Sebastião José de Carvalho e Melo (1699–1782): El Marqués de Pombal y su Reformismo Visionario en Portugal

Orígenes y primeros años de Sebastião José de Carvalho e Melo

Contexto familiar y primeros años

Sebastião José de Carvalho e Melo nació el 13 de mayo de 1699 en la ciudad de Lisboa, Portugal, en una familia de baja nobleza que se encontraba en una situación económica complicada. Su padre, un capitán de artillería, pertenecía a la nobleza empobrecida, y su madre, Teresa Luísa de Morais, provenía de una familia de similar estatus. A pesar de las dificultades económicas, su ascendencia le brindó acceso a una educación privilegiada en comparación con otros niños de su tiempo.

Desde su niñez, Carvalho e Melo mostró aptitudes para los estudios y un notable interés por el conocimiento. Si bien comenzó su vida profesional en el ejército, el joven Sebastião pronto abandonó la carrera militar para dedicarse a la universidad. Durante su juventud, decidió estudiar Historia y Derecho, campos que le ayudarían a construir su futura carrera política y diplomática. Esta decisión fue el inicio de su vida intelectual, que eventualmente lo llevaría a la corte portuguesa y, más tarde, al control absoluto del gobierno del país.

Ingreso al ejército y cambio de carrera

A una edad temprana, Carvalho e Melo ingresó al ejército portugués, donde obtuvo su primer entrenamiento formal en la disciplina militar. No obstante, tras un breve tiempo en el servicio, abandonó esta carrera para ingresar en la Universidad de Coímbra, uno de los centros educativos más prestigiosos de Portugal. En este lugar, comenzó a formarse no solo académicamente, sino también políticamente, al involucrarse en los círculos intelectuales que frecuentaban la corte y las instituciones gubernamentales.

Esta decisión de cambiar de rumbo de la carrera militar a la académica sería crucial en la construcción de su futuro. Al estudiar Historia y Derecho, adquirió una sólida base de conocimientos que le permitió comprender mejor la complejidad de la política portuguesa y las dinámicas de poder dentro de la corte.

Matrimonio y escándalo social

Uno de los momentos más controvertidos de la vida temprana de Carvalho e Melo fue su matrimonio con Teresa María de Noronha, una viuda de diez años mayor que él, perteneciente a una de las familias más poderosas de Portugal, los Noronha. El escándalo social que generó este matrimonio estuvo marcado por las diferencias de edad y la percepción de que Carvalho e Melo estaba buscando una conexión estratégica para avanzar en su carrera.

Este matrimonio atrajo la atención tanto de la corte como de la sociedad portuguesa, y, aunque fue considerado inapropiado por muchos, resultó ser un paso significativo en su ascenso social. A través de su esposa, Carvalho e Melo consiguió acceso a las altas esferas sociales y políticas del país, lo que le permitió empezar a hacer contactos influyentes que le serían útiles en su futura carrera.

Carrera académica y primeros pasos en la corte

Gracias a su vínculo familiar y a su creciente influencia en la corte, Carvalho e Melo se unió a la Real Academia de la Historia Portuguesa en 1733, un honor que le permitió acercarse aún más a los círculos intelectuales y políticos. Durante este tiempo, se le encargó escribir la historia de algunos monarcas portugueses, un trabajo que le permitió consolidar su reputación como historiador y pensador. Este encargo lo impulsó a continuar su carrera dentro de la corte, donde se convirtió en un miembro clave de la élite gobernante.

Fue a través de su tío, Paulo de Carvalho, que se introdujo de manera más directa en la corte portuguesa. El apoyo de su tío le permitió asegurar una posición más influyente dentro del círculo del poder y empezar a forjar una carrera que culminaría con el control absoluto del gobierno de Portugal en el reinado de José I.

Primeros pasos en la diplomacia portuguesa

Fracaso en el Consejo de Hacienda

A pesar de su ascendente carrera, no todo fue fácil para Carvalho e Melo. En 1738, intentó formar parte del Consejo de Hacienda, el órgano encargado de gestionar los recursos financieros del reino, pero su intento fue un fracaso rotundo. El rey Juan V lo rechazó explícitamente, lo que lo obligó a redirigir su atención hacia otros caminos dentro de la política portuguesa.

Este fracaso no detuvo su impulso, ya que, al poco tiempo, recibió una importante misión diplomática del monarca: representaría a Portugal como embajador en Londres. Aunque no logró frenar las agresiones de la marina británica contra las aguas portuguesas durante la Guerra de Sucesión de Austria, su labor diplomática en Londres le permitió ganar experiencia en relaciones internacionales y crear una red de contactos que más tarde le sería útil cuando alcanzara el poder en Portugal.

Embajador en Londres y Viena

En 1739, fue nombrado embajador en Londres, donde se mantuvo durante cinco años. Su misión era supervisar la política de la corte inglesa y fortalecer las relaciones diplomáticas entre ambos países. Durante este período, Carvalho e Melo se dio cuenta de la complejidad de las relaciones internacionales, especialmente en un momento tan convulso como la Guerra de Sucesión de Austria, que involucraba a gran parte de Europa.

Su tiempo en Londres también le permitió conocer de cerca el poder de la diplomacia británica, que más tarde influiría en sus propias políticas cuando alcanzara el gobierno. En 1744, fue trasladado a Viena, donde su misión era lograr un acercamiento entre la corte de Austria y el Vaticano. Sin embargo, esta misión resultó problemática, ya que su participación en un acuerdo entre Francia, España y Austria no fue bien vista por el rey Juan V. Como consecuencia, fue llamado de regreso a Lisboa en 1749, un evento que marcó el final de su etapa diplomática en el extranjero.

Conflictos diplomáticos y regreso a Lisboa

El regreso de Carvalho e Melo a Lisboa coincidió con un momento de creciente tensión política en Portugal. Durante su ausencia, los problemas internos del reino, como la crisis económica derivada de la disminución de las exportaciones de oro, agravaron el malestar popular hacia el monarca. La situación en la corte también era volátil, con facciones opuestas luchando por el control del poder. Carvalho e Melo, al regresar a Lisboa, se alió con los opositores del rey, lo que lo colocó en una posición aún más conflictiva dentro del círculo gobernante.

Este periodo de descontento y tensión sentó las bases para su futuro ascenso al poder. A pesar de los obstáculos y las dificultades, Carvalho e Melo no dejó de buscar oportunidades para consolidar su influencia. Su habilidad para navegar entre los intereses contrapuestos de la corte y su creciente experiencia diplomática lo colocaron en una excelente posición para los eventos que se avecinaban.

El ascenso al poder: Secretario de Estado bajo José I

El terremoto de 1755 y la oportunidad política

El 1 de noviembre de 1755, un devastador terremoto sacudió Lisboa, destruyendo gran parte de la ciudad y dejando decenas de miles de víctimas. Este desastre natural, aunque trágico, brindó a Sebastião José de Carvalho e Melo, quien ya ocupaba el cargo de Secretario de Estado del Reino, la oportunidad de demostrar su capacidad de liderazgo y reorganización.

Pombal, como se le conocería más tarde, se aprovechó de esta crisis para consolidar su poder. Su rápida intervención en la gestión de los rescates y la organización de los esfuerzos de ayuda humanitaria le otorgó un alto perfil público. Implementó la ley marcial para restaurar el orden en una ciudad devastada, enterró rápidamente a las 40.000 víctimas del terremoto, organizó la distribución de alimentos y recursos a los damnificados y reconstruyó la ciudad con una visión moderna y ordenada.

Su actuación durante la catástrofe demostró su capacidad para actuar con firmeza y eficacia en momentos de crisis, lo que aumentó su popularidad y su influencia política. Al mismo tiempo, fortaleció su posición dentro de la corte de José I, quien, impresionado por sus habilidades organizativas, confió cada vez más en él.

Reformas en la economía y el comercio portugués

Una de las primeras grandes reformas implementadas por Pombal fue en la economía. A lo largo de su gobierno, su principal objetivo fue fortalecer el Estado portugués y reducir la dependencia de potencias extranjeras, como Inglaterra. En este sentido, Pombal emprendió reformas estructurales para modernizar el comercio y la economía de Portugal.

Una de sus primeras medidas fue la creación de compañías monopolistas, inspiradas en las británicas, como la Compañía de las Indias Orientales. Estas compañías fueron concebidas como grandes instituciones comerciales que operaban bajo el control del gobierno portugués, lo que permitió al Estado consolidar su influencia sobre los recursos coloniales y reducir la influencia extranjera en los comercios.

Además, Pombal promovió el cultivo de nuevos productos en las colonias portuguesas, como el algodón, el cacao y el arroz. Buscaba con ello diversificar la economía portuguesa y no depender exclusivamente de los productos tradicionales como el vino o el azúcar. Con esta estrategia, trataba de asegurar la autosuficiencia económica de Portugal y aumentar las exportaciones, especialmente hacia los mercados europeos.

Reforma del sistema educativo y control del clero

Otro de los frentes en los que Pombal se mostró innovador fue en la reforma del sistema educativo. Portugal, por aquel entonces, carecía de una educación moderna y estructurada. El sistema educativo estaba en manos de órdenes religiosas, principalmente los jesuitas, quienes mantenían un control casi absoluto sobre las escuelas y universidades del país.

Pombal, fiel a su idea de fortalecer el poder central, decidió acabar con la influencia de la Iglesia en la educación y la cultura del país. En 1759, un año después de un intento de asesinato contra el rey José I, Pombal culpó a los jesuitas y a ciertos sectores de la nobleza de la conspiración, acusándolos de haber orquestado el atentado. Esta acusación sirvió como excusa para iniciar una brutal persecución contra la Compañía de Jesús. Todos sus miembros fueron arrestados y sus bienes confiscados, mientras que Pombal decretaba la expulsión de los jesuitas de Portugal.

A nivel educativo, Pombal emprendió una serie de reformas con el objetivo de modernizar el currículo académico. En 1772, reorganizó los estudios en la Universidad de Coímbra e incluyó las ciencias exactas y naturales en los planes de estudio, desafiando el predominio de la teología y las ciencias humanísticas en la educación superior. Además, estableció la Real Mesa Censoria para supervisar la educación primaria, centralizando el control sobre los contenidos y asegurando que las ideas ilustradas se difundieran a través de todo el país.

El gobierno de Pombal: reformas y controversias

La persecución de los jesuitas y la ruptura con Roma

Uno de los momentos más polémicos de su gobierno fue la expulsión de los jesuitas, quienes no solo ejercían una gran influencia en la educación, sino también en el ámbito religioso y político. En 1758, tras el atentado fallido contra el rey José I, Pombal actuó con una brutalidad sin precedentes, acusando a los jesuitas de estar detrás del complot. Aprovechó la oportunidad para desmantelar su poder, confiscando sus propiedades y disolviendo sus colegios y universidades.

Esta persecución a los jesuitas no solo tenía un componente político y económico, sino también religioso. La intervención de Pombal en los asuntos eclesiásticos, particularmente en la relación entre Portugal y el Vaticano, tensó aún más las relaciones con Roma. La expulsión de la Compañía de Jesús y las reformas en el clero marcaron un punto de no retorno en las relaciones entre el Estado portugués y la Iglesia católica.

La reorganización militar y la administración centralizada

Pombal también se destacó por su capacidad para modernizar y fortalecer el ejército portugués. En 1759, encargó al conde de Lipre una reforma exhaustiva de las fuerzas armadas, lo que permitió que el ejército pasara a ser uno de los más eficaces de Europa en esa época. Para ello, se crearon nuevas academias militares y se mejoraron las tácticas y estrategias, incrementando el número de soldados a 50.000.

La administración pública también fue objeto de profundas reformas, y Pombal consolidó su poder al centralizar la toma de decisiones en manos del gobierno. Esto permitió al marqués implementar un régimen autoritario, donde las decisiones cruciales se tomaban desde el centro del poder, reduciendo la autonomía de las provincias y las instituciones locales. Su objetivo era fortalecer el Estado y debilitar a la nobleza y al clero, los dos pilares tradicionales del poder en Portugal.

La creación de instituciones y empresas monopolistas

A lo largo de su mandato, Pombal también fundó varias instituciones y empresas de gran envergadura, muchas de ellas monopolistas. La creación de la Real Compañía de Comercio de Brasil y la Compañía de las Indias Orientales fue una de las medidas más emblemáticas de su política económica. Estas empresas tenían el monopolio del comercio con las colonias portuguesas y fueron clave para la reorganización de la economía del país, aunque también sirvieron para afianzar el poder del Estado sobre la economía.

La caída: el final del poder de Pombal

La muerte de José I y la llegada de María I

La suerte de Pombal cambió drásticamente tras la muerte del rey José I en 1777. Su hija, la reina María I, accedió al trono y, con ella, una nueva etapa en la política portuguesa. María I, influenciada por los sectores más conservadores de la corte, comenzó a distanciarse de las reformas de Pombal y a cuestionar la forma en que había ejercido el poder.

Acusaciones de corrupción y juicio político

En 1779, Pombal fue acusado de abuso de poder, fraude y corrupción. Las tensiones acumuladas durante su régimen autoritario comenzaron a pasar factura. La nueva reina, descontenta con su actitud desafiante hacia la monarquía y la Iglesia, ordenó su arresto y un juicio en su contra. A pesar de que Pombal negó las acusaciones y trató de responsabilizar al difunto rey José I por sus acciones, fue hallado culpable.

El exilio en Pombal y la muerte de un reformista

El juicio resultó en su condena a la expulsión de la corte, pero debido a su edad avanzada, Pombal nunca fue encarcelado. Se retiró a sus propiedades en Pombal, donde vivió sus últimos años en relativa oscuridad. El marqués de Pombal murió el 8 de mayo de 1782, dejando tras de sí un legado de reformas profundas, pero también una figura profundamente polémica, que dividió a la sociedad portuguesa entre quienes lo veneraban como un gran reformista y quienes lo veían como un déspota autoritario.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Sebastião José de Carvalho e Melo (1699–1782): El Marqués de Pombal y su Reformismo Visionario en Portugal". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/melo-sebastiao-jose-de-carvalho-e-marques-de-pombal [consulta: 30 de septiembre de 2025].