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QuímicaBiografía

Lavoisier, Antoine Laurent (1743-1794).

Químico francés, nacido en París el 27 de agosto de 1743 y muerto guillotinado, en la misma ciudad, en plena fiebre revolucionaria, el 8 de mayo de 1794.

Miembro de una familia acomodada, estudió en el Colegio Mazarino, y por influencia paterna se doctoró en Leyes en 1764. Demostró pronto sus aptitudes para las ciencias naturales: se dio a conocer con unos trabajos sobre iluminación pública y la preparación de un atlas mineralógico de Francia. En 1768, con tan sólo 25 años, fue admitido en la Academia de Ciencias como químico adjunto. Hombre ambicioso, se dio cuenta de que sus aptitudes científicas podían procurarle una posición de favor en la corte francesa. Fue poco después nombrado asentista, miembro de la Ferme Generale, corporación que prestaba dinero a la corona a cambio de recaudar para sí los impuestos a la ciudadanía. En 1771 se casó con la hija del director de la Compañía de Indias Jaime Paulze, quien contaba con catorce años de edad.

En 1775 fue nombrado inspector de fabricación de pólvora e instaló su laboratorio en el Arsenal, un edificio que se convirtió en el primer centro científico de París (que fue pasto de las llamas durante la Comuna de París) y al cual acudieron numerosos científicos extranjeros como Franklin, Priestley y Watt. Fue también miembro del comité de agricultura y director de la Academia de Ciencias en 1785, miembro de la Asamblea de Orléans en 1787 y diputado suplente en los Estados Generales en 1789. En 1791 fue nombrado tesorero de la Academia y secretario del Comité para la Unificación de pesos y medidas, organismo que alumbró el sistema métrico decimal.

El 8 de agosto de 1793, la Convención Nacional revolucionaria ordenó la supresión de todas las academias y sociedades literarias del estado, y el 24 de noviembre del mismo año se dispuso que los fermiers fueran arrestados. El 8 de mayo de 1894 fue condenado a muerte, y ejecutado en la guillotina ese mismo día. Su amigo y colaborador Lagrange dijo al respecto: “Ha bastado un momento para hacer caer esta cabeza, y tal vez no bastarán cien años para procurarnos otra semejante”.

Obra científica.

El mayor logro de Lavoisier fue la introducción sistemática en la química del método cuantitativo, es decir, pesarlo y medirlo todo, por lo que se le considera fundadamente como el padre de la química moderna.

Uno de sus primeros experimentos fue introducir cierta cantidad de agua en un recipiente muy grande de vidrio cerrado herméticamente y someterlo a ebullición durante varios días. El vapor que se producía se condensaba en la parte superior del recipiente y caía hacia la parte inferior, donde volvía a hervir. Cuando se enfrió finalmente la botella, constató que había una pequeña cantidad de poso terroso en el fondo. El experimento se había realizado muchas veces desde el s. XVI, y los científicos que lo habían realizado concluían invariablemente que el agua se había transformado en tierra por condensación. Lavoisier logró separar la tierra del agua y demostró que la cantidad de agua del recipiente no había variado, de forma que el poso tan sólo podía proceder de las paredes del recipiente. En efecto, una vez pesada la botella constató una disminución de su peso equivalente al del poso, con lo que demostró, por una parte, que no se producía tierra del agua, y por otra la llamada Ley de conservación de la materia.

El mejor descubrimiento de este científico fue la teoría de la oxidación. La teoría por entonces vigente, debida a Stahl y conocida como teoría del flogisto, suponía que cuando un metal se oxida o calcina pierde parte de su peso, que corresponde al flogisto, principio reactivo transferible cuya pérdida produce las cales. Lavoisier introdujo en 1781 un trozo de estaño en un recipiente hermético y lo sometió a la acción del fuego, tras lo cual constató que el peso del conjunto no había variado, pero el metal lo había ganado. El incremento de peso sólo podía proceder del aire contenido en la botella, que identificó acertadamente con el aire desflogisticado recién descubierto por Priestley y que bautizó como oxigenium, según la creencia -errónea- de que este elemento intervenía en la formación de todos los ácidos (oxys genea). Un experimento similar llevado a cabo con el mercurio le llevó a concluir que los metales eran elementos simples y las cales u óxidos compuestos de metal y oxígeno, lo que demostró años después H. Davy. Además, logró separar de esta forma los dos componentes principales del aire, concluyendo que “el aire es una mezcla de dos gases distintos: el aire vital (oxígeno) y la mofeta o ázoe (nitrógeno), sin que tenga nada que ver con el flogisto en su composición”.

Otro elemento químico al que dio nombre fue el hidrógeno, nombre que le surgió al constatar que el agua (hidros) estaba compuesta por oxígeno y el gas combustible descubierto por Cavendish.

Demostró asimismo que la respiración animal consiste en la absorción de oxígeno en los pulmones y el desprendimiento de anhídrido carbónico, es decir, una oxidación lenta de los alimentos. Identificó la composición del diamante como carbono puro y estableció la composición del anhídrido carbónico. Demostró que con la reducción de los óxidos metálicos oxígeno, y estableció junto con Laplace la Ley de la Termodinámica química que afirma que el calor de formación de un compuesto es exactamente el mismo que el calor de descomposición, salvo el hecho de que en un caso se absorbe y en el otro se desprende. Demostró también que los ácidos sulfúrico y fosfórico resultaban de la unión de azufre y fósforo con el oxígeno, y que sus pesos eran los mismos de los de sus componentes.

Su esposa, que poseía una gran inteligencia, se interesó vivamente por el trabajo de Lavoisier, traduciendo para él varios trabajos de sabios ingleses, algunos de los cuales publicó en francés, como el de Kirwan sobre el flogisto, acompañado por una refutación de sus teorías realizada por Lavoisier.

Se le acusó tras su fallecimiento de haber hechos suyos muchos descubrimientos debidos a otros científicos, sin citar siquiera su procedencia. Sin embargo, no cabe duda de que fue él quien supo hacer de todos los datos una teoría científica coherente.

Publicaciones.

Además de las consabidas publicaciones en las revistas y actas de las sociedades científicas de la época, publicó Opuscules physiques et chimiques (París, 1774), Nouvelles recherches sur l’existence d’un fluide élastique (París, 1775), Instruction sur l’établissement des nitrières et sur la fabrication du salpêtre, etc. (París, 1777); Rapport des commissaires chargés par le Roi de l’examen du magnétisme animal (París, 1784); Méthode de nomenclature chimique, etc. (París, 1787, en colaboración con otros científicos). Tras su fallecimiento, su esposa editó Traité élémetaire de chimie (París, 1805).

Autor

  • JJ.