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Medina Zavala, José Toribio (1852-1930).

Humanista y polígrafo chileno, nacido en Santiago en 1852 y fallecido en su ciudad natal en 1930. Poseedor de una vasta formación intelectual y dotado de una no menos inabarcable capacidad para el estudio y el trabajo, dejó un extenso, profundo y muy documentado legado impreso compuesto por más de quinientos títulos, que comprenden materias tan diversas como la bibliografía, la historia, la geografía, la arqueología, la traducción, la crítica literaria, la lexicografía, la biografía, la etnología, la entomología, las ciencias naturales y la numismática. Considerado, por todas estas obras, como una de las más brillantes encarnaciones de la figura del humanista renacentista en las Letras contemporáneas, José Toribio Medina contribuyó con sus variados y amenos estudios a conformar la identidad cultural y perfilar el pasado histórico de todas las naciones hispanoamericanas, en un deslumbrante ejercicio de análisis documental e interpretación intelectual que, desde su modestia de hombre sabio entregado a sus calladas reflexiones, sintetizó con estas humildes palabras destinadas a resumir su vida y obra: "He trabajado mucho y me he cansado poco". Para facilitar la difusión de su ingente labor de polígrafo, el escritor chileno fundó la célebre Imprenta Elzeviriana, donde vieron la luz casi todas sus obras bajo el orgulloso pie editorial "Impreso y grabado en casa del autor".

Vida

Alrededor de los veinte años de edad, el joven José Toribio Medina Zavala se dio a conocer como escritor a través de las colaboraciones periodísticas que comenzó a publicar en diferentes rotativos y revistas chilenos, que le granjearon un inmediato prestigio literario. En 1874 publicó su primer trabajo de traducción, una versión en castellano del largo poema amoroso Evangeline, del escritor estadounidense Henry Wadsworth Longfellow. Poco después, en calidad de secretario, fue destinado a la legación diplomática de Chile en Lima, donde comenzó a interesarse vivamente por el estudio de la historia y rescató de los archivos peruanos numerosos documentos que habrían de servirle para sus posteriores investigaciones del pasado colonial español, materia que, dentro de la enorme vastedad de saberes que llegó a dominar el polígrafo de Santiago, pronto se convertiría en su mayor especialidad.

A partir de entonces, José Toribio Medina emprendió una serie de constantes desplazamientos por todos los países del ámbito geocultural hispanoamericano, en busca del material bibliográfico y las fuentes documentales que le permitieran completar sus fecundos estudios. Además, visitó también numerosos archivos, bibliotecas y colecciones particulares de Europa y Norteamérica, siempre impulsado por la necesidad de verificar in situ los datos y documentos exactos que necesitaba para culminar sus investigaciones. Así, v. gr., en 1876 visitó por vez primera los Estados Unidos de América, donde, con el pretexto inicial de asistir, en Filadelfia, a la Exposición del Centenario, realizó un largo recorrido por las bibliotecas, las universidades y los organismos e instituciones culturales de todo el país. Idéntica curiosidad le arrastró, poco después, al Viejo Continente, para enfrascarse en la consulta de los archivos ingleses y, fundamentalmente, españoles.

A su regreso a Chile, durante un breve período de tiempo volvió a ejercer la abogacía, actividad que, aunque constituía el principal objeto de los estudios superiores que había cursado durante su juventud, no le atraía demasiado. De ahí que pronto abandonara la toga para dedicarse de lleno a los estudios humanísticos, en los que pronto brilló con luz propia merced a la publicación de su Historia de la literatura colonial de Chile (Santiago: Imprenta y Librería de El Mercurio, 1878), obra que, editada en tres volúmenes, inmediatamente se convirtió en un instrumento imprescindible para los estudiosos de las Letras de la nación andina.

Al año siguiente, José Toribio Medina tomó parte activa en la denominada Guerra del Pacífico (1879-1883), conflicto en el que fue movilizado, por su condición de letrado, para desempeñar diferentes cargos dentro de la judicatura militar. Simultáneamente, pudo continuar sus investigaciones sobre la historia documental de Chile (basadas, fundamentalmente, en las antiguas crónicas españolas) y adentrarse en nuevos campos de trabajo que pronto le convirtieron en uno de los especialistas de mayor renombre internacional en materias tan complejas como las ciencias naturales, la arqueología y la etnología. A ello contribuyó especialmente la aparición, a comienzos de los años ochenta, de su famoso estudio antropológico titulado Los aborígenes en Chile (Santiago, 1882).

Al término de la contiende bélica, el humanista de Santiago recibió el encargo de localizar y catalogar los archivos de la administración colonial en su país, misión que le llevó a fundar, entre 1883 y 1884, el Archivo General de la Capitanía General de Chile. Enfrascado en este arduo cometido, se le antojó imprescindible regresar al Viejo Continente, propósito que logró cuando fue nombrado secretario de la embajada chilena en Madrid.

De nuevo en suelo español, comenzó a desplegar una infatigable labor de búsqueda y recopilación de documentos que le obligó, entre otras muchas tareas, a copiar de su propia mano más de trecientos sesenta y cinco volúmenes, a razón de quinientas páginas de promedio en cada uno de ellos. Gracias a esta ingente labor (realizada, principalmente, en los archivos de Madrid, Sevilla y Simancas), José Toribio Medina se introdujo en los más destacados cenáculos intelectuales españoles, donde trabó amistad con los principales intelectuales de la época y dejó notables muestras de su primacía en los estudios del pasado colonial hispánico (entre ellas, el feliz descubrimiento de la Historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile, escrita por el religioso hispano-chileno Felipe Gómez de Vidaurre). Durante este dilatado y fructífero período de estancia en Europa, Medina Zavala recorrió también, en busca de material para sus investigaciones, los archivos de las principales capitales del Viejo Continente (Roma, Londres, París, Berlín, Viena, etc.), donde siguió acumulando numerosos datos que luego formarían parte de su inmenso legado cultural.

De regreso a su país natal, en 1866 contrajo nupcias con Mercedes Ibáñez, que a partir de entonces habría de convertirse en su mejor colaboradora, tanto en sus labores de búsqueda y copia de documentos como en la dedicación que requería la imprenta recién fundada por el propio humanista, que recibió en un principio el nombre de "Ercilla" en recuerdo y homenaje del poeta madrileño autor de La Araucana, obra que salió de los tórculos de José Toribio Medina entre 1910 y 1918, en una magnífica edición publicada en cinco volúmenes (aunque, cuando apareció el primer tomo de esta excelente edición, hacía ya catorce años que la empresa de Medina había pasado a denominarse Imprenta Elzeviriana). Con el inestimable apoyo de su esposa, el polígrafo de Santiago publicó, en sus primeros seis años de matrimonio, cerca de veinticinco títulos, entre los que sobresalen el dedicado al estudio de la Inquisición en las colonias españolas -Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Lima (1569-1820) [Santiago: Imprenta Gutenberg, 1887], 2 vols.- y el consagrado a la historia colonial de su nación -Colección de documentos inéditos para la historia de Chile desde el viaje de Magallanes hasta la batalla de Maipo (1518-1818) [Santiago, 1888-1890], 30 vols.-, sin olvidar su valiosas aportaciones a la difusión de las primeras noticias sobre la imprenta en los dominios coloniales españoles: Bibliografía de la imprenta en Santiago (Santiago: Ercilla, 1891); Historia y bibliografía de la imprenta en el antiguo virreinato del Río de la Plata (La Plata: Museo de la Plata, 1892); La imprenta en Manila (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1986); etc. La publicación de ese primer estudio sobre la técnica de Gutenberg en Santiago de Chile (considerado, aún en nuestros días, como una de las mejores aportaciones al conocimiento de la implantación y difusión de la imprenta en Hispanoamérica) reportó tal fama a José Toribio Medina, que las autoridades de Argentina, Paraguay y Uruguay le encargaron el citado estudio sobre sus orígenes en el territorio colonial del Río de la Plata. Merced a estos trabajos, el investigador de Santiago fue elegido en España miembro de la Real Academia de la Historia, circunstancia que le condujo de nuevo a una larga estancia en la Península Ibérica.

Entretanto, José Toribio Medina siguió acumulando la mayor recopilación de fuentes documentales para el conocimiento de la historia de su país, plasmada en los cuarenta y cinco volúmenes que añadió a la Colección de historiadores de Chile (1861-1923) y en los treinta tomos con que conformó sus valiosos Documentos inéditos (1888-1902). Naturalmente, este impresionante trabajo de investigación, estudio y redacción sólo pudo llevarlo a cabo a lo largo de una vida callada y modesta, consagrada a su vocación humanística, regulada por un orden estricto y una disciplina asombrosa, y alejada totalmente del bullicio y los oropeles de la agitada sociedad que le envolvía. Sin embargo, a pesar de su constante deseo de mantenerse en la tranquilidad de su anonimato, a lo largo de su fructífera existencia José Toribio Medina se vio obligado a asistir a numerosos actos de homenaje rendidos a su obra y su persona, tanto en su país natal como en el resto de las naciones hispanoamericanas y, muy especialmente, en España, donde su trabajo era objeto de la admiración de toda la clase intelectual.

Volvió, por cuarta vez, a España en 1902, para continuar acarreando material relativo a sus estudios sobre la imprenta en Hispanoamérica, que previamente le había llevado también por tierras de Perú, Guatemala y México. A su regreso a Chile, es fama que traía en sus maletas más de diez mil anotaciones sobre libros y documentos relacionados con la historia colonial de América, la mayor parte de ellos atingentes a su inagotable curiosidad sobre la imprenta. Realizó, así, cerca de ochenta obras monográficas sobre el invento de Gutenberg y su difusión en Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú, Cuba e, incluso, como ya se ha indicado más arriba, las islas Filipinas. Su obra magna al respecto es la titulada Biblioteca Hispano-Americana (1493-1810) (Santiago: Casa del Autor, 1898-1907), un conjunto de siete gruesos tomos que, publicados entre finales del siglo XIX y comienzos de la siguiente centuria, consagraron a José Toribio Medina como uno de los mayores eruditos hispanohablantes de su tiempo. En su monumental acopio bibliográfico, quedan allí recogidos más de ocho mil quinientos títulos impresos en América desde la aparición del Diario de navegación de Cristóbal Colón hasta el primer decenio del siglo XIX.

No es de extrañar que, por la suma de todos estos trabajos, el humanista de Santiago fuera admirado y respetado también en su país, donde se le ofreció un puesto docente en la Facultad de Filosofía y Humanidades; sin embargo, su plena dedicación a las labores de estudio e investigación se vió pronto estorbada por las exigencias de su cátedra, por lo que tardó muy poco en abandonar la docencia para volver a enfrascarse en la búsqueda, el análisis y la edición de documentos.

Así, en 1910 regresó a Buenos Aires para tomar parte, como figura destacada, en el Congreso Internacional de Americanistas, del que fue elegido Presidente Honorario. A su regreso a Chile, dio otra muestra de su generosidad y su desinterés por los bienes mundanos al ceder gratuitamente toda su valiosa colección de libros y manuscritos (compuesta por más de sesenta mil piezas) a la Biblioteca Nacional de Santiago, a pesar de haber recibido por aquel entonces suculentas ofertas de diferentes instituciones extranjeras que pretendían acrecentar sus fondos con la incalculable riqueza del material reunido por José Toribio Medina. Con el corpus procedente de esta donación se creó la archifamosa "Biblioteca Medina", que actualmente continúa siendo un lugar de obligada visita para los americanistas de todo el mundo.

Lógicamente, el vertiginoso ritmo de producción que había desarrollado José Toribio Medina en sus años más fértiles disminuyó a medida que el eminente polígrafo iba encaminándose hacia la vejez; aún así, entre 1904 y 1923 dio a la imprenta treinta y ocho nuevos títulos -muchos de ellos centrados en el estudio de las obras literarias de los grandes clásicos españoles, como Miguel de Cervantes y Lope de Vega-, lo que sin duda basta para justificar la imposibilidad de recoger, en un artículo de estas características, la relación completa de sus obras. Tal fue la cantidad de libros y artículos publicados por el humanista de Santiago a lo largo de toda su vida, que en 1952, cuando ya había casi transcurrido un cuarto de siglo desde su desaparición, el gobierno de Chile decretó la creación del Fondo José Toribio Medina, destinado exclusivamente al rescate y la reimpresión de su inmensa producción impresa.

No obstante, a pesar de sus esfuerzos por pasar siempre inadvertido, disfrutó también en vida de otros honores y homenajes en los que el pueblo chileno tuvo ocasión de tributarle el respeto que merecían su figura y su obra. Entre ellos, resulta obligado recordar, por su especial emotividad, el celebrado en 1923 en el Salón de Honor de la Universidad de Chile, donde, en conmemoración de los cincuenta años transcurridos desde su primera publicación, se le condecoró con la medalla de la Universidad, en presencia del gobierno en pleno (con el presidente Arturo Alessandri a la cabeza), el cuerpo diplomático destacado en Chile y lo más granado de la intelectualidad andina.

Obra

Ante la imposibilidad -ya manifiesta en parágrafos anteriores- de reflejar en este artículo la exhaustiva relación de los innumerables títulos que componen la bibliografía de José Toribio Medina, se ofrece a continuación una recopilación cronológica de sus obras más importantes, complementada con otros notables trabajos suyos no citados hasta ahora:

- Historia de la literatura colonial de Chile (Santiago: Imprenta y Librería de El Mercurio, 1878).
- Los aborígenes de Chile (Santiago, 1882) [Santiago: Fondo Histórico y Bibliográfico J.T. Medina, 1953].
- Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Lima (1569-1820) (Santiago: Imprenta Gutenberg, 1887), 2 vols.
- Colección de documentos inéditos para la historia de Chile desde el viaje de Magallanes hasta la batalla de Maipo (1518-1818) (Santiago, 1888-1890), 30 vols.
- Bibliografía de la imprenta en Santiago (Santiago: Ercilla, 1891). [Ed. ampliada: Santiago, 1939].
- Historia y bibliografía de la imprenta en el antiguo virreinato del Río de la Plata (La Plata: Museo de la Plata, 1892).
- La imprenta en Manila (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1896);
- Bibliografía española de las Islas Filipinas (Santiago: Imprenta Cervantes, 1898).
- Biblioteca hispano-americana (Santiago: Casa del Autor, 1898-1907), 7 vols.
- La imprenta en Lima (1584-1824) (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1904-1905), 4 vols.
- Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en México (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1905).
- La instrucción popular en Chile desde sus orígenes hasta la fundación de la Universidad de San Felipe (Santiago: [s.p.i.], 1905), 2 vols.
- Diccionario biográfico colonial de Chile (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1906).
- La imprenta en México (1539-1821) (Santiago: Casa del autor, 1907-1912), 8 vols.
- El veneciano Sebastián Caboto al servicio de España (Santiago: Imprenta de la Universidad, 1908), 2 vols.
- La Araucana, de Alonso de Ercilla [ed. crítica] (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1910-1918), 5 vols.
- La primitiva inquisición americana (1493-1569) (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1914).
- Noticias bio-bibliográficas de los jesuitas expulsos de América en 1767 (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1914).
- La novela de la Tía Fingida (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1919).
- Los escritores hispanoamericanos celebrados por Lope de Vega en "El Laurel de Apolo" (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1922).
- Cervantes en las letras chilenas (Santiago: Imprenta Universitaria, 1923).
- La literatura femenina en Chile (Santiago: [s.p.i.], 1923).
- La imprenta en Guatemala (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1924).
- La imprenta en Cartagena de Indias (Santiago: Imprenta Elzeviriana, 1924).
- Diccionario de anónimos y pseudónimos hispanoamericanos (Buenos Aires: Imprenta de la Universidad, 1925), s vols.
- El viaje del Parnaso (Santiago: Imprenta Universitaria, 1925), 2 vols.
- Cervantes en Portugal (Santiago: Nascimento, 1926).
- Escritores americanos celebrados por Cervantes en el Canto de Calíope (Santiago: Nascimento, 1926).
- Chilenismo, apuntes lexicográficos (Santiago: Litografía Universos, 1928).
- Historia de la Universidad de San Felipe de Santiago de Chile (Santiago: [s.p.i.], 1928).

A estos títulos se pueden añadir las siguientes obras publicadas póstumamente, entresacadas de entre los dieciséis libros que José Toribio Medina dejó inéditos en 1930, en el momento de su muerte:

- Ensayo bio-bibliográfico de Hernán Cortés (Santiago: Fondo Histórico y Bibliográfico J.T. Medina, 1952).
- Estudios cervantinos (Santiago: Fondo Histórico y Bibliográfico J.T. Medina, 1958).
- Historia de la imprenta en los antiguos dominios españoles de América y Oceanía (Santiago: Fondo Histórico y Bibliográfico J.T. Medina, 1958).
- Estudios históricos, biográficos, críticos y bibliográficos (Santiago: Fondo Histórico y Bibliográfico J.T. Medina, 1965).
- Estudios sobre literatura colonial de Chile (Santiago: Fondo Histórico y Bibliográfico J.T. Medina, 1970), 2 vols.

Véase Chile: Literatura.

Bibliografía

  • - AMUNÁTEGUI SOLAR, Domingo. José Toribio Medina (Santiago, 1932).

- CHIAPA, Víctor M. Catálogo de las publicaciones de D. José Toribio Medina (1873-1914) (Santiago: Imprenta Cervantes, 1924).

- FELIÚ CRUZ, Guillermo. Bibliografía de don José Toribio Median. Notas críticas (Buenos Aires: Imprenta de la Universidad, 1931).

-------------------. Catálogo breve de la Biblioteca Americana que obsequia a la Biblioteca Nacional de Santiago José Toribio Medina (Santiago: Imprenta Universitaria, 1953-1954), 2 vols.

-------------------. José Toribio Medina. Historiador y bibliógrafo de América (Santiago: Ed. Nascimento, 1952).

-------------------. José Toribio Medina y los estudios de literatura colonial chilena y americana (Santiago: Ed. Nascimento, 1971).

- ROBERTS, Sarah Elizabeth. José Toribio Medina. His Life and Works (Washington, 1941).

- TORRES-RIOSECO, Arturo. "José Toribio Medina. Crítico de la literatura chilena", en Ensayos sobre literatura latinoamericana (Segunda serie) (México: Fondo de Cultura Económica, 1958), págs. 39-49.

- VILLALOBOS, Sergio. Medina. Su vida y sus obras (1852-1930) (Santiago: Imprenta Universitaria, 1952).

J. R. Fernández de Cano

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.