938, cuando codirigía junto a Juan Liscano la revista Cubagua, perdió gran parte de los suscriptores por la publicación de su cuento Borrachera, cuya lectura ofendió a muchos de ellos. Lejos de desanimarse por ello, aquel mismo año de 1938 dio a la imprenta una nueva aproximación a la narrativa breve titulada Tres cuentos venezolanos, y sorprendió otra vez a la crítica especializada con la novela Campeones, que se hizo acreedora al premio de narrativa otorgado por la revista Elite. Publicada un año más tarde, Campeones quedó constreñida a ese realismo con toques mágicos que caracteriza la primera etapa de la producción literaria de Guillermo Meneses, etapa que aún comprenderá la siguiente entrega narrativa del autor, aparecida en 1942 bajo el título de El mestizo José Vargas. Aquel mismo año contrajo nupcias con Sofía Imbert.

Hacia 1941 comenzó a colaborar con la Revista Nacional de Cultura, desde 1945 en el periódico El Nacional y en 1946 en la publicación bogotana Revista de América. Entretanto, Meneses había vuelto a la actividad política, ahora cerca del partido que apoyaba al presidente Isaías Medina Angarita (PDV). El grueso de sus ideas políticas quedó expresado en las columnas que publicaba periódicamente en los diarios Ahora y en el citado El Nacional, en las que arremetió varias veces contra los sectores más reaccionarios del país, a los que ahora identificaba Meneses dentro de las filas de Rómulo Betancourty Eleazar López Contreras.

En 1944, Guillermo Meneses realizó una incursión en el género dramático de la mano de su obra El marido de Nieves Mármol, que fue estrenada con el beneplácito de críticos y espectadores. Un año después, a raíz del golpe de estado que derrocó a Medina Angarita, el escritor se autoexilió en Bogotá (Colombia), donde asumió el cargo de Jefe de Redacción de la revista Sábado. Posteriormente regresó a su país para trabajar en una compañía publicitaria (ARS), hasta que en 1948, cuando era escribiente supernumerario del Ministerio de Relaciones Exteriores, fue designado Segundo Secretario de la Embajada de Venezuela cerca de París; este mismo año publicó La mujer, el as de oros y la luna.

En la capital gala, Guillermo Meneses trabó contacto con el grupo de Los Disidentes, constituido por escritores y artistas plásticos aunados en el afán de integrar en la cultura hispanoamericana las últimas corrientes estéticas europeas. Por aquel tiempo, su obra de ficción comenzó a experimentar un brusco giro en relación con los postulados realistas de su primera etapa, para ensayar nuevos planteamientos estructurales y otras posibilidades lingüísticas que había puesto de manifiesto la narrativa europea de posguerra. Así, en 1951 se alzó con el premio de cuentos "El Nacional", gracias a un relato (La mano junto al muro) que inauguraba esta segunda etapa en su obra, caracterizada -además de los rasgos formales ya apuntados- por una mirada introspectiva en constante indagación sobre la propia conciencia.

En esta línea, en 1953 dio a la imprenta la que tal vez sea su mejor novela, El falso cuaderno de Narciso Espejo, obra galardonada con el premio Arístides Rojas. Considerada, junto con el relato La mano junto al muro, como una de las piezas claves en el desarrollo de la prosa de ficción hispanoamericana, esta novela fue saludada por la crítica contemporánea como "el primer gran libro en la narrativa venezolana donde se plantea al lector el problema de la lectura en términos modernos" (Francisco Rivera).

Desde 1954 colabora con el papel literario del periódico El Nacional y fue Director de la revista Elite. A partir de entonces, Guillermo Meneses se convirtió en una de las figuras consagradas de la literatura de su país, idolatrado por numerosos escritores jóvenes que veían en la nueva orientación de su obra una sólida réplica a los planteamientos estéticos -ya un tanto desfasados- de Rómulo Gallegos. Desde este unánime reconocimiento intelectual, asumió la dirección de la sección cultural de La Esfera (1959) y de la revista CAL, y dio a los tórculos un nuevo libro, La misa de Arlequín, que fue distinguido con el Premio Municipal de Prosa de 1962. Tres años después fue nombrado Cronista Oficial de Caracas (1965), título que ostentaba cuando recopiló y publicó sus trabajos ensayísticos bajo el título de Ensayos y disfraces (1967), firmados bajo el pseudónimo de "Juan de Caracas" y "José de las Gradillas". Aquel mismo año fue reconocido con el Premio Nacional de Literatura y la Orden de la Ciudad de Caracas.

Cuatro años después de su muerte apareció un volumen que recopilaba sus lúcidos y variados puntos de vista como crítico de arte (El arte, la razón y otras menudencias, de 1982).

Bibliografía

  • MACHADO, Arlette. Asedio a Guillermo Meneses (Caracas: Monte Ávila Ed., 1982).

  • RIVERA, Francisco. Inscripciones (Caracas: Fundarte, 1981).

J.R. Fernández de Cano.

Autor

  • JR.