Lee, Laurie (1914-1997).
Poeta y dramaturgo inglés, nacido en Stroud (Gloucestershire) en 1914. Autodidacto e impetuoso desde muy temprana edad, cuando cumplió los diecinueve años abandonó la casa de sus padres y marchó a pie hasta Londres, en donde hubo de aceptar un empleo de albañil para ganarse la vida.
Siempre movido por un deseo de aventura que, en no pocas ocasiones, le obligó a vivir en condiciones precarias, en 1935 dejó su trabajo en la construcción y viajó hasta España, país que recorrió a pie con un violín como único equipaje, subsistiendo gracias a lo que iba recaudando como músico ambulante. Pero al cabo de un año, ante el estallido de la Guerra Civil, se vio obligado a huir cruzando los Pirineos y llevándose consigo una emotiva colección de recuerdos españoles que, veinte años después, conformarían su libro de viajes titulado Una rosa para el invierno (1955). Para entonces ya habían salido a la calle varios poemarios de Laurie Lee, como los titulados El sol, mi monumento (1944), Un brote de velas (1947) y Mi hombre de tantos abrigos (1955), obras que, aunque ya anunciaban el vigor poético de Lee -no exento de un especial encanto que no llega a rebajar la fuerza de sus versos-, aún no habían bastado para consagrarle entre los poetas más relevantes de su tiempo.
Instalado nuevamente en Londres, aceptó un empleo como funcionario en el Ministerio de Información durante el tiempo que duró la II Guerra Mundial, período en el que fue pergeñando alguno de los volúmenes recién reseñados. A partir de 1959 comenzó a gozar de un relativo prestigio como poeta, merced a la aparición de uno de sus mejores libros de versos, Sidra con rosas, cuyos elementos autobiográficos (plasmados en la evocación de una infancia feliz en un entorno rural) reaparecerían en sus siguientes entregas poéticas. En efecto, en el transcurso de una larga y espaciada carrera poética fue dando a la imprenta otros títulos en los que la substancia argumental venía sostenida por sus ricas vivencias; así ocurre, por ejemplo, en libros como Cuando salí de paseo una mañana de verano (1969), Yo no puedo durar (1975) y Un momento de guerra (1991). Además de estos volúmenes de poesía, Lee escribió también un par de dramas en verso, titulados El cura de los campesinos (1947) y El viaje de Magallanes (1948), obras cuya importancia queda minimizada al lado del relieve que alcanzó con el cultivo del género poético.
Su última obra fue Un instante en la guerra (1997), donde recoge sus reflexiones sobre la Guerra Civil española y nos permite constatar la pericia con que supo ver y ha sabido comunicar su vivencia. Este novela constituye la continuación lógica de otra obra de tema español y también de carácter autobiográfico: Cuando salí de paseo una mañana de verano, donde narraba el momento en el que Lee abandonó su hogar familiar y su periplo por España con un violín debajo del brazo, hasta que se producía la rebelión militar del 18 de julio. Salió del país pero decidió volver a él en 1937, cruzó los Pirineos y se instaló en casa de unos milicianos. En Un instante en la guerra narra lo que ocurrió después: el proceso de un hombre que, tras comprometerse con una causa, termina desengañado de ella.
La producción lírica de Laurie Lee, aunque penetrada por la influencia de dos grandes clásicos contemporáneos de lírica inglesa, Auden y Spender, presenta un enfoque original que la vincula con la mejor tradición oral de las Letras británicas. Además, una parte de la crítica literaria anglosajona ha hallado en los versos de Lee algunos ecos de la voz poética de Federico García Lorca.
