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LiteraturaGeografíaBiografía

Mela, Pomponio (s. I).

Geógrafo latino de origen hispano, del que se sabe que vivió en el siglo I. Nació en Tingentera, cerca de Algeciras, en la provincia hispana de la Bética. Su obra debe situarse en los primeros años de la época de Claudio (41-54), pues menciona la expansión del Imperio Romano por Britania. Apenas se conocen datos sobre su vida, pero del uso que hace de sus fuentes literarias y de las observaciones del autor en el prefacio parece inferirse que fuera orador de origen.

Su única obra conservada es un compendio geográfico, en tres libros breves, con el título de De Chorograhia (“Descripción de lugares”) o, alternativamente, De situ orbis (“Sobre la disposición del mundo”). Fue redactado en torno a los años 43-44, quizá para celebrar la invasión de Britania en esa fecha.

Contenido de la obra

En el prefacio, Mela lamenta que la naturaleza técnica de la materia no permita un estilo elevado (estilo retórico que, sin embargo, el autor buscará). El libro I contiene una presentación general de la materia geográfica (I 1-24): la división del mundo en dos hemisferios y en cinco zonas, dos de las cuales son habitables por su clima templado; pero sólo la zona templada del norte es conocida, mientras que la zona templada del sur estaría constituída por la isla de los Antípodas. Sigue una descripción de la posición relativa de los continentes: Europa, Asia y África. Según Mela, estos tres continentes están separados por cuatro mares (Mediterráneo, Rojo, Golfo Pérsico y Caspio), que a su vez son afluentes del gran Océano, que rodea toda la masa de tierra. El resto de la obra contiene una descripción más detallada de regiones y ciudades, de acuerdo con el método hodológico o de periplo: se describen los lugares, especialmente costeros (pues el interior de los países suele omitirse), que un viajero encontraría haciendo una circunnavegación ribereña, partiendo del estrecho de Gibraltar (patria del autor) hasta regresar al punto de partida. La parte restante del libro I se dedica a la costa de África del Norte (I 25-60), Asia Menor (I 61-101) y Mar Negro (I 102-117). En el libro II se describen las regiones europeas, desde Tracia hasta Hispania (descripción de Hispania en II 86-96), y se reserva una sección aparte para las islas del Mediterráneo. El libro III versa sobre los países que lindan con el Océano: Hispania, Galia, Germania, tierras septentrionales hasta los confines de Asia, incluyendo las Islas Británicas y la misteriosa isla de Tule (III 1-36); zona del Caspio (III 37-66); costas del mar Rojo, desde el Indo al Ganges (III 67-71); y desde el golfo Pérsico hasta Mauritania, incluyendo Etiopía y África occidental (III 72-107). El África subtropical no se toca.

Valor geográfico y literario

Mela es el primer autor latino que escribe una obra estrictamente geográfica. Exhibe un conocimiento elevado de fuentes griegas y latinas (literarias, más que técnicas), y menciona más de 1.500 topónimos. Posiblemente, tuvo ante sí un mapa para redactar su obra; sin embargo, no está interesado en los aspectos más puramente técnicos de su materia: no aporta cifras de distancias ni datos precisos y, lo que es peor, transmite a menudo información obsoleta, ignorando hechos que se conocían ya en su época: por ejemplo, asigna al Danubio una doble desembocadura, en el mar Adriático (II 57) y en el Mar Negro (II 98). Por lo demás, la descripción de Mela es muy sucinta, a veces una mera lista. Mela aspira sólo a escribir un manual de divulgación asequible, sin pretensiones de originalidad o de exactitud. El interés de Mela es que incorpora digresiones históricas y legendarias, o sobre fenómenos naturales. Manifiesta un gusto particular por las descripciones etnográficas: aquí es donde su actitud retórica alcanza más altos vuelos, y especialmente cuando trata de regiones remotas o escasamente conocidas; entonces se deja llevar por el relato fabuloso y por los detalles maravillosos. En cuanto a su estilo, intenta dignificar la aridez técnica de la materia con una farragosa lengua arcaizante y solemne, cuyo modelo básico es Salustio: orden complicado de palabras, elipsis, anáfora, asíndeton, contraste entre la longitud de las oraciones. Todo ello para atraer y extrañar al lector.

Pervivencia

La obra de Mela fue manejada ya por Lucano y por Plinio el viejo, para su Historia Natural, así como, ocasionalmente, por otros autores latinos posteriores. Durante la Edad de Media fue relativamente poco leída, pero tenemos noticia de que se copió su texto en Rávena (en el siglo VI), Irlanda (siglo VIII) y en Auxerre, Francia (siglo IX). Del manuscrito de Auxerre deriva una copia del siglo XII que Petrarca poseyó, y que anotó y corrigió profusamente. De ese manuscrito de Petrarca depende nuestro conocimiento del texto. En el Renacimiento se apreció mucho a Mela; se imprimió tempranamente (edición príncipe de 1471, de Milán), fue traducido al italiano en 1557 y la traducción inglesa de Arthur Golding, del 1585, influyó en Shakespeare.

Bibliografía

  • GUZMÁN, C.: Pomponio Mela, Corografía. Traducción y notas, Murcia: Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1989.

  • SILBERMAN, A.: Pomponius Mela, Chorographie, París: Budé, 1988.

G. Laguna Mariscal

Autor

  • glm