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BiografíaFotografía

Maisel, Jay (1931-VVVV)

Fotógrafo estadounidense nacido en Brooklyn (Nueva York) el 18 de enero de 1931.

Formado en el campo de la pintura, Maisel no podía imaginar en sus primeros años de estudiante lo que la fotografía iba a suponer para su carrera profesional y personal. Corrían tiempos de New Deal y la Farm Security Administration fotografiaba los extensos Estados Unidos de América con rigor documental, mientras las claves del expresionismo abstracto, el Action Painting que denominaron los americanos, llenaba los museos contemporáneos con nuevos aires de reivindicación artística.

Matriculado en la High School Abraham Lincoln, pasó después a la Cooper Union Art School a la que más tarde volvió en calidad de profesor. No obstante, la fotografía fue en un primer momento un arte sin interés para él. Años después se matriculó en Arte en la Universidad de Yale; fue aquí donde se produjo un contacto decisivo para su carrera, el de Joseph Albers que, procedente de la experiencia de la Bauhaus de Weimar, le enseñó sus estudios en torno al color. Fue decisivo en tanto que a partir de este momento Maisel se sintió impelido a desinteresarse por la complacencia psicológica y sentimental y a buscar la objetividad de la forma y de sus elementos constituyentes. Comenzó a prepararse para llevar a cabo una obra totalmente autónoma en lo visual, rechazando cualquier analogía entre el color y la propia situación interna.

Fue mientras analizaba el color con Albers cuando tuvo su primera experiencia como fotógrafo. Apenas hacía un año que Minor White había fundado Aperture, revista fotográfica de la vanguardia americana. Si a ello sumamos el interesante desarrollo de publicaciones vinculadas al mundo de la fotografía de moda como Vogue o Harper’s Bazaar, al gran reportaje como Life, y el crecimiento del sector del “advertising” de la fotografía comercial, el camino para Maisel en el sector fotográfico estaba sembrado. Trabajó de noche en una panadería de New Haven y de día deambuló fotografiando todo lo que se le ocurría. En un principio sus tomas fueron en blanco y negro, pero pronto comprendió que la ausencia de croma no favorecía su trabajo. En 1954 se trasladó a Nueva York e inició el que iba a ser sector en el amplio campo de la fotografía: la publicidad comercial. Desde mediados de los cincuenta, Maisel trabajó para revistas, agencias de publicidad y para las más importantes multinacionales. Enseñó fotografía en la School of Visual Arts de Nueva York y en la Cooper Unión Art School donde, en 1977 recibió la medalla St. Gaudens. Presentó exposiciones de carácter mundial y publicó trabajos en revistas y libros, pese a lo cual no comercializó su trabajo en forma de libro: casi todas las paredes de su estudio estaban dedicadas a mostrar su labor a los eventuales clientes. Y es que Maisel fue, ante todo, un fotógrafo de “colección”: cientos de sus imágenes en color y gran formato están en los museos y galerías americanas, así como en prestigiosas manos de coleccionistas.

Junto al trabajo profesional en el sector comercial, Maisel cultivó siempre la vertiente artístico-creativa de su fotografía. Estimulado visualmente por múltiples temas y materias -la infinita variedad del rostro humano, las relaciones entre personas, la naturaleza en todas las estaciones, las estructuras y ambientes creados por el hombre y sobre todo la luz, una luz siempre cambiante-, Maisel tiene la habilidad de transformar lo habitual en especial, de captar siempre la faceta insólita y sorprendente de las cosas; su inquietante sensibilidad fotográfica es capaz de mostrarnos aspectos del entorno en cuya belleza no se ha reparado. En este sentido, a lo largo de quince años fotografió Nueva York desde la terraza de su casa en el Bowery: quince años reflejando el encanto de lo cotidiano desde distintos ángulos y en diferentes condiciones de luz. Después de Nueva York, la ciudad que más retrató fue París ya que en la capital francesa encontró las condiciones de trabajo ideales para él: su desconocimiento del idioma le impidió relacionarse con la gente; ignorado, deambuló sin problema mirando, reflexionando y fotografiando. Nada ha logrado alterar el frenesí de este cazador de imágenes, únicamente preocupado por robar un momento y transformarlo en belleza pura, en un discurso concreto de forma gráfica y color que se inscribe dentro de las más avanzadas búsquedas artísticas contemporáneas y, al mismo tiempo, de las más refinadas técnicas expresivas de la fotografía. Cualquiera que sea la motivación profunda por la que nacen las fotografías de Maisel, éstas constituyen en sí mismas un estímulo al que es difícil permanecer indiferente, que solicita una respuesta aunque sólo sea emotiva.

Autor

  • Mª del Mar Marcos Molano