Luna, Antonio (1869-1899).
Escritor y militar filipino, nacido en Binondo (Manila) el 29 de octubre de 1869 y fallecido en Cabanatúan (provincia de Nueva Écija, Luzón) en junio de 1899, que está considerado por la historiografía filipina un héroe nacional. Destacó tanto por su contribución a las letras del país como por haber protagonizado varios hechos de armas durante la guerra de independencia contra Estados Unidos.
Antonio Luna fue el séptimo hijo de una familia humilde aunque cultivada. Él mismo demostró ya desde la infancia enormes aptitudes para el estudio al graduarse de bachiller en el Ateneo de Manila con sólo quince años. Decantado a continuación por la disciplina de Farmacia, viajó a España para cursar dicha disciplina en la Universidad de Barcelona, y una vez conseguida la licenciatura se trasladó a Madrid donde completó su formación con la obtención del grado de doctor (1890). Por entonces ya había comenzado a destacar como escritor con la publicación de varios artículos científicos referentes a su especialidad médica y de temas de actualidad para el periódico La Independencia, del que fue tanto fundador como editor, así como por colaborar frecuentemente en las actividades del círculo de filipinos agrupados en torno al movimiento propagandista dirigido por José Rizal.
Arrestado bajo la acusación de ser uno de los instigadores de los actos revolucionarios de 1896, fue juzgado por un Consejo de Guerra español el 7 de enero de 1897, salvándose en último momento de la pena de muerte gracias a la intercesión del auditor De la Peña; en vez de ello, el castigo dictado por el tribunal fue el destierro a España. Junto a otros dieciséis compañeros, Luna partió al exilio en febrero de ese mismo año a bordo del vapor Isla de Panay, pero al poco tiempo y gracias a la intersección de su hermano Juan pudo escapar a Bélgica, donde consciente de la lucha que estaba teniendo lugar en su patria se dedicó a prepararse en tácticas de guerrillas.
De regreso a las Filipinas (junio de 1898) se puso a disposición del nuevo gobierno revolucionario de Emilio Aguinaldo, quien le concedió el grado de brigadier general y nombró comandante del ejército independentista en la contienda iniciada casi de inmediato contra los Estados Unidos. Antonio Luna mandó las tropas que protagonizaron uno de los primeros combates victoriosos para las armas filipinas, la batalla de Las Lomas (5 de febrero de 1899), y posteriormente el intento de conquista de Manila, aunque el fracaso de esta última misión le obligó a retirarse y mantenerse a partir de entonces a la defensiva. En mayo de ese mismo año fue herido en el transcurso de una refriega en Pampanga.
Pese a haber sido nombrado secretario de Guerra del gobierno revolucionario, sus diferencias con la cúpula dominada por los hermanos Aguinaldo se fueron agrandando. Éstos le achacaban la utilización de métodos demasiado violentos y de desobedecer sistemáticamente las órdenes recibidas; no obstante, esta animadversión también encerraba un creciente recelo ante la popularidad que Luna estaba comenzando a adquirir. Acusado por el presidente Aguinaldo de alta traición, fue asesinado el 5 de junio de 1899 mientras se dirigía a una supuesta conferencia convocada por aquel, en lo que al parecer fue una trampa tendida por las tropas leales al gobierno. Este hecho fue ocultado en parte por las fuentes oficiales filipinas, necesitadas de héroes de la causa; no en vano, el general Luna fue enterrado con todos los honores.
