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HistoriaPolíticaBiografía

Martín Díaz, Juan o el Empecinado (1775-1825).

Juan Martín Díaz, el Empecinado. Cubelles.

Guerrillero y general español, más conocido como "el Empecinado", nacido en Castrillo de Duero el 2 de septiembre de 1775 y muerto en Roa el 19 de agosto de 1825.

De familia de labradores, sentó plaza de soldado en 1791 y tomó parte en la guerra del Rosellón. Al finalizar ésta, se licenció en 1795, se casó y se dedicó a la labranza. En abril-mayo de 1808 levantó en Aranda una partida contra los franceses. Hecho prisionero, se evadió en seguida y rehizo su partida, que en 1811 contaba 6.000 hombres. Le ayudó en los comienzos Leandro Antonio García, quien se convirtió en su amigo y émulo. El parte del Empecinado, del Buen Desvío, sobre la acción del 24 de mayo en Brea y Campos de Villarejo, se publicó en Diario Mercantil de Cádiz (1 de julio de 1810). Las Juntas le fueron dando graduaciones, que reconoció el gobierno: comandante con sueldo de teniente (4 de abril de 1808); comandante de Caballería ligera (diciembre de 1809), brigadier de Caballería (septiembre de 1810). El Conciso, en su número 11 de 14 de septiembre de 1810, al anunciar un donativo patriótico en favor de su tropa, le llamaba todavía coronel. Su correspondencia con Ramón de Salas (1810) se publicó en el número 2 de Apuntes (Madrid, 1814), y su carta altamente patriótica a Leopold-Joseph Hugo (7 de diciembre de 1810), respuesta a otra del general, en la que le invitaba, junto a toda la Junta de la Huerta Hernando, es decir, la de Burgos, a reconocer a José I, se publicó en Conciso, n. 16 (2 de febrero de 1811).

El 30 de diciembre de 1810 fechó en Sacedón el artículo "A los fieles madrileños que residen en Cádiz" (Diario Mercantil de Cádiz, 5 de febrero de 1811), en el que, después de elogiar la heroicidad del pueblo de Madrid en los hechos del levantamiento del 2 de mayo y en los pasos de Burgos y Somosierra, pedía ayuda para los 800 voluntarios reunidos en Salmerón (Guadalajara). Su fama voló: acaso la primera biografía, "Noticia del principio de la carrera militar del célebre D. Juan Martín, conocido vulgarmente por el Empecinado, comunicada por un compañero suyo", se publicó en Conciso, n. 8 (16 de enero de 1811). El 18 de enero de 1811 visitó Valencia, según el Conciso, n. 16 (2 de febrero de 1811). Tenía ya tal nombradía que el Conciso, que dedicó su número 27 (24 de febrero de 1811) a beneficio de la partida del Empecinado, declaraba que éste "ha dado nombre a todos los demás guerrilleros españoles, que son llamados generalmente los Empecinados". Su carta a Juan Facundo Caballero (Cuenca, 1 de marzo de 1811), en Conciso n. 42 (24 de marzo de 1811), es un elogio de los voluntarios madrileños a sus órdenes. El intendente afrancesado de Cuenca, Luis Saiz, le invitó de nuevo el 9 febrero de 1811 a cambiar de bando, y Juan Martín respondió el 21 desde Priego, rechazando tal posibilidad, en términos que recuerdan la carta de Jovellanos al general Sebastiani: "no peleo por los clérigos ni por los frailes, ni por los Grandes, sino por los derechos de la Nación, porque la Religión sea respetada, porque los representantes libremente elegidos pongan orden en la Iglesia y en el Estado, y en fin, porque tengamos Patria y Gobierno legítimo. Lucho como militar español y castellano viejo, que sabe que si muere su muerte será gloriosa" (carta en Conciso, 4 de mayo de 1811).

Fue nombrado Coronel del Regimiento de Caballería de Cazadores de Guadalajara en junio de 1811. Su carta de Sigüenza (11 de septiembre de 1811) revela sus funciones de impedir el abastecimiento en granos del enemigo y de buscar la deserción en sus filas, y también la de destruir algunas partidas que, llamándose "patriotas armados", cometían toda clase de excesos (Conciso, 9 de octubre de 1811). De nuevo elogió a los madrileños en carta fechada en Calatayud el 28 de septiembre de 1811 (Conciso, 23 de octubre de 1811). Un parte aparecido en un suplemento del Imparcial de Alicante se reprodujo en Diario Mercantil de Cádiz n. 91 (31 de marzo de 1812). Una carta a José I, respuesta a otra del duque de Mahon, (Sigüenza 25 de mayo de 1812), se publicó también en el Imparcial de Alicante y se reprodujo en Diario Mercantil de Cádiz (números 10, 11 y 12, julio de 1812): sostiene en ella el derecho a matar a los renegados, que sean hechos prisioneros, no por militares, sino por considerárseles criminales. Otra carta, escrita en las inmediaciones de Cuenca, sin fecha, se publicó en Diario Mercantil de Cádiz, n. 163 (11 de junio de 1812). Se le elevó a Mariscal de campo (13 de octubre de 1814). En enero de 1820 intentó proclamar la Constitución en Valladolid y luego en Aranda y Nava de Roa. Secundó con entusiasmo el movimiento de Riego y fue nombrado segundo cabo de Valladolid y gobernador militar de Zamora.

La Comisión especial de las Cortes, encargada de honrar la memoria de Juan de Padilla y de Juan de Lanuza, agradeció su participación en el descubrimiento y exhumación de los restos de Padilla, Bravo y Maldonado (Madrid, 20 de junio de 1821). El 17 de octubre de 1821 figuró en su Merindad comunera. En seguida fue destituido por haber leído a la tropa un folleto de Romero Alpuente. Acogido en 1823 a la capitulación de Extremadura, obtuvo pasaporte para Aranda, aunque el alcalde de Roa pretendió en sus Memorias que era falso. Hecho prisionero en Olmos por los realistas, y llevado a Nava de Roa y a Roa, fue condenado a la horca por el corregidor Domingo Fuentenebro, por comunero. Durante dos años estuvo expuesto a la venganza de los realistas y a la de aquellos que querían hacerse perdonar su pasado liberalismo, y no dio resultado el intento de llevar su causa a Valladolid, ni tampoco se dio cumplimiento a la orden del capitán general de Castilla la Vieja, Carlos O'Donnell, de que le entregasen al preso. Fuentenebro tenía órdenes directas del rey. Al fin fue ajusticiado, previo un intento de fuga en el que rompió sus esposas. Se afirma que lo hizo porque vio entre los espectadores a su mujer, del brazo de un realista.

Bibliografía

  • CARRASCO Y SAYZ, Adolfo: Icono-biografía del generalato español. Madrid: 1901.

  • GIL NOVALES, Alberto: Las Sociedades patrióticas. Madrid: Tecnos, 1975.

  • La Guerra de la Independencia. Retratos. Madrid: 1908.

  • LAZO, Sebastián: Memorias del alcalde de Roa Don Gregorio González Arranz (1788-1840). Madrid: 1935.

  • PÁEZ RÍOS, Elena: Iconografía hispana. Madrid: 1966.

A. GIL NOVALES.

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