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HistoriaPolíticaBiografía

Luis IV, emperador del Sacro Imperio (1282-1347).

Emperador del Sacro Imperio (1328-1347), rey de Alemania (1314-47) y duque de Baviera, nacido en 1282 y muerto cerca de Munich el 11 de octubre de 1347. Conocido como el Bávaro, vio disputada su corona durante gran parte de su reinado, pero, gracias a una gran energía y dotes políticas, y a pesar de la oposición de los papas, pudo mantenerse firme en el trono alemán.

Síntesis biográfica

Perteneciente a la dinastía Wittelsbach, fue hijo segundo de Luis II el Severo, duque de la Alta Baviera y conde palatino del Rin, y de su esposa, Matilde, hija del rey alemán Rodolfo I. A la muerte de Luis II (1294) Luis heredó los alodios paternos, junto con su hermano mayor, Rodolfo. Se crió en la corte de los Habsburgo de Viena y tuvo sus primeros contactos con la guerra durante las campañas de su tío, el emperador Alberto I. En 1309 casó con Beatriz, hija del conde Enrique III de Glogau, con quien tuvo dos hijos: Luis V y Esteban II, que fueron sucesivamente duques de Baviera. En 1313 fue elegido emperador y entró en guerra contra la casa de Luxemburgo, que no reconoció le elección. Luis IV casó en segundas nupcias con Margarita, hija del conde Guillermo III de Holanda. De ese matrimonio nacieron cinco hijos: Luis VI, que fue duque de Baviera; Guillermo V, duque de Zelanda; Alberto, conde de Hainault y Holanda; Beatriz; y Otón V, también duque de Baviera. Gracias a este segundo matrimonio, el emperador aumentó las posesiones de los Wittelsbach, añadiendo los territorios de Holanda, Zelanda y Frisia, después de la muerte sin herederos del conde Guillermo IV de Holanda (1345), hermano de la emperatriz. Coronado en Roma en 1328, desde 1330 Luis IV luchó contra los güelfos de Alemania y el Papado, que no reconocieron su elección. En 1342 volvió a entrar en guerra con la casa de Luxemburgo a propósito de la sucesión en el Tirol, pero la contienda tomó grandes dimensiones cuando el papa se unió a Carlos de Luxemburgo, nombrado rey en 1346. Luis IV murió mientras luchaba contra Carlos IV, que le sucedió. Fue enterrado en el Frauenkirche de Munich, donde en 1622 el elector de Baviera Maximiliano I le hizo erigir una estatua.

Duque de Baviera y Emperador

Pronto tuvo Luis de Wittelsbach desavenencias con su hermano Rodolfo en referencia a la herencia paterna. En la querella, Luis tuvo de su parte a su tío Alberto y en 1301 Rodolfo admitió que Luis participase en el gobierno de Baviera y el Palatinado. A la muerte del emperador en 1308 Luis fue propuesto como candidato para sucederle, pero obtuvo escaso respaldo. Como las promesas de 1301 no se habían cumplido, Luis reclamó al nuevo emperador, Enrique VII, y en 1310 Baviera fue repartida, quedando para Luis el noroeste del ducado. Rodolfo no aceptó entregar ninguna parte del Palatinado. A la muerte de Esteban I de la Baja Baviera, Luis asumió la tutela de sus dos hijos, lo que desató una guerra entre los herederos de Luis II. En junio de 1313 Luis y Rodolfo firmaron la paz en Munich, pero ésto no satisfizo a los nobles de la Baja Baviera, que llamaron en su ayuda al duque Federico I de Austria, el Hermoso. La victoria de Luis sobre Federico en Gammesldorf, en noviembre del mismo año, le proporcionó una gran reputación.

El 2 de octubre de 1313 Luis fue elegido emperador como sucesor de Enrique VII, fallecido en agosto del mismo año. La elección, que tuvo lugar en Francfort, fue sucedida por la coronación en Aquisgrán el 25 de noviembre. Sin embargo una minoría de príncipes había votado la candidatura de Federico I de Austria y no aceptó la coronación de Luis IV. Comenzó entonces una guerra, en la que el emperador obtuvo el apoyo de las ciudades y los distritos del bajo y el medio Rin. La situación se complicó con la reanudación de la querella entre los hermanos, que duró hasta 1317, año en que Rodolfo fue depuesto y renunció a sus aspiraciones a cambio de una pensión anual. Con las manos libres, Luis IV pudo retomar la guerra contra el duque de Austria, con la ventaja añadida de haber conseguido nuevos aliados. La batalla definitiva tuvo lugar en Muhldorf el 28 de septiembre de 1322. La victoria del emperador fue completa y se debió en gran parte a la ayuda del burgrave de Nuremberg, Federico IV de Hohenzollern. A pesar de que Federico el Hermoso fue tomado prisionero, su hermano Leopoldo I continuó con la lucha, hasta su propia muerte en 1326. Aquel mismo año, el duque Federico regresó a Austria y abandonó la disputa, reconociendo a Luis IV.

Mientras se desarrollaba esta querella, el emperador debió luchar además contra el papa Juan XXII, que, apoyado por Felipe V de Francia, no reconoció la elección de Luis ni de Federico y reclamó su derecho a disponer del Imperio mientras se diese una vacancia. A finales de 1322 Luis envió a Italia al conde de Marstetten, Berthold de Neifen, que obligó a disolver el cerco papal a la ciudad de Milán. El papa amenazó con la excomunión si Luis no renunciaba a su reino en el plazo de tres meses y el 23 de marzo de 1324 hizo efectivo el anatema. El emperador contestó haciendo públicos sus cargos contra el papa y contó con el apoyo de los sectores eclesiásticos que abogaban por la pobreza, levantados contra Juan XXII, y por escritores como Marsilio de Padua, que escribió para Luis el Defensor Pacis, Guillermo de Ockham o Juan de Jardún. El emperador tomó la iniciativa y, después de haberse reunido en Trento con sus partidarios gibelinos, en marzo de 1327 entró en Italia y en mayo recibió la corona de hierro de los Lombardos en Milán. Luis provocó la rendición de Pisa y fue recibido en Roma con gran regocijo. El 7 de enero de 1328 fue coronado en la iglesia de San Pedro, de manos del noble romano Sciarra Colonna. Luis IV respondió a los ataques pontificios mediante la deposición de Juan XXII y la designación como papa de Pedro de Corvara, que tomó el nombre de Nicolás V. A continuación, Luis lanzó una expedición contra Nápoles, cuyo rey, Roberto, era aliado del depuesto papa. La campaña fracasó por la falta de dinero y provisiones, que causaron la desunión de las tropas, y el emperador hubo de volver a Roma, cuya población comenzaba a quejarse de las continuas exacciones a que era sometida por parte de los oficiales imperiales. Luis se dirigió a Pisa y en enero de 1330 entró de nuevo en Alemania.

Luchas dentro de Alemania

En enfrentamiento entre el emperador y el papa se extendió dentro de Alemania y Luis solicitó una reconciliación ante la formación de una formidable liga güelfa. Luis IV estaba dispuesto a aceptar las más humillantes condiciones, e incluso a abdicar, pero las negociaciones se prolongaron y entonces sobrevino la muerte de Juan XXII, en diciembre de 1334. Su sucesor, Benedicto XII estaba más dispuesto a llegar a un acuerdo, pero fue interrumpido por Felipe VI de Francia, que pretendía terminar para siempre con la influencia imperial sobre Italia. El emperador firmó en julio de 1337 una alianza con Eduardo III de Inglaterra, enfrentado con el francés en los inicios de la Guerra de los Cien Años, y comenzó a prepararse para la guerra. Más importante fue la reunión de los electores en Rense, en julio de 1338, en la que defendieron sus derechos electivos; en la posterior dieta de Francfort fue lanzado un decreto que declaraba que los emperadores no necesitaban la confirmación papal para que su elección fuese válida. En 1341 Luis IV abandonó la alianza con el rey inglés y buscó la paz con Felipe de Francia, presionado en el interior de Alemania por nuevos enemigos, producto de la política expansiva del emperador.

Luis IV mantuvo operaciones de poca importancia en la baja Baviera y contra el obispo Nicolás I de Constanza. Más trascendencia tuvo el enfrentamiento entre el rey Juan de Bohemia y el emperador a propósito de la posesión del Tirol. La heredera de éste condado, Margarita de Maultasch, había casado con el margrave de Moravia, Juan Enrique, hijo del rey de Bohemia; cuando Margarita se querelló con su esposo huyó y buscó la protección del emperador; éste declaró nulo el primer matrimonio de la duquesa y la casó con su propio hijo, Luis (1342). La anexión al Imperio del Tirol levantó contra Luis a Juan de Bohemia y a su familia de Luxemburgo, a los que se unió el papa Clemente VI. La guerra se extendió por Alemania y el emperador se tuvo que rebajar a firmar una paz humillante, pero en 1346 la facción papal nombró emperador a Carlos de Luxemburgo, margrave de Moravia y Luis IV volvió a tomar las armas. Carlos invadió el Tirol y Luis, que tenía más posibilidades de vencer, murió repentinamente durante una cacería de osos cerca de Munich. Le sucedió Carlos de Luxemburgo, que reinó como Carlos IV.

Bibliografía

  • DIEGO HERNANDO, M. El Imperio en la Europa medieval. Madrid, 1996.

  • HALLER, J. y DANNENBAUER, H. De los Carolingios a los Satufer. Época antigua de los Emperadores alemanes (900-1250). México D. F, 1974.

  • SCHARAMM, P. Kaiser, Rom und Renovatio: Studien zur Geschichte des römischen Erneuerungsgedankens vom Ende des karolingischen Reiches bis zum Investiturstreit. Darmstadt, 1957.

  • THOMPSON, J.W. Feudal Germany. Chicago, 1928.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero