Lafarge, María Cappelle de (1816-1852).
Francesa célebre en los fastos judiciales. Pertenecía a una familia de clase elevada y rica y se educó en medio del lujo y de los placeres. Como hubiere quedado huérfana y confiada a unos tíos, se arregló su matrimonio con un tal Lafarge, dueño de unas ferrerías en el Lemosin, hombre de origen humilde y cuyas maneras rudas y vida sencilla causaron el más lamentable efecto en aquella joven acostumbrada a los mayores goces y dotada de una imaginación romántica, más y más exaltada con la lectura de ciertas novelas. Resuelta a romper aquella unión, escribió a sus parientes pidiendo una separación inmediata que fundaba en causas íntimas, pretensión que quedó sin efecto.
Al poco tiempo murió Lafarge, y en la causa que siguió resultó que su mujer le había hecho comer unos pasteles que le produjeron un cólico, y que durante la enfermedad de su marido había comprado dos veces arsénico, con la excusa de matar ratas. Un análisis de las vísceras del difunto, verificado por el doctor Orfila, reveló indicios de arsénico y en consecuencia madame Lafarge fue sentenciada a exposición pública y a trabajos forzados perpetuos. A fines del año 1851 obtuvo permiso para ir a los baños de Ustat, donde murió al año siguiente.
