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HistoriaLiteraturaBiografía

Lu Xun (1881-1936).

Intelectual y escritor chino, nacido en Shaoxing (provincia de Zhejiang) en 1881 y muerto en Shangai el 19 de octubre de 1936, fue uno de los grandes pensadores chinos contemporáneos que a través de sus relatos ejerció una gran influencia en la renovación de la literatura de su país y en la búsqueda de soluciones para acabar con el "atraso" de China, contribuyendo en esta línea a la configuración de una nueva ideología revolucionaria de la que se nutrió posteriormente el comunismo. También se le conoce como Zhou Shuren o Cheu Shujen.

Nacido en el seno de una familia humilde aunque cultivada, Lu Xun recibió una amplia educación basada en las enseñanzas tradicionales del confucianismo. Asistió durante un curso a la Academia Naval de Jiangnan, y en 1899 ingresó en la Escuela de Ferrocarriles y Minas de Nankín, centro en el que en 1902 obtuvo la graduación. Este último año, al igual que hicieran en esta época tantos otros estudiantes chinos, se trasladó a Japón para completar su formación; en este país estudió medicina en la Escuela de Sendai, pero después de dos años abandonó esta carrera para dedicarse por completo a la Literatura, particularmente a la traducción de obras extranjeras. Regresó a China en 1909 y se dedicó a la docencia en su ciudad natal hasta 1911, año en el que decidió ponerse al servicio del nuevo régimen republicano instituido por Sun Yat Sen: en consecuencia, a partir de 1912 ejerció diversos cargos públicos, en el Ministerio de Educación y en la Universidad Nacional de Pekín, funciones que compaginó con la actividad literaria.

En 1918 apareció publicado en el periódico de ideología revolucionaria Nueva Juventud su primer relato corto, Diario de un loco (Kuangjen jih-chi), seguido en 1921 por su obra más conocida e influyente, La verdadera historia de Ah Q. Junto con Hu Shi y Chen Duxiu, Lu Xun inspiró el nacimiento de la Nueva Cultura, movimiento partidario de introducir la lengua vernácula o baihua en la escritura china, y apoyó asimismo el Movimiento estudiantil del Cuatro de Mayo de 1919, que dirigió sus protestas contra la actitud imperialista de las potencias extranjeras respecto a China; durante esta época, Lu Xun se convirtió en una de las figuras más respetadas de la intelectualidad china y congregó en torno suyo un grupo de discípulos, futuros escritores, entre los que encontraron Xiao Hong y Rou Shi.

En 1926 fue expulsado de todos sus cargos oficiales y se vio obligado a huir de Pekín debido a la represión iniciada por Chiang Kai Shek contra todos los elementos intelectuales y de izquierda; pasó entonces a residir en Xiamen, en cuya universidad impartió también clases, posteriormente en Guangzhou (Universidad Sun Yat Sen) y fijó definitivamente su residencia en Shangai, ciudad protegida por un estatus especial garantizado internacionalmente, gracias al cual pudo seguir desarrollando una fecunda actividad literaria y pública. En Shangai, Lu Xun fue editor de las publicaciones Benliu (1928) y Yiweng (1934); fundó y formó parte de la Liga de Escritores de Izquierda (1930), organización que atacó duramente al Kuomintang, y de la Liga de Derechos Civiles. Publicó su último tomo de obras con el título Cuentos antiguos a nuestra manera (1935), poco antes de morir a causa de la tuberculosis.

El trabajo como escritor de Lu Xun incluyó cuentos cortos, ensayos sobre cuestiones políticas, traducciones, estudios lingüísticos, y poemas en prosa, aunque fueron sus relatos cortos, recopilados en tres volúmenes, Nahan (1923), Panghuang (1926) y Gushi xinbian (1935), los que alcanzaron mayor difusión y reconocimiento. En la mayoría de estas obras Lu Xun dejó traslucir el hondo pesimismo que invade su pensamiento, consecuencia de una firme convicción personal en el carácter retrógrado de la cultura y sociedad china, que mantiene a su pueblo sumido en el servilismo, la ignorancia o la superstición, y lo deja de esta forma incapacitado para el progreso. Así, en La verdadera historia de Ah-Q (1921), retrató al prototipo de campesino chino, ignorante, pasivo, carente de voluntad propia, que finalmente es víctima muda de la opresión, mientras que en Diario de un loco (1918) representó la cultura tradicional confucionista como un "caníbal" que devora a los hombres. Para cambiar esta situación, Lu creyó en el poder de la literatura, su utilización como instrumento que llevara a las masas nuevas ideas regeneradoras, para lo que era necesario emplear un lenguaje accesible, el bai hua, y adaptar los temas clásicos tratados a la realidad social.

Durante la década de 1930 su pensamiento se acercó bastante a la ideología marxista, aunque nunca llegó a pertenecer al Partido Comunista Chino y siempre mantuvo algunos puntos de discrepancia con los teóricos más ortodoxos; no obstante, tras su muerte, y hasta la "campaña de rectificación" de 1942, que entre otras medidas restringía la libertad de expresión en la literatura, el régimen de Mao "sacralizó" la figura de Lu Xun como uno de los padres del comunismo chino, dándole su nombre a la Academia de Artes y Literatura fundada en Yenan.

Autor

  • Cecilia Guiter Viader