Marcos Apóstol, San (¿-68).
Santo, evangelista y mártir. El nombre de "Marcos" es en realidad el sobrenombre griego de un judío de Jerusalén llamado Juan. El Libro de los Hechos de los Apóstoles le muestra en relación con los apóstoles Pedro y Pablo. Cuando Pedro fue milagrosamente liberado de la cárcel de Jerusalén, se dirigió a la casa de María, la madre de Juan Marcos (Hch 12, 11-17), donde Pedro era bien conocido, porque allí solía reunirse la comunidad cristiana (algunos autores opinan que ésta habría sido la casa donde Jesús celebró la última cena, y donde los apóstoles estaban reunidos el día de Pentecostés). No consta que Marcos conociera directamente a Jesús, aunque es probable que aquel muchacho que seguía de cerca el cortejo que se llevaba preso a Jesús, una vez que se dispersaron los apóstoles, no fuera otro que el propio Marcos (Mc 14,51). Es probable que la casa de Marcos fuera la residencia habitual de Pedro en Jerusalén, y que Marcos se encontrara entre los primeros bautizados por el mismo.
Junto con su primo (o tío) Bernabé, Marcos acompañó a Pablo durante el primer viaje misionero desde Jerusalén a Antioquía, y les sirvió de ayuda en las tareas del apostolado (Hch 13,5). Por razones desconocidas, Marcos abandonó el viaje y regresó a Jerusalén (Hch 13,13). Hacia el año 49, Pablo y Bernabé se hicieron de nuevo presentes en Jerusalén, esta vez para defender la libertad, respecto a las leyes judías, de los gentiles convertidos al cristianismo. A su regreso a Antioquía, llevaron consigo a Marcos. Cuando Pablo invitó a Bernabé a retomar sus andanzas apostólicas -en lo que sería su segundo viaje apostólico (año 50)-, Bernabé propuso llevar de nuevo a Marcos. Pero Pablo, recordando que les había abandonado en el viaje anterior, no cedió ante la insistencia de Bernabé. "El conflicto se agudizó tanto que se separaron: Bernabé se llevó a Marcos y se embarcó para Chipre; Pablo, por su parte, escogió a Silas" y se fue hacia Siria y Cilicia (Hch 15,39-41). Más tarde (años 60-62), encontramos a Marcos en Roma al lado de san Pedro, que le presenta en su primera carta como "su hijo". También estaba cerca de Pablo, mientras éste esperaba ser juzgado por el tribunal del César, pues es mencionado en las cartas a los Colosenses y a Filemón. Por la 2ª carta a Timoteo sabemos que Marcos estaba con éste en Éfeso, pues san Pablo le dice a Timoteo que venga a visitarle y se traiga a Marcos consigo, "que me va a ser útil en la tarea" (2 Tm 4,11). Por testimonio de la primera carta de Pedro, podemos concluir que Marcos era conocido por los cristianos de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.
Después de la muerte de Pedro, Marcos escribió su evangelio, el segundo de los sinópticos, el más corto y el más antiguo (años 64 y 70). Los críticos reconocen unánimemente que Marcos es el típico narrador popular; no tiene un plan preestablecido para su relato: ni lógico, ni cronológico. Es "el intérprete de Pedro" (San Ireneo), y escribe lo que éste predicaba; escribe al modo de las personas sencillas, con detalles plásticos propios de quien ha presenciado un acontecimiento. Un último dato proporcionado por la tradición hace de Marcos el fundador de la iglesia de Alejandría, en Egipto, donde habría sido martirizado y sepultado en Bucoli, al oriente de la ciudad de Alejandría. Los cristianos de Egipto se consideran, en todo caso, descendientes espirituales suyos. San Marcos era venerado ya en el santuario palestino de El-Diwezi en los siglos IV y V. En el año 815, unos comerciantes trasladaron el cuerpo de Marcos a Venecia; la cabeza quedó en Alejandría, de donde más tarde fue llevada a El Cairo. A partir del traslado de los restos a Venecia, la memoria y la veneración del santo entró a formar parte de la vida socio-religiosa y política de la ciudad, la cual se puso bajo su protección y adoptó como símbolo en su escudo el león, emblema del santo. El primer testimonio de la presencia del cuerpo del santo en Venecia data del 829, cuando Justiniano Particiano habla en su testamento de una Basílica elevada en su honor. Aquella basílica fue reconstruida el año 976; entre el 1063 y 1094 se comenzó a construir la tercera, que es la actual. Designado oficialmente patrono de la ciudad en 1071, y convertido en símbolo del Estado veneciano, su efigie se plasmó en las monedas y en los estandartes, y su nombre fue invocado en los rituales de la investidura dogal (el más antiguo testimonio es del 1071). A él se le dedicó en Venecia un solo colegio, llamado San Marcos "el grande", reservado exclusivamente para los nobles. Al amparo del mismo se fueron fundando otros, como el de Zara (s. XIV) y el de Mestre (s. XV). Durante su máxima expansión por el oriente -siglos XII y XIII-, Venecia levantó varias iglesias en honor de san Marcos, como las de Accon, Beirut, Embolos, Constantinopla, Candia, Bicorna y Retino. Desde Venecia se extendió también el culto por toda Italia. San Marcos, cuya fiesta se celebra el 25 de abril, es el patrono de los vidrieros y de los notarios.
CCG
