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LiteraturaPinturaBiografía

Lizcano y Monedero, Ángel (1846-1929)

Pintor español; nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) el 24 de noviembre de 1846 y murió en Leganés (Madrid) el 31 de julio de 1929. Inició sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Las visitas al Museo del Prado le muestran la obra de Goya, autor en el que se inspirará en 1867 para una serie de cuadros de género costumbrista, sus primeras obras, en los que el influjo del pintor aragonés sincretiza con el del madrileño Alenza, seguidor a su vez del pintor de Fuendetodos alejándose de cuanto el costumbrismo pudiera tener de comercial. Al concluir sus estudios en 1869, será protegido por el marqués de Bedmar, quien fue consciente de las grandes posibilidades de su talento. Su excelente conocimiento de la tradición pictórica española se aúna en su obra al del paisajismo holandés, estudiado a fondo en el Museo del Prado. Este enraizamiento en la pintura española, que se manifiesta sobre todo en una tendencia constante hacia el realismo, no es óbice para que su obra resulte sumamente original y moderna. La mencionada tendencia realista hará que su contribución a la moda de la pintura histórica no sea sino modesta, tal y como se puede observar en La batalla de los siete condes o en Batalla de Tetuán. Por otra parte, el influjo goyesco ya mencionado se plasmará en cuadros en los que el calco del estilo de Goya ha llevado a atribuciones equivocadas que nunca pasaron por la mente de Lizcano.

Colaboró en diferentes revistas y proyectos editoriales debido a su habilidad para el dibujo. Así, ilustró algunos de los Episodios Nacionales de Galdós y diferentes obras teatrales de género chico de autores como Luceño, Ramos Carrión, Vital Aza o Ricardo de la Vega.
Durante treinta años, pintó mucho y vendió bien, tal vez demasiado bien, pues se acostumbró a llevar a cabo pinturas de carácter exclusivamente comercial, bien que los beneficios, como en tantas ocasiones, no los recibiera él, sino los marchantes de arte.
Junto con esto, los desequilibrios mentales que comenzó a padecer a mediados de la década de 1880, hicieron que su arte se resintiera de forma importante a partir de 1890. Así, se dedicó a pintar para subsistir cromos de majos y toreros en los que el colorido se vio notablemente perjudicado por motivos de reproducción y en los que la calidad llegó a ser muy inferior a la de su obra anterior. Sus últimos años, todavía viviría hasta 1929 y moriría en el manicomio de Leganés (Madrid), fueron duros, pues no pudo llevar a cabo una obra continuada y los intentos de recaudar dinero para sus gastos (así la exposición de 1928, organizada por la Asociación de Pintores y Escultores o la petición que se hizo de que se le concediera un puesto en la Escuela de Artes y Oficios de madrid) fracasaron. Subsistió gracias a una pensión del Círculo de Bellas Artes y, aún así, llevó una vida miserable durmiendo en la calle y comiendo de caridad. Es digno de destacar que, aún en los peores momentos, se mantuvo muy unido al Círculo, a cuyas sesiones de pintura con modelo acudía regularmente para pintar a su gusto, sin las trabas de temas y colores que le imponían los cromos con los que se ganaba la vida en los intervalos lúcidos de su creciente demencia.
Su obra incluye cuadros históricos como Carlos II visitando el monasterio de Cardeña, por el que obtuvo segunda medalla en la Exposición Nacional de 1881, junto a retratos y obras de género como El manchego, Una suerte de vara en la plaza de Madrid o Los Segadores. Fue, asimismo, autor de una amplia serie de cuadros sobre temas cervantinos, tales como Cervantes y sus modelos con el que obtuvo medalla de segunda clase en la Exposición de 1887. Destaca este cuadro por la precisión del dibujo y el gusto por el detalle, así como por la composición escenográfica -el patio de una venta manchega- en la que Cervantes se encuentra rodeado, tal y como los pintores del XIX en sus estudios, de los atributos y los modelos de su obra.
Además de a las mencionadas, concurrió a las Exposiciones Nacionales de 1871, 1876, 1878 y 1884. Obtuvo medallas de tercera clase en 1876 por Exposición de unos polichinelas que representan la lucha de la Monarquía con la República, siendo el auditorio varios tipos de las principales provincias de España que no podía resultar más oportuno a las alturas del primer año de la restauración monárquica, y en 1878 por Cogida de un diestro.

Autor

  • G.F.S.E.