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PsicologíaBiografía

Le Bon, Gustave (1841-1931).

Psicólogo social francés nacido en Nogent-le Rotrou el 7 de mayo de 1841 y fallecido en Marne-la Coquette el 15 de diciembre de 1931.

Alumno del Liceo de Tours, médico militar durante la guerra franco-alemana, comenzó trabajando la anatomía y la fisiología (materias de las cuales publicó algunos trabajos entre 1866 y 1873) para derivar posteriormente hacia la antropología y la arqueología. El Gobierno francés le envió a Oriente como arqueólogo, y llegó en sus viajes hasta Nepal. Fruto de éstos fueron numerosos artículos y libros.

Hombre extremadamente prolífico desde el punto de vista intelectual (como Gobineau), ejerció gran influencia en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX con diversas obras. Entre ellas abarcó diversos temas, como la psicología y la educación, en Les lois psychologiques de l'evolution des peuples (1894), La psichologie du socialisme (1898) o Psichologie de l'education (1902); la física en L'évolution de la matière (1905) y L'évolution des forces (1907); así como otras de carácter más general y antropológico, como Las primeras civilizaciones de la India, La civilización de los árabes, Estudio de las civilizaciones y las razas, etc. Dichas obras, dentro del más clásico "darwinismo social", con el que intentó justificar el colonialismo basándose en teorías antropo-sociológicas defensoras del arianismo, están imbuidas de un determinismo geográfico (influencia de las condiciones climáticas y mesológicas: temperatura, humedad, características del suelo, etc.) y biológico (papel de la herencia, la anatomía, la selección natural y la lucha por la existencia) con que intentó sostener que diversos pueblos eran inferiores a los arios y, en definitiva, a varias naciones europeas. Entre tales criterios discriminatorios se encuentran también los que se refieren a la degradación de pueblos, clases sociales y razas por el mestizaje, inferioridad física, moral, psicológica e intelectual de éstos en relación con los europeos, y otros muchos.

Si bien en ocasiones utilizó indistintamente el término de raza y pueblo, no los concebía como equivalentes. Veía el primer término equivalente al de la especie aplicada al animal, estimando que las diversas razas de hombres estaban separadas por caracteres distintivos tan marcados como los que separaban especies animales próximas, caracteres que poseían la particularidad de reproducirse por la herencia con regularidad y constancia. El pueblo era, por su parte, una aglomeración de razas diversas que la política, la geografía u otras causas reunía bajo un solo gobierno. En las razas humanas distinguía caracteres aportados por la herencia y caracteres adquiridos bajo la influencia del medio, la educación y otras causas. Las razas distintas que por circunstancias políticas formaban un solo pueblo podían llegar a constituir a la larga una sola raza, a efecto de la acción del medio, los cruces y la herencia; fijaban también con los siglos, además de los caracteres físicos, otros morales e intelectuales. Pero para que se efectuaran esos cambios y fijación, las razas mezcladas no podían estar en proporción muy diferente, ya que si, por ejemplo, un pequeño grupo de blancos era transportado en medio de una gran masa de negros, aquél desaparecería rápidamente.

La acción del medio era débil para modificar los caracteres fijados de modo sólido por la herencia; por eso creía, falsamente, que los hijos de Israel en todas las latitudes mostraban un tipo invariable. Los caracteres hereditarios eran tan estables que una raza antigua transportada a un medio que exija grandes transformaciones perecía antes que transformarse, pues la aclimatación era una vana quimera, como sucedía con los ingleses en la India, que a pesar de las reglas de higiene no lograban aclimatarse.

Su concepción determinista de razas superiores e inferiores le hacía argumentar que era ventajoso para las primeras si se cruzaban con otras similares, conformando un todo homogéneo, como sucedía con la "raza inglesa", en lugar de con otras muy opuestas o muy diferentes por su civilización, su pasado y su carácter, como sucedía con la unión del negro y el blanco, del indio y del europeo, etc. Tales mezclas traían resultados desastrosos y habían conducido a la decadencia de las razas y de los imperios. Sin embargo, con un cierto grado de relación existente entre dos pueblos o razas aproximadas, la dominación extranjera podía fácilmente ser aceptada.

Los caracteres anatómicos (forma y capacidad craneana, etc.) revelaban las distinciones entre las razas superiores e inferiores, pero eran los caracteres morales e intelectuales (acumulados por herencia en una nación) los que explicaban el dominio de una raza o pueblo sobre otros. Los pueblos perseverantes con carácter y voluntad desempeñaban un papel más importante en la vida de los pueblos que la inteligencia; en cambio, los que tenían poca energía, carácter y perseverancia se dejaban dominar en masa por un pequeño grupo de hombres. La instrucción no aumentaba la moralidad, y menos cuando se aplicaba un sistema de educación adaptado a las necesidades de un pueblo en otro que se encontraba en una fase de evolución distinto.

Le Bon, Delaunay y otros antropólogos atribuían a la mujer inferioridad intelectual, física y moral sobre la base de determinados caracteres antropológicos, como la fortaleza física y la diferente capacidad craneana, peso y volumen del cerebro, que arrojaban valores inferiores a los del hombre.

Aunque defensor de una teoría social elitista de carácter determinista con gran componente biológico, Le Bon manifestó que el sistema parlamentario, a pesar de sus defectos, era el método mejor que habían realizado los gobiernos, y que las tiranías producían la esterilización de valores y el derrumbe de las energías, tanto como las democracias demagógicas.

Bibliografía

  • COMAS, J. Los mitos raciales. París, UNESCO, 1952.

  • LE BON, G. Las civilizaciones de la India. Buenos Aires, Ediciones Anaconda, 1945.

  • ORTIZ, F. El engaño de las razas. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1975.

  • PESET, J.L. Ciencia y marginación. Barcelona, Grupo Editorial Grijalbo

  • TORT, P. Dictionaire du darwinisme et de l'Evolution. FrancIA, Presses Universitaires de France, 1996.

Armando García González

Autor

  • 0302 AGG