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HistoriaBiografía

Licinio Galieno, Publio. Emperador de Roma (233-268 d.C.)

Emperador romano, hijo de Valeriano. Ambos, padre e hijo, llevaron las riendas del imperio desde el año 253. Mientras vivió Valeriano, Galieno gobernó el Este y realizó una serie de campañas exitosas contra las tribus germanas del Rhin. Tras la captura de Valeriano por los persas, la situación política del imperio se hizo más inestable. En el año 258, Galieno contuvo en Milán una invasión de los alamanes, que se habían adentrado peligrosamente a través de los Alpes. Nada más conseguir esta victoria, Galieno tuvo que marcharse a Panonia, donde Regaliano se había rebelado y proclamado emperador. Poco después, las legiones germanas proclamaron emperador a Marco Casiano Póstumo, que fue reconocido en las provincias de Germania, Galia, Britania e Hispania. Impotente, Galieno hubo de reconocer la autoridad de Póstumo, que ejerció su poder sobre las provincias occidentales. Mientras tanto en Oriente, el general Macriano, que ayudado por Odenato, príncipe árabe de Palmira, había conseguido frenar el avance persa, proclamó a sus hijos Macriano y Quieto emperadores, con lo que surgió un nuevo frente de batalla para Galieno. Macriano, reconocido emperador en las provincias orientales, inició junto con su padre su marcha hacia Europa, pero fue vencido por la caballería de Galieno dirigida por Aureolo; Quieto, el otro hijo del general rebelde, fue asesinado en Siria por Odenato, quien había sido nombrado por Galieno general romano (dux romanorum) en el 262. Odenato salió fortalecido de esta lucha y creó en Palmira un reino casi independiente con el consentimiento de Galieno. Dado que el imperio se había desmembrado en un Imperio de las Galias en las provincias occidentales y un reino en Palmira, que servía de tapón ante las incursiones persas, Galieno tuvo las manos libres para concentrarse en el refuerzo de las defensas de Danubio. Pero Galieno tampoco pudo concluir esta obra, pues se vio obligado a volver a Italia, donde Aureolo, comandante en jefe de la caballería, se había proclamado emperador. Galieno consiguió encerrarlo en Milán, pero cayó víctima de un complot urdido por sus oficiales (año 268).

Aunque la tradición de la historiografía antigua ha transmitido una mala imagen de Galieno, hoy se reconocen sus aciertos; de hecho, Galieno inauguró una nueva política de reconstrucción del imperio que fue seguida por sus sucesores. Así, realizó reformas en el ejército, encaminadas a fortalecer las fronteras ante el avance de los bárbaros; de ese modo, en lugar de mantener una línea de defensa continua desplegada a lo largo de la frontera, Galieno creó cuerpos especializados de caballería en el interior, que estacionados en ciudades fortificadas podían moverse con rapidez de un sitio a otro en caso de invasión. En lo que respecta a su política religiosa, Galieno abandonó las persecuciones a los cristianos que habían caracterizado el imperio de su padre Valeriano. Galieno era de la opinión de que al cristianismo había que vencerlo con medios intelectuales; de ese modo, se rodeó de un círculo de filósofos e intelectuales representantes del neoplatonismo con los que creó una corte ilustrada cercana al poder: entre estos estudiosos destacaba Plotino, que fue amigo personal del emperador. También acometió reformas políticas de importancia como la ruptura de ciertos privilegios del orden senatorial, pues prohibió a los senadores el acceso al ejército en un intento de separar la carrera política de la militar; con ello, el mando de las legiones quedaba en manos de miembros del orden ecuestre, experimentados en la vida castrense y con pericia en la guerra.

Bibliografía

  • DE BLOIS, L.- The policy of the emperor Gallienus, Leiden, 1976.

  • MANNI, E.- L'impero di Gallieno. Appunti di stuoria romana, Pisa, 1951.

  • ROLDAN HERVÁS, J. M.- Historia de Roma, Salamanca, 1995, pp. 416-421.

Autor

  • Teresa Jiménez Calvente.