López Bru, Claudio. Segundo marqués de Comillas (1853-1925).

Aristócrata y empresario español, nacido el 14 de mayo de 1853 en Barcelona y muerto el 18 de abril de 1925 en Madrid. Claro ejemplo del paternalismo empresarial en la España de los albores del siglo XX y ferviente defensor del cristianismo social, su labor abanderó la acción social de la Iglesia católica de la época.

Menor de los cuatro hijos de Antonio López y López, primer marqués de Comillas(1817-1883) y de su esposa, doña Luisa Bru y de Lassus, Claudio López heredó de su padre el título nobiliario que le convirtió en grande de España y todos los lucrativos negocios que habían situado al primer marqués a la cabeza del panorama empresarial español. Cuando Claudio aún no había cumplido los cuatro años, su padre creó la naviera Antonio López y Cía., convertida más tarde en Compañía Trasatlántica y verdadero buque insignia del negocio familiar al que se añadirían firmas como el Banco Hispano Colonial, el Banco de Crédito Mercantil, la Compañía de Tabacos de Filipinas, la Compañía Transatlántica y un variado número de sociedades mercantiles, entre las que se incluían varias minas y la posesión de inmensos territorios repartidos por todo el país (aproximadamente unas 23.000 ha).

Como correspondía a su posición, el joven Claudio recibió una esmerada educación. Después de licenciarse en Derecho en Barcelona se trasladó a varios países europeos para completar los estudios empresariales que le proporcionaran la preparación adecuada para hacerse cargo personalmente de los numerosos negocios familiares, agrupados en la Corporación Comillas. En 1881 se casó en Barcelona con María Gayón y, dos años más tarde, se convirtió en el presidente del imperio familiar tras la muerte de su padre. Asumió además la vicepresidencia de Norte, la principal empresa ferroviaria del país, y, a pesar de que una enfermedad pulmonar le acompañó durante toda su vida, supo engrandecer los negocios de la Corporación con nuevas sociedades de explotación minera y de construcción naval.

Estuvo muy ligado al sacerdote y poeta catalán Jacinto Verdaguer, quien fue su capellán y el agente de distribución de las cuantiosas limosnas que repartía. El escritor catalán, en agradecimiento a su mecenazgo, le dedicó su obra capital, La Atlántida.

Se dejo seducir por el mundo de la política no como fin en sí misma, sino como vehículo para realizar dos fines básicos que le preocuparon enormemente a lo largo de su vida, al igual que al papa León XIII: acabar con la discordia y desunión de los católicos españoles y promover un acelerado proceso de recristianización de las masas obreras. Para conseguir el primer objetivo, López Bru fundó y sostuvo con su dinero el rotativo El Universo, órgano de expresión de un partido católico que fue combatido po igual por liberales y carlistas.

No obstante, donde el marqués proyectó sus esfuerzos e ilusiones con más vigor fue en la acción social católica, esto es, en la recristianización de las masas obreras, las cuales comenzaban a constituirse por esa época en organismos y agrupaciones de carácter socialista e izquierdista, circunstancia que preocupó en grado sumo al papa León XIII, quien le encomendó la tarea de propagar y ejecutar en España los dictados emanados de la encíclica Rerum Novarum. Su empresa minera asturiana, la Hullera Española, por ejemplo, fue toda una excepción dentro de los moldes de organización empresarial imperantes en una época de extremada dureza patronal, aplicando toda una serie de beneficios a sus trabajadores mucho antes de que fueran permitidos por la ley: construcción de viviendas y escuelas, el establecimiento de seguros médicos y mutualidades, el cobro de pensiones tras la jubilación, etc. Como muestra de apoyo personal al papa León XIII y a su famosa encíclica, López organizó, en 1894, una gran peregrinación de obreros católicos a Roma (aproximadamente unos 16.000), con los que se dispuso a embarcar en Valencia rumbo a la ciudad santa, embarque que fue dificultado por la militancia republicana muy fuerte y poderosa en dicha ciudad que estuvo a punto de echar por tierra el proyectado viaje.

Incansable en su aliento y propósito cristiano, López siguió con la labor que le encomendó el papa (que él tomó prácticamente como una orden), para lo que sostuvo económicamente las actividades del padre Vicent, apóstol del catolicismo social en España, en proyectos como la creación de las Corporaciones Católicas Obreras y el Banco de León XIII, destinado a librar a los pobres de la clase agraria de la usura de los terratenientes. Sin embargo, la iniciativa de más envergadura que llevó a cabo fue la creación de la Universidad Eclesiástica de Comillas, iniciada por su padre y concluida por él como homenaje a la Iglesia y a la tierra de su antepasados.

En reconocimiento a su ingente labor social, Claudio López fue condecorado con las cruces de la Beneficencia, al Mérito Militar y de Carlos III, entre otras, y agraciado por el papa con la Gran Cruz de Cristo y la Espuela de Oro. En 1913 fue condecorado por Alfonso XIII con el Gran Collar de la Orden del Toisón de Oro. Antes de morir, en 1925, López desempeñó el cargo honorífico de comisario regio de la Exposición Universal de Barcelona. Al morir sin descendencia, el título pasó a su sobrino Juan Antonio Güell y López, hijo de Eusebio Güell. Hombre muy discutido, paradigma de un paternalismo social muy concreto, hoy día totalmente desfasado y superado, son innegables sin embargo la firmeza de sus ideas y los positivos resultados que obtuvo la Iglesia española de sus actuaciones.

Bibliografía

• CASTILLO, Juan José. El sindicalismo amarillo en España: aportaciones al estudio del catolicismo social español (1912-1923). (Madrid; Ed. Cuadernos para el diálogo, 1977).

• GARCÍA VILLOSLADA, Ricardo. Historia de la Iglesia en España. Volumen nº 5. (Madrid; Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, 1979).

• GESTEL, C. La Iglesia y el problema social. (Madrid; Ed. Instituto de Estudios Políticos, 1963).

• PRENSADO, Berta. El marqués de Comillas. (Madrid; Ed. Publicaciones españolas, 1959).

CHG

Autor

• Carlos Herráiz García.