Leprince de Beaumont, Jeanne Marie (1711-1780).
Escritora francesa nacida en Ruán en 1711, y muerta en Chavanod en 1780, hermana del pintor Jean-Baptiste Leprince, más conocida como Madamme Leprince de Beaumont.
Hizo un matrimonio desafortunado en 1743 y, hacia el año 1745, marchó a Londres (Inglaterra), lugar donde permaneció durante diecisiete años, allí fundó el periódico literario y científico Le Noveau Magasin français (1750), dedicado a la juventud, en el que publicó varios cuentos que le dieron fama. También trabajó como institutriz y se casó de nuevo. En el año 1764 viajó de nuevo, esta vez a Saboya y Suiza, y allí permaneció hasta su muerte, escribiendo varias obras para niños como Magasin des enfants o "Diálogo de una sabia institutriz con sus alumnos" (1757), publicado en Francia, y también dedicado a la instrucción y educación de jóvenes; y numerosas recopilaciones de cuentos bajo el título de Contes moraux (1774,1776). Escribió también otras obras como Instructions pour les jeunes dames que entrent dans le monde (1764), y las novelas La Nouvelle Clarice (1767) y Double Aliance (1772).
Moralista por encima de todo, instituyó el modelo del cuento pedagógico donde la intriga feérica no es más que un pretexto para un discurso sentencioso en el que se mezclan los preceptos de la religión y las nociones elementales que debe recibir todo niño bien educado. A veces, el tema feérico desaparece totalmente, y el cuento no es más que una historia sin acción donde la educadora organiza hasta los más mínimos acontecimientos según el modelo del Émile de Rosseau. Paul Hazard dice a propósito de ésto: "La imaginación y la sensibilidad no son consideradas como un fin en sí sino como el medio que una buena institutriz emplea para hacer valer mejor su saber" (Paul Hazard).
Sin embargo, si su cuento más conocido, La Bella y la Bestia, no es más que el resumen de un texto original de Madamme Barbot de Villeneuve, otros de sus relatos (Graciex, Le Prince chérie, Le Prince Falal y Fortune), han sido constantemente reeditados, y acreditan una imaginación llena de frescura, que corre parejas con su estilo de escritura. Son éstos sus últimos cuentos, escritos en el exilio, que por su carácter más poético y elevado y su extraordinaria calidad, merecen figurar en la historia literaria del siglo XVII. Anuncian el género del cuento romántico, que alcanzará la perfección con Nodier. Considerada el Rousseau femenino por su genio, Madamme Leprince de Beaumont conoció una inmensa popularidad en su época. La mayor parte de su obra es didáctica y moralizante, en la que la pretensión científica ha constituido durante un siglo el vademécum de la perfecta educadora.
