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Ingeniería y tecnologíaBiografía

Lorenzo Pardo, Manuel (1881-1963).

Ingeniero español nacido en Madrid en 1881 y muerto en su ciudad natal en 1963. Estudió en el Colegio Romano y el Instituto de San Isidro. Ingresó después en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, donde se graduó en 1905. Desde 1906 hasta 1926 trabajó fundamentalmente en la provincia de Aragón, en el diseño y construcción de la mayor parte de los pantanos y canales que formaban parte de los planes nacionales de obras públicas. Se refirió a esos planes como un catálogo disperso de proyectos y comenzó a desarrollar su propia concepción de la política hidráulica. Defendió las ideas de Joaquín Costa sobre la irrigación como clave de la prosperidad española y las de Félix Martínez Lacuesta, que propugnaba una asociación de regantes del Ebro para planificar, construir y controlar los riegos de dicho río. Lorenzo Pardo añadió a ésta sus propias ideas para proponer una nueva política hidráulica. En 1918 publicó El pantano del Ebro, piedra angular de su política sobre dicho río. También en 1918 expuso sus ideas en una serie de artículos en El Sol (mayo de 1918). Sus artículos, libros y conferencias suministraron abundante información demostrativa de que España estaba bien dotada para el riego desde los puntos de vista hidrográfico, geológico y geográfico. Opinaba que el Ebro era el valle ideal para comenzar, debido a su copioso caudal de agua; finalmente, recalcaba que el desarrollo hidráulico debería, en todos los casos, ser financiado por el Estado, y respaldado por el esfuerzo colectivo de la comunidad del conjunto del valle. Sus ideas fueron bien recibidas por José Calvo Sotelo y el nuevo ministro de Fomento, Rafael Benjumea Burín, conde de Guadalhorce, quienes extendieron sus ideas sobre planificación y administración colectiva hacia las Confederaciones Sindicales Hidrográficas de todas las cuencas españolas. En 1926, Lorenzo Pardo se convirtió en director técnico y principal impulsor de la Confederación del Ebro, el modelo de las confederaciones. Además de concebir varios proyectos y coordinar diferentes grupos sociales y económicos, implantó fórmulas nuevas para bonos públicos con que financiar los proyectos del Ebro. Bajo su dirección, hacia 1930, la Confederación había incrementado los regadíos en unas 95.000 Ha, mediante la ejecución de catorce proyectos; se habían creado cinco granjas experimentales y numerosas estaciones meteorológicas, iniciados los proyectos de repoblación forestal. En agosto de 1831, el nuevo ministro de Fomento, Álvaro de Albornoz, destituyó a Lorenzo Pardo, pero fue llamado de nuevo en 1932 por Indalecio Prieto para hacerse cargo del Centro de Estudios Hidrográficos y redactar un plan hidráulico nacional. En este plan concedió preferencia a la cuenca atlántica, para ayudar a resolver problemas sociales y económicos locales; de hecho se refería fundamentalmente a los valles del Guadalquivir, Guadiana y Duero. En septiembre de 1933 fue nombrado director general de Obras Hidráulicas por Rafael Guerra del Río. Después de la Guerra Civil Española, su plan nacional de 1933 fue rebautizado y adoptado por el gobierno del general Franco. En 1948 fue nombrado presidente del Consejo de Obras Públicas.

Además de por sus numerosos proyectos, Lorenzo Pardo es notable por su originalidad tecnológica. Su pantano del Ebro en Reinosa regularía el caudal del río cerca de sus fuentes para lograr un riego más estable y también suministraría 318.240 Kw/h de electricidad, cifra que suponía la producción más alta, en una época en que la política del gobierno estaba dirigida primordialmente a la construcción de pantanos. También el trasvase del Tajo a las provincias orientales fue ideado en 1933 por Lorenzo Pardo; por medio de un canal, el agua del Tajo sería llevada a los ríos Júcar, Turia y Segura; este vasto proyecto se comenzó en 1966. Con todo, la característica más sobresaliente de Lorenzo Pardo fue su versatilidad como ingeniero, escritor, conferenciante y administrador. Consecuentemente, entre 1926 y 1960, le situaron en elevados cargos gubernamentales de muy distinto significado. Mereció también distinciones varias, como el ser nombrado hijo adoptivo de Zaragoza, la obtención de la medalla de oro de la Exposición Whitewater de Grenoble, o el ser miembro honorario de varias academias científicas en España y en el extranjero.

Entre sus libros más importantes están La Confederación del Ebro. Nueva política hidráulica (Madrid, Compañía Iberoamericana, 1930); Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro, Publicaciones de la Confederación, vols. 1-33 (Zaragoza, 1926-1930); La Conquista del Ebro (Zaragoza, Heraldo de Aragón, 1931); y Plan Nacional de Obras Hidráulicas, vol. I (Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1933).

Bibliografía

  • GONZALEZ-BLANCO, Pedro: Ordenación y prosperidad de España. El plan nacional de obras hidráulicas del ingeniero Lorenzo Pardo. (Madrid, Sáez Hermanos, 1934).

  • VELARDE FUENTES, Juan: Política Económica de la Dictadura. (Madrid, Guadiana, 1973).

David W. Beck.

Autor

  • D.B. Piñero