Lamétherie, Jean-Claude de (1743-1817).

Naturalista, físico y erudito francés nacido en La Clayette (Mâconnais) el 4 de septiembre de 1743 y muerto en París el 1 de julio de 1817. Cultivó tanto el periodismo como diversas ramas de las ciencias, entre ellas filosofía natural, mineralogía, geología, historia natural y química.

Era hijo del doctor François de Lamétherie y de Claudine Constantin. Como otros muchos, se inició en la carrera eclesiástica, para luego pasar a la medicina y las ciencias naturales, disciplinas que estudió en el seminario en Thiers, entonces la Sorbona, para seguirlo en el Seminario en Saint-Louis en París, donde tomó las cuatro órdenes menores.

Una vez obtenido el grado de medicina, la practicó durante una década (1770-1780) en La Clayette, la que abandonó para irse a París a estudiar filosofía natural, hacia la que se sentía inclinado tras sus lecturas juveniles, entre otras de Madame du Châtelet, cuyas Institutions de physique habían influido grandemente en Lamétherie, y especialmente en sus Principes de la philosophie naturelle, publicados en Ginebra en 1778. En 1800 se le nombró profesor adjunto de geología y mineralogía del Colegio de Francia, cátedra desde la que solía llevar a sus alumnos a realizar labor de campo como parte de su enseñanza. Fue, además, miembro de numerosas sociedades y academias, tanto francesas como extranjeras.

Desde 1785 fue nombrado editor jefe del diario científico Observations sur la Physique, sur l'Histoire Naturelle et Sur les Arts (más tarde llamado Journal de physique), donde dio a conocer no sólo sus trabajos sino los de otras figuras nacionales y extranjeras (por ejemplo, las ideas geológicas de Werner), con lo que permitió la entrada en Francia de nuevas corrientes e ideas en el ámbito científico. Al frente de este diario se mantuvo prácticamente hasta su muerte, ayudado en los últimos años por su colega Henry Marie Blainville. Por lo general, escribía en ese periódico extensos comentarios o discursos preliminares donde trató sobre diversos temas científicos, políticos y sociales. En ellos hacía también, anualmente, una revisión del desarrollo de la ciencia del año anterior, con lo cual son de gran interés para conocer la personalidad de Lamétherie y la ciencia de la época.

Creyó en química y física en las teorías de los cuatro elementos propugnados por Aristóteles, y también en otras corrientes erróneas como la del flogisto en la combustión y la calcinación, e incluso negaba que el agua pudiera descomponerse en dos gases. También asumió que la acción galvánica es la base de un amplio grupo de fenómenos; a su juicio, cada parte fundamental de la materia está unida por una fuerza innata, y la cristalización es el proceso universal originador de esa materia organizada.

En ese sentido, sostuvo que no hay un límite definido entre lo viviente y lo no viviente, existiendo una cadena de cosas y seres que sigue una determinada gradación creada por la naturaleza. La similitud de los procesos naturales viene dada por el proceso de cristalización que actúa en las bases de la reproducción orgánica. La cristalización explica, además, conjuntamente con el movimiento del agua y los de la Tierra, los rasgos esenciales del planeta. El levantamiento de montañas y valles en la corteza terrestre se había realizado por ese proceso, en sus fases primordiales, pero en la actualidad tal levantamiento, así como los diluvios y otros fenómenos de esa clase, eran por lo general raros y aislados.

Para él no existían diferencias entre lo orgánico y lo inorgánico. Admitió la muy común corriente de la fuerza vital en la explicación de fenómenos orgánicos, creyendo (al final de su vida) que ésta se debía a la acción galvánica. Aceptó igualmente la generación espontánea. La creación había ocurrido por etapas, apareciendo las plantas antes que los animales, mas no todas las creaciones lograron permanecer, como demostraba la extinción de diferentes formas fósiles, debido a la incapacidad de reproducirse o de mantenerse; en cambio, otras especies de plantas y animales, mediante la reproducción, cambiaron de forma natural sus cualidades.

Las ideas de Lamétherie están por tanto entre las primeras que aceptan el transformismo, que extendió al hombre; así, aseguró que la semejanza entre el mono y el hombre era tal que el matiz era insensible, existiendo más diferencia de hombre a hombre que del hombre al mono. Descartes o Newton estaban más alejados de un hotentote que éste de los pongos. El hombre debía estar considerado como la primera especie de mono que al civilizarse había adquirido una fuerza inmensa, conquistando la tierra sobre las demás especies de animales, lo que le lleva a preguntarse si el cruzamiento de monos con hombres podía ser fecundo, como se aseguraba tenía lugar en África.

A Lamétherie se deben obras como Vues phsysiologique dur l'organisation animale et végétale (1781), Essai analytique de l'air pur et les différentes espèces d'air (1785), Théorie de la terre (1795), De l'homme considéré moralement, de ses moèurs et de celles des êtres animaux (1803), Considérations sur les êtres esistans (1805), entre otras.

Bibliografía

• Dictionary of Scientific Biography. New York, Charles Scribneds, s. a.

• DUCROTAY DE BLAINVILLE, H. M. "Notice historique sur la vie et les écrits de J.- C. Delamétherie" en Journal de physique, 85, 78-107, 1817.

• LAMÉTHERIE, J. C. de. "Commentaires" en Observations sur la Physique, sur l'Histoire Naturelle et sur les Arts, 35, 149, 1789 (Parte 2).

Armando García González

Autor

• 0302 AGG