López, Tancredo, "Don Tancredo" (s. XIX-XX).
Célebre aficionado a los toros español, nacido en Valencia hacia el último cuarto del siglo XIX. En el planeta de los toros, es conocido por el sobrenombre de “Don Tancredo”.
Torero frustrado en sus años mozos, Tancredo López ha pasado a los anales del toreo mundial por popularizar la espectacular suerte del pedestal, cuya invención se atribuye al torero mexicano conocido como “El Orizabeño”. Sea o no exacta esta atribución, lo cierto es que, por la frecuencia y el arrojo con que Tancredo López lo practicó en España e Hispanoamérica, el mencionado lance ha pasado a la Historia de la Tauromaquia con el nombre de suerte de don Tancredo.
Consiste dicho alarde taurómaco en situarse en la plaza frente a la puerta de toriles, encaramado sobre un pedestal y adoptando una inmovilidad extrema que pretende asemejarse a la pétrea impavidez de las estatuas (por parecerse aún más a ellas, Tancredo López se vestía y pintaba enteramente de blanco). En esta arriesgada quietud, se aguarda la salida de la fiera sin descomponer la figura ante su pavorosa estampa; porque, cuando la suerte se ejecuta con la templanza de ánimos que forja el necesario coraje, el toro no suele acometer el cuadro inmóvil que componen el pedestal y el valiente en él erguido.
Cuentas los cronistas más avisados que “Don Tancredo” puso en práctica esta suerte por vez primera en la plaza de Valencia; y que, animado por el fervor y el entusiasmo que despertó entre los aficionados, la ejecutó en Madrid el penúltimo día del año 1900. A partir de entonces, se vio reclamado para presentarla por todos los cosos de la geografía peninsular, hasta que pasó la curiosidad despertada por la novedad del lance. Y fue tan sonado y difundido el alcance de su temeraria impavidez, que la lengua castellana ha incorparado a su rico acervo popular el modismo “hacer el Tancredo” o el "dontancredo" para referirse a la acción de permanecer inmutable ante el peligro o la adversidad.
