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HistoriaReligiónBiografía

Mather, Cotton (1663-1728).

[Literatura] Escritor y religioso norteamericano, nacido el 12 de febrero de 1663 en Boston (Massachusetts) y fallecido en esa ciudad el 13 de febrero de 1728.

Mather fue Ministro de la iglesia americana congregacional y escritor, partidario del viejo orden clerical, que llegó a ser el más famoso de todos los puritanos de Nueva Inglaterra. Supo aunar la tensión mística (creía en la existencia de la brujería) con un interés científico moderno (pues apoyó la inoculación de la vacuna de la viruela).

Cotton Mather, hijo de Increase Mather (autor, entre otras obras, del Ensayo para dejar constancia de ilustres hechos providenciales [1684], de la biografía de su padre Richard Mather [1670] y de su propia Autobiografía, que no se publicó hasta 1962) y nieto de John Cotton y Richard Mather, vivió durante toda su vida en Boston. Ingresó en Harvard a la edad de 12 años, al cumplir ampliamente los requisitos de entrada, pues leía y escribía latín y "declinaba los nombres y verbos griegos". Se consagró sin descanso al estudio y a la oración y, a los 18, recibió el grado de doctor de manos de su propio padre, que era rector de la universidad.

Mather afirmó en cierta ocasión que su vida era "una conversación continua con el cielo", aunque pasó horas agónicas convencido de su eterna condenación y momentos de éxtasis seguro de su gloria. Durante algún tiempo, temió no poder convertirse en ministro eclesiástico por sus problemas de tartamudez y consideró la posibilidad de hacerse médico; el objeto de la ciencia médica había despertado gran interés en él a lo largo de toda su vida. Después de que un amigo lo persuadiera para tener "una larga conversación consigo mismo", Cotton venció su debilidad y volvió a los estudios religiosos. Dio su primer sermón en la iglesia de su padre en agosto de 1680 y en octubre otro desde el púlpito de su abuelo John Cotton. Recibió las sagradas órdenes formalmente en 1685 y se convirtió en compañero de profesión de su padre.

Consagró su vida a la oración, predicando, escribiendo y publicando, e incluso puso en práctica su principal deseo en la vida de hacer el bien. Su libro, Bonifacius, o ensayos para hacer el bien (1710), instruye a los demás en los actos humanitarios, con algunas ideas que están muy alejadas del espíritu de su tiempo: el maestro debe premiar en lugar de castigar a sus estudiantes, el médico debe estudiar el estado mental de su paciente como una probable causa de enfermedad… El bien, tal y como él lo concebía, consistía en extender la Reforma, reduciendo el vicio y aliviando a los afligidos y necesitados. Incluso fundó sociedades con fines de servicio a la comunidad.

Se unió a su padre advirtiendo a los jueces contra el uso de "la evidencia del espectro" (el testimonio de una víctima de brujería que había sido atacada por un espectro con la apariencia de alguien que él conocía) en los juicios por brujería, y también luchando por la destitución de Sir Edmund Andros como gobernador de Massachusetts. Del mismo modo, junto a su amigo, el médico de Boston Zabdiel Boylston, lideró la causa para convencer de la necesidad de la vacunación contra la viruela, con lo que se granjeó la desaprobación popular. Cuando Cotton vacunó a su propio hijo, que a punto estuvo de morir por esta causa, la comunidad entera montó en cólera y una bomba fue arrojada a través de la ventana de su cámara. Satanás parecía estar de parte de sus enemigos; varios miembros de su familia enfermaron y algunos incluso murieron. Y, lo peor de todo, su hijo Increase fue arrestado por alborotador.

El interés de Mather por la ciencia y, particularmente, por varios fenómenos americanos, publicados en su Curiosa Americana (una serie de ochenta y dos comunicaciones científicas compuestas entre 1712-1724) le convirtió en miembro de la Royal Society de Londres. Su relato del episodio de la inoculación fue publicado en las actas de la Sociedad. Su extenso Ángel de Bethesda (inédito hasta 1972), que contenía recetas para el tratamiento de numerosas enfermedades, fue el único tratado médico amplio que existió en época colonial. Y mediante el estímulo al trabajo científico de otros, como en el caso del matemático de Boston Isaac Greenwood, también estimuló el progreso y avance de las ciencias en la América colonial. Por otra parte, mantuvo abundante correspondencia con otros famosos científicos, como Robert Boyle. Su trabajo Filósofo cristiano (1721) reconoce a Dios entre las maravillas de la tierra y el universo más allá de éste; es al mismo tiempo filosófico y científico e, irónicamente, se anticipa al Deísmo del siglo XVIII, a pesar de su férrea dependencia del viejo sistema.

A pesar de todo, el pensamiento científico de Mather continuó atado a la creencia en seres invisibles y fuerzas ocultas. Sus especulaciones sobre meteorología, aunque en ciertos aspectos avanzadas, se dirigieron a tratar de averiguar si el diablo podía utilizar los rayos y relámpagos para sus propios fines. Al afirmar haber hablado con un ángel, también se resistió a aceptar íntegramente la idea dieciochesca de un cosmos mecánico. Más bien reflexionó durante toda su vida sobre el funcionamiento de lo que él llamaba “Nishmath Chajim” (“el aliento de la vida”), una fuerza universal vitalista que podía explicar no solamente fenómenos tales como la reproducción humana, sino también los medios a través de los cuales los espíritus entran en contacto con los seres vivos. Más aún, entendió la investigación científica principalmente como un intento de explicar lo que la naturaleza ofrecía.

Cotton Mather escribió y publicó más de 400 trabajos. Su obra más ambiciosa fue Magnalia Christi Americana (1702), una historia eclesiástica de América desde la fundación de Nueva Inglaterra hasta su propio tiempo, que, de una forma u otra, traducía la geografía en "cristianografía". Contiene una pequeña antología de la poesía neoinglesa de Benjamín Thompson y otros autores, y alaba los poemas de Anne Bradstreet como “monumento a su memoria más allá de su majestuoso monumento conmemorativo”. Esta obra incluye otro texto publicado por separado anteriormente en 1697, Pietas in Patriam, la vida de su Excelencia Sir William Phips, donde se advierte su convicción de que la historia debería ser la biografía de los santos, a partir de una creencia comúnmente compartida, según la cual la historia escriturística misma funcionaba de este modo y la Biblia consistía en una recopilación de los logros realizados por el pueblo elegido por Dios, de modo que su peripecia quedaba relatada del mejor modo posible mediante el recurso a este tipo de narración biográfica y autobiográfica. Su Manuductio ad Ministerium (1726) era un manual de consejo para los jóvenes seminaristas: sobre las buenas obras, las aventuras amorosas universitarias, la poesía y la música, y acerca del estilo.

La obra de Cotton Mather fue muy extensa: Ahorro honorable (1721), Derecho mercantil (1705), La Ciudad Americana de Dios (1710)… además de las ya citadas; pero él hablaba por boca de todos los historiadores, biógrafos y autobiógrafos puritanos cuando mostraba la forma en que todos los géneros literarios en los que se habían expresado esos escritores estaban indisolublemente unidos unos con otros. Todos los relatos narrativos eran medios para llegar a entender cómo la voluntad divina actuaba sobre los seres humanos. Su ambicioso trabajo de 20 años sobre la enseñanza de los textos bíblicos fue interrumpido por su muerte. Había muerto apenas cinco años después que su padre, del cual había sido compañero de profesión durante 40 años. De los 15 hijos que tuvo de sus tres esposas, sólo dos le sobrevivirían.

La herencia que Cotton Mather recibió de sus dos abuelos, Richard Mather y John Cotton, fue al mismo tiempo buena y mala. Como ellos, tuvo una mente activa y supo servirse de ella. Vivió a la sombra de su grandeza y esperó continuar la tradición y asumir su papel en la comunidad puritana. Desgraciadamente, no podría ver que las viejas tradiciones estaban pasando. Cuando las comunidades coloniales llegaron a ser más seguras, superadas las primeras penalidades de las cosechas, ellos también se sintieron más satisfechos de sí mismos y menos necesitados de seguir el liderazgo de un guía espiritual. Cotton luchó por mantener vigente aquel viejo sistema del clero gobernante, a veces con frustración, a veces con enojo. Su Diario fue editado por W.C. Ford (1911-12).

Bibliografía

  • Barrett Wendell, Cotton Mather (1891, con reimpresión de 1980); David Levin, Cotton Mather: La juventud del hombre que recordaba a Dios, 1663-1703 (1978); Kenneth Silverman, La vida y la época de Cotton Mather (1984).

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  • csc.