Mendoza y Bobadilla, Francisco de (1508-1566).
Religioso español nacido en Cuenca el 25 de septiembre de 1508 y muerto en Arcos de Llanera (Burgos) el 28 de noviembre de 1566. Su cuerpo fue sepultado en la catedral de Cuenca, ciudad de la que fue obispo.
Era hijo de Diego Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, uno de los miembros más significativos de la nobleza castellana de la época y perteneciente a uno de los linajes más poderosos del reino. Francisco Mendoza y Bobadilla realizó estudios universitarios en las dos universidades más prestigiosas de aquel momento tanto los territorios de la monarquía hispánica como de Europa, lo que equivalía a decir del mundo. Así, estudió Letras en la universidad de Alcalá de Henares y los completó con sus estudios de Derecho en la universidad de Salamanca, centro este último donde fue posible que conociese a Francisco de Vitoria. En 1527 inició en Salamanca una sólida amistad con Ignacio de Loyola. Dicha relación de amistad hizo que durante toda su vida favoreciese siempre que pudo a los intereses de la Compañía de Jesús, los jesuitas.
Respecto a su vida eclesiástica, fue nombrado archidiácono de la diócesis de Toledo y más tarde, ya en 1535, obispo de la diócesis de Coria, en Cáceres. En 1537 participó en un sínodo de la Iglesia en el que se dio pie a una serie de medidas que más tarde fueron impuestas en el Concilio de Trento y por ello en la reforma de la Iglesia Católica tras la reforma protestante. El emperador Carlos V le envió a Roma. En esta ciudad permaneció mucho tiempo, hasta 1557. Aquí se ocupó con gran afan en la protección de los intereses de la monarquía hispánica, tanto en los cónclaves como durante la realización de las sesiones del Concilio de Trento. El papa Paulo III le nombró cardenal y más tarde le concedió el obispado de la diócesis de Burgos.
Cuando regresó a España en 1557 ocupó la sede burgalesa. En ella se dedicó tanto al embelleciendo de su catedral como a la aplicación de los preceptos que habían surgido de las sesiones del Concilio de Trento. Por ello fundó el primer seminario tridentino, al que también dotó de una espléndida y excelente biblioteca. Respecto a su labor intelectual, Francisco Mendoza y Bobadilla fue uno de los más distinguidos representante del humanismo español de su época, lo que le permitió vivir directamente tanto el ambiente y las tendencias del renacimiento italiano, como de la reforma. Era unos de los personajes hispanos por los que Erasmo de Rótterdam sintió gran estima, mientras que el humanista valenciano Luis Vives le dedicó su obra De Ratione Vivendi. En su labor propia, demostró a lo largo de su vida una gran afinidad por Santo Tomás, así como gran conocimiento de su obra, pero no solo de él, sino que también de los grandes escolásticos. Una de sus pasiones, la bibliográfica, le llevó durante su vida y esto hizo que recopilase una gran cantidad de códices antiguos, obras que formaron una colección que más tarde integraron parte de los fondos de la Biblioteca Nacional de Madrid.
En el plano del pensamiento teológico, desarrolló y defendió con gran vehemencia y pasión un ideario que preconizaba la defensa de la Eucaristía. Según él, una vez que el Cuerpo de Cristo era recibido por el creyente, se producía en su interior dos uniones. Por una lado una de naturaleza espiritual, que era común a todos los sacramentos. Por el otro, una de carácter natural o real, según la cual el cuerpo físico del receptor de la comunión quedaba impregnado de las propiedades de la naturaleza metafísica de Jesucristo. Según esto, se creaba una especie de cristificación de los creyentes que recibían la eucaristía. Esto creaba entre todos los receptores de la eucaristía una unión invisible que propiciaba la resurrección al final de los tiempos, tras la celebración del Juicio Final, y por lo tanto su unión con Dios. Este pensamiento quedó en reflejado en obras como De naturali cum Christo úntate, quam per dignam eucharistiae sumptionem fideles consequuntur.
Bibliografía
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VOLPICELLA, A., Il cardenal Francesco Mendoza y Bobadilla e il suo trattato inedito “De naturalli úntate cum Christo”: (1508-1566). Roma, Universidad pontificia gregoriana, 1946.
MFD
