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HistoriaBiografía

Junio Bruto, Decio (s. II a. C.).

Militar y político romano nacido y muerto en fechas desconocidas. Nombrado procónsul de la Hispania Ulterior en el año 138 a. C., tras acabar con los últimos focos de resistencia lusitanos, inició la conquista de Gallaecia (Galicia).

Tras la llegada a Roma de Servilio Cepión Quinto, en el año 139 a. C., el Senado romano decidió enviar a un militar experimentado a la Hispania Ulterior, para hacerse cargo de la delicada situación. El elegido fue Decio Junio Bruto, que había sido uno de los vencedores en las elecciones consulares de ese año. Así tras comenzar oficialmente su mandato (138 a. C.), se trasladó a la Península Ibérica, donde tenía como misión acabar con los reductos de rebeldes lusitanos, que continuaban defendiendo la causa de Viriato, ya que aunque se trataba de grupos reducidos y en la mayoría de los casos escasamente organizados, fueron frecuentes las operaciones de saqueo por toda la provincia, lo cual minaba la autoridad romana.

Decio Bruto decidió cumplir con su misión inmediatamente, de este modo, tras estudiar el emplazamiento de sus enemigos, condujo a las legiones a la batalla, consiguiendo resultados rápidamente, ya que estos focos hostiles, fueron aniquilados uno tras otro y pacificó todo el sur de Portugal, así el Algarve y el Alentejo pasaron a estar bajo control de las autoridades romanas.

Pacificados casi totalmente los lusitanos, Decio Bruto inició los preparativos para conquistar la actual Galicia, aunque en opinión de algunos historiadores, éste intentaba terminar definitivamente con la resistencia de los rebeldes, ya que existían importantes grupos de guerrilleros lusitanos al norte de la provincia Ulterior, que contaban con la protección que les ofrecía el escarpado terreno y en algunas ocasiones con el apoyo de los pueblos asentados en Galicia. Así según esta hipótesis, el romano inició las campañas en el norte para conseguir la total pacificación de los lusitanos. Pero también hay que tener en cuneta la opinión de aquellos historiadores que afirman que las verdaderas motivaciones de Decio Bruto para invadir Galicia eran fundamentalmente económicas, puesto que existían ricos yacimientos de oro en esta región, aunque se desconoce la ubicación y producción de estas minas.

Fueran cual fueran sus motivaciones, se sabe por la obra de Estrabón, que el gobernador de la Ulterior instaló su cuartel general en las proximidades de la ciudad de Morón, puesto que desde este emplazamiento podía controlar el valle del Tajo. Además con el fin de facilitar el abastecimiento de sus hombres cuando se iniciaran las hostilidades, fortificó la ciudad de Olisipo (Lisboa), ya que esta ciudad costera le permitiría recibir las provisiones necesarias en caso de que se produjera alguna sublevación en las ciudades del interior de la Península durante su ausencia. Realizados los preparativos necesarios, Decio Bruto avanzó hacia el norte e intentó mantener el contacto con el litoral, con el fin de evitar en lo posible las poblaciones situadas en las zonas montañosas, puesto que en muchos casos eran hostiles a la autoridad romana. Además, con ésta acción pretendía que sus ejércitos pudieran maniobrar con facilidad en caso de que se produjera un ataque.

El ejército de Decio Bruto avanzó con gran rapidez y en pocos días alcanzó el río Duero, donde tuvo lugar una gran batalla en la que la superioridad romana se puso de manifiesto. Hay que señalar que por lo general, la mayoría de poblaciones que encontraron las legiones a su paso se mostraron amistosas. Pero durante los meses que duraron las hostilidades, Decio Bruto tuvo que hacer frente a numerosos problemas de disciplina, ya que la mayoría de sus soldados, en diversas ocasiones, se vieron dominados por la superstición. Así la mayor parte de sus hombres se negó a cruzar el río Limia, puesto que según una antigua leyenda, todo aquel que lo atravesaba sus aguas perdía automáticamente la memoria. Por este motivo Decio Bruto, para que sus hombres continuaran su marcha, se vio obligado a cruzar el río en primer lugar y de ese modo dar ejemplo y demostrar a todos que se trataba de una leyenda falsa. Pero al mismo general le asaltaron las dudas pocos días después, ya que tras llegar a la desembocadura del río Miño, parece que observó en el cielo un mal presagio y decidió concluir las campañas de ese año en ese momento.

El año siguiente (137 a. C.) el gobernador de la Ulterior, reanudó las operaciones militares, y continuó con su avance por tierras gallegas, donde tampoco en esta ocasión encontró oposición, ya que las pocas poblaciones galaicas que ofrecieron alguna resistencia fueron derrotadas tras una breve lucha. Así los brigantinos fueron derrotados en Braga tras haberse apoderado de un convoy de provisiones romanas; también se produjo el asedio a la ciudad de Talábriga, la cual quedó prácticamente destruida, y aunque no han quedado testimonios claros, parece que el incendio de la ciudad de Terroso, estuvo relacionado con la presencia romana en el territorio.

Cuando quedaba poco para que espirara su mandato, Decio Bruto dio por concluidas sus campañas en tierras gallegas, tras lo cual se retiró junto a sus hombres hacia el sur. Aparentemente estas campañas no tuvieron mucha repercusión para los habitantes de la zona ya que tras la partida del general romano, continuaron con su vida con total normalidad, pero parece incuestionable que gracias a la intervención de Decio Bruto se restablecieron las vías de comunicación entre el norte y el sur de la provincia Ulterior y la romanización fue gestando nuevas sociedades que se adaptaron con los años a la nueva situación. Tras el regreso de Decio Bruto a Roma, el Senado, informado de sus brillantes progresos en la Península Ibérica, decidió concederle el Triunfo. Así el general victorioso desde ese momento recibió el sobrenombre de el Galaico, en recompensa por sus desvelos y para que fueran recordadas sus hazañas en años posteriores.

No se disponen de más noticias sobre las actuaciones de Decio Bruto hasta el año 121 a. C, aunque todo parece indicar que prosiguió con su carrera política, pues en el mencionado año, tras ser nombrado nuevamente cónsul junto con L. Opimio, intervino en los conflictos políticos que afectaron a Roma. De este modo, tras producirse el regreso a la ciudad de su yerno, Cayo Graco, Decio Bruto y su compañero se enfrentaron a éste en el Aventino, donde el tribuno resistió durante tres días junto a sus partidarios, aunque finalmente se vio obligado a suicidarse, tras constatar que su derrota sería inminente.

Por último hay que señalar que Decio Junio Bruto, durante toda su vida fue un conocido mecenas, de este modo apoyó numerosas investigaciones científicas y la obra de importantes artistas. Así éste financió, gracias a las ganancias obtenidas en Hispania, la construcción del templo de Marte de Roma, donde el escultor Scopas, realizó la figura de la diosa Venus y del mencionado dios de la guerra.

Bibliografía

  • ALVAR, J., PLÁCIDO, D., BAJO, F., MANGAS, J. Historia Antigua (vol. 2). Manual de Historia Universal. Madrid, Historia 16, 1992.

  • APIANO. Historia romana Apiano. (Traducción Antonio Sancho Royo). Madrid, Gredos, 1980.

  • ESTRABÓN. Libro III de la Geografía de Estrabón (Traducción de Juan López). Valencia, Madrid-Valencia, 1993.

  • MONTENEGRO DUQUE, A., BLÁZQUEZ MARTINEZ, J. M., SOLANA SAÍNZ, J. M. Historia de España. España romana. (Vol. 3). Madrid, Gredos, 1986.

  • ROLDÁN, J. M., Historia de Roma. La República romana. (Vol. 1). Madrid, Cátedra, 1995.

CGS

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  • 0207 CGS