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HistoriaPolíticaBiografía

Mauricio, Emperador de Bizancio (539-602).

Emperador romano, cuyo nombre completo era Flavio Tiberio Mauricio, nacido en la localidad de Arabissos, en la Capadocia (en la actual Turquía), el año 539, que ocupó el trono de Bizancio desde 582 hasta su muerte en noviembre de 602, cuando fue muerto en Constantinopla a consecuencia de una conspiración dirigida por el general Focas, quien le sucedió en el trono.

Hijo de un elevado funcionario palatino, su educación transcurrió en la corte del emperador Justino II. Su ingreso en el ejército fue temprano, donde supo labrarse una merecida fama de soldado que no pasó desapercibida por el entonces emperador Tiberio II. De forma paulatina, consiguió escalar puestos hasta alcanzar el título de Comes ex Cubitorum del emperador, quien le casó con su hija Constantina. En año de su ascensión al trono (582), Mauricio regresó triunfante a Constantinopla, después de una victoriosa campaña que le encomendó el emperador contra los persas, en la que cosechó un cuantioso botín y conquistó varias plazas fronterizas de vital importancia. El 13 de agosto del año 582, en su lecho de muerte, Tiberio II confirmó a Mauricio como sucesor suyo.

Mauricio, de carácter fuerte y enérgico y con un indudable talento militar, dedicó sus primeros esfuerzos como emperador a reorganizar las fuerzas militares del Imperio y la administración del Estado. Para ello, constituyó los dos primeros exarcados de África e Italia, preludio de la posterior reforma territorial, llevada a cabo por el emperador Heraclio durante el siglo siguiente.

Las preocupaciones reorganizativas del emperador pronto se vieron con las amenazas fronterizas provenientes de varios frentes; por el Danubio, con los eslavos y ávaros; en Italia, por la presión de los lombardos; a su vez, los mauritanos y beréberes realizaban incursiones constantes por todo el norte de África; y, finalmente, por la frontera del este, con los persas (enemigos tradicionales de Bizancio). El emperador Mauricio era consciente de que no podía atender a la vez un frente de batalla tan amplio, con varios puntos de fricción, por lo que determinó concentrar el grueso de sus tropas en la frontera más importante y vulnerable del imperio: la oriental.

Mauricio demostró poseer una habilidad diplomática excelente, gracias a la cual llegó a un acuerdo con el destronado rey persa Cosroes II, a quien ayudó a reponerse en el trono en contra del usurpador, Bahram II, además de conseguir grandes compensaciones territoriales (una gran parte de Armenia y las plazas estratégicas de Dara y Martiriópolis).

Solucionado el frente oriental, el emperador Mauricio tuvo las manos libres para ocuparse de las fronteras del norte, de donde venían noticias graves y preocupantes de las persistentes razzias que los eslavos y ávaros lanzaban sobre los enclaves bizantinos, en las que habían llegado a ocupar la casi totalidad de la actual Bulgaria. Junto con estos ataques por el norte, Mauricio también tuvo que atender la frontera del norte de África y de Italia, con ataques constantes de los mauritanos y lombardos, respectivamente. El emperador bizantino fue capaz de frenar a ambos pueblos con sendas victorias sobre los mismos, pero no tuvo tiempo de disfrutar de semejante éxito, ya que las noticias procedentes del Danubio eran del todo alarmantes.

Mauricio, como buen militar y en contra de la tradición, decidió comandar en persona las tropas; finalmente, cedió el mando de las operaciones a su general Prisco, ya que, según las crónicas del momento, no le gustaron los augurios que consultó antes de emprender la campaña.

Debido a una serie de reveses militares y a ciertos cambios en la dirección de la guerra, los soldados imperiales comenzaron a manifestar su descontento, que se vio agravado por la escasa y tardía paga recibida y por los ataques, cada vez más serios y continuados, de los ávaros. La atmósfera de crisis se fue intensificando hasta que, en noviembre del año 602, el centurión Focas comandó una sublevación abierta contra el emperador en la que fue nombrado emperador por las tropas. Enterado Mauricio del golpe de mano dado por Focas, huyó con toda su corte y familia hasta Calcedonia, donde fue capturado y llevado por la fuerza a Constantinopla por soldados del nuevo emperador. Una vez en la ciudad imperial, fue ejecutado sin piedad, junto con toda su descendencia, familia y séquito más leal, con lo que Focas evitaba futuras reclamaciones del trono.

Mauricio fue un emperador con un alto sentido del ahorro, que saneó notablemente las arcas del Estado; sin embargo, estas medidas económicas fueron causa de que en las filas del ejército brotase el resentimiento contra su gestión, resentimiento que, a la larga, acabó con su vida. También se sabe, gracias a recientes documentos encontrados sobre su reinado, que, a su muerte, Mauricio pretendía dividir el Imperio entre sus tres hijos. Durante su reinado tuvo lugar un fuerte enfrentamiento entre el papado romano y el Imperio, cuyo resultado fue notablemente favorable al primero, que supo aprovechar las debilidades del emperador para aumentar su prestigio y autonomía, desvinculándose de las decisiones imperiales, todo ello gracias al pontificado de Gregorio Magno.

Bibliografía

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CHG.

Autor

  • Carlos Herráiz