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HistoriaReligiónBiografía

Juan Pablo II. Papa (1920-2005)

Papa de origen polaco nacido en Wadowice (al SO de Cracovia) el 18 de mayo de 1920 y fallecido en El Vaticano el 2 de abril de 2005. Su nombre de nacimiento era Karol Józef Wojtyla. Fue el primer papa no italiano en 456 años. Sus declaraciones doctrinales y sus viajes por todo el mundo (fue conocido como "el Papa Viajero") contribuyeron a realzar la importancia de su figura dentro y fuera de la Iglesia católica.

Juan Pablo II.

Formado en su infancia y primera juventud en su ciudad natal, en 1938 se trasladó a Cracovia para iniciar sus estudios universitarios, con una clara inclinación por las humanidades. Sin embargo, por el inicio de la Segunda Guerra Mundial sólo pudo terminar un curso. La ocupación alemana de Polonia le obligó a trabajar como obrero en una cantera. En 1942 descubrió su vocación sacerdotal e inició su preparación en la clandestinidad. Ordenado en 1946, se doctoró en 1948 en Roma. De nuevo en Polonia inició su dedicación pastoral en una parroquia rural y en Cracovia antes de dar clases en la Universidad Jagellónica y en la de Lublín. En 1958 fue nombrado obispo auxiliar de Cracovia, y en 1963 arzobispo de esta misma sede. Participó activamente en las sesiones del Concilio Vaticano II y en 1967 fue nombrado cardenal. En octubre de 1978 fue elegido Papa, el primero no italiano desde el s. XVI. Desde entonces, en un largo y dinámico pontificado de veintiseis años, se dedicó a una intensa labor pastoral, a veces con repercusiones políticas y sociales, a través de numerosos documentos (encíclicas y otros), discursos, viajes a todos los rincones del mundo, reuniones con personalidades mundiales, asambleas eclesiásticas, etc.

Infancia y juventud: de Wadowice a Cracovia

Era hijo de Karol Wojtyla y de Emilia Kaczorowska. Su padre había servido en el ejército austro-húngaro (véase: Imperio Austro-Húngaro) hasta el final de la Primera Guerra Mundial, cuando Polonia recuperó su independencia y se recreó el ejército polaco, en el que continuó sirviendo como suboficial. Karol hijo, llamado cariñosametne Lolek por sus familiares y conocidos, tuvo dos hermanos: Edmund, mayor que él y médico de profesión, y Olga, de corta vida. Su madre murió en 1929, y tres años después falleció su hermano, que había contraído la escarlatina en el hospital donde trabajaba. Estudió el bachillerato en el instituto de Wadowice; ya por entonces, reflexivo pero alegre y muy deportista, destacaba por su facilidad para la escritura y el aprendizaje de idiomas (latín y griego en este momento). Publicó artículos y poemas en algunos semanarios. Obtuvo en general excelentes calificaciones, y se graduó en 1938. Muy religioso, fue dirigido espiritualmente por su párroco, y perteneció a la Hermandad Mariana. Es destacable de esta época de juventud su amistad con varios muchachos judíos, pertenecientes a la numerosa comunidad hebrea del lugar.

En junio de 1938 entró en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Jagellónica, de Cracovia, para estudiar Filología Polaca. A esa ciudad fue a vivir entonces, junto con su padre. Ya entonces era conocido en algunos ambientes intelectuales polacos, y se veía para él un gran futuro en la cultura. Frecuentó en Cracovia la parroquia de San Estanislao Kostka, de salesianos, de quienes adquirió la veneración por María Auxiliadora. Sin embargo, sólo pudo recibir clases durante un curso, pues a finales del verano del año siguiente estalló la Segunda Guerra Mundial. Polonia fue invadida rápidamente por Alemania, se cerraron los centros de estudio y Karol, como todos los hombres adultos, fue obligado a trabajar. Lo hizo en una cantera de piedra, dependiente de la química Solvay. No obstante, antes de que este trabajo lo reclamase por completo, aún pudo reunirse en secreto con otros universitarios, pertenecer al grupo de teatro La Palabra Viva y componer poemas y obras de teatro. En febrero de 1941, cuando regresaba de la cantera a casa, encontró muerto a su padre.

Karol, sacerdote clandestino y profesor universitario

En otoño de 1942, fruto de sus conversaciones con el sastre Jan Tyranowsky (que hacía las veces de director espiritual tras la deportación de los salesianos de San Estanislao), descubrió su vocación al sacerdocio e ingresó en el seminario clandestino organizado por el cardenal-arzobispo de Cracovia, Stefan Sapieha. Realizaba secretamente los estudios necesarios después de su jornada de trabajo en la cantera, con peligro de ser fusilado o deportado en caso de ser descubierto. En otoño de 1944, unos pocos meses después de trasladarse a vivir al palacio arzobispal, recibió las órdenes menores. En 1945, cuando los alemanes abandonaron Cracovia, pudo reanudar su formación universitaria, ahora en la Facultad de Teología. Un año después, el uno de noviembre de 1946, a la edad de veintiséis, fue ordenado por Sapieha antes de lo que era habitual, pues el cardenal deseaba enviarle a Roma a completar estudios. Su primera misa la celebró el día siguiente en la cripta de San Leonardo de la catedral.

Al poco marchó a Roma e ingresó en la Universidad del Angelicum, regida por dominicos. Aquí tuvo estrecha relación con el padre Réginald Garrigou-Lagrange. En junio de 1948 defendió su tesis de doctorado sobre San Juan de la Cruz, y poco después volvió a Polonia, en donde comenzaban a hacerse con el poder los partidos comunistas polacos (en 1952 se proclamaría la República Popular Polaca). Karol fue destinado como coadjutor a la parroquia rural de Niegowici (en la región de Cracovia), donde permaneció siete meses. Luego fue también coadjutor en la parroquia de San Florián, en Cracovia, dedicándose con intensidad a la pastoral universitaria, tarea en la que se ganó con facilidad a los jóvenes a los que atendía, dado su carácter expansivo al tiempo que comprensivo. Fue también profesor de Ética en la Universidad Jagellónica, y luego, a partir de 1956, en la Universidad Católica de Lublín, donde también fue muy apreciado por sus alumnos.

Arzobispo de Cracovia y cardenal

En julio de 1958 fue nombrado obispo auxiliar de Cracovia: para su escudo escogió el lema Totus tuus ('Todo tuyo'), en símbolo de su consagración a María, la Madre de Dios. Puesto que el titular, el arzobispo Baziak era de avanzada edad, él debió realizar gran parte del trabajo pastoral de la diócesis, lo que no le impidió publicar algunos libros de teatro y pensamiento (entre ellos, Amor y responsabilidad). En 1962, a la muerte del arzobispo Baziak, fue elegido vicario capitular, y en diciembre de 1963 (a los cuarenta y tres años), arzobispo de Cracovia. Por entonces se celebraba el Concilio Vaticano II, a cuyas sesiones ya había asistido aún antes de su nombramiento. Sus intervenciones habían impresionado a los oyentes. Ese mismo mes realizó una peregrinación a Tierra Santa. Luego tuvo gran actividad en las sesiones tercera y cuarta del concilio, en los años 1964 y 1965; trabajó en la redacción de la Declaración conciliar sobre la libertad religiosa.

Así, por toda Polonia y en los ambientes eclesiásticos europeos, comenzaba a ser muy conocido. El 28 de junio de 1967, a los cuarenta y siete años de edad, fue nombrado cardenal por el papa Pablo VI. En 1969 publicó un libro filosófico, Persona y acto, donde recogía su concepción antropológica. Su actividad pastoral e intelectual era muy grande, con largas jornadas de trabajo y numerosos proyectos en los cuales era prioritario el cultivo de la vida de fe y la enseñanza religiosa. Pero no por ello descuidó el mundo de la cultura. La archidiócesis de Cracovia era, sin duda, el más importante foco religioso de la Polonia de entonces. Mostró gran firmeza ante las dificultades que le pusieron las autoridades comunistas; en 1970 condenó la represión, con numerosos muertos por el ejército, de los obreros de Gdansk, que protestaban por los altos precios.

En los primeros años setenta continuó con la mísma línea de trabajo pastoral (como la fundación del Instituto de la Familia y del proyecto SOS, cardenal Wojtyla) e intelectual (colaboró estrechamente con Pablo VI en la promulgación de la encíclica Humanae Vitae). Como muestra del aprecio que se le tenía en Roma, en 1976 dio Ejercicios Espirituales al propio pontífice y a la Curia; las meditaciones que predicó se publicaron después con el título de Signo de contradicción. En agosto de 1978 participó en el cónclave que eligió como papa Juan Pablo I al cardenal Albino Luciani. Treinta y tres días despúes éste murió repentinamente.

Juan Pablo II, Papa

El nuevo cónclave que se convocó le eligió a él el 16 de octubre de 1978. El 263 sucesor de San Pedro era también el primer papa no italiano desde 1523 (el holandés Adriano VI), y adoptó el nombre de Juan Pablo II, en reconocimiento a su predecesor y a Pablo VI. Hombre dinámico y buen comunicador, que siempre gustó del trato con la gente, ya en el mismo día de su elección terminó con una tradición protocolaria de siglos, por la que el nuevo Papa se limitaba a dar a la gente congregada en la Plaza de San Pedro su bendición en latín. Juan Pablo II, por el contrario, en un gesto de aproximación pronunció un pequeño discurso en tono dialogante y en italiano. El 22 de octubre inauguró su ministerio, y unos días después lo encomendó a la Virgen María en el santuario de Mentorella. A principios del mes siguiente hizo lo propio trasladándose a los santuarios de los patrones de Italia, san Francisco (en Asís) y santa Catalina de Siena (Santa María sopra Minerva, Roma). El día 12 de noviembre tomó posesión, como obispo de Roma, de la basílica de San Juan de Letrán, el 3 de diciembre visitó por primera vez como Papa una parroquia romana.

El pontificado de Juan Pablo II hasta los cambios políticos en Europa del este

Muy pronto, en la conmemoración del trigésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, solicitó la libertad religiosa para todos; en ocasiones posteriores volvería a subrayar este punto con la mente puesta en la situación de los cristianos en los países comunistas de Europa del este. A finales de diciembre envió un mediador al conflicto fronterizo chileno-argentino. A principios de 1979 realizó su primer viaje pastoral fuera de Italia, a Santo Domingo, México y las islas Bahamas, algo que iba a ser constante, con varios viajes anuales frecuentemente, a lo largo de todo su pontificado. El 15 de marzo publicó la primera encíclica, Redemptor hominis, sobre Jesucristo. En abril nombró a Agostino Casaroli como Secretario de Estado y prefecto del Consejo para los Asuntos Públicos de la Iglesia. En junio, después de visitar su país natal, donde prácticamente todo el país estuvo pendiente de él, celebró su primer consistorio, en el que nombró catorce nuevos cardenales.

Para realzar su posición de pastor, el Viernes Santo de 1980 confesó a los fieles que lo deseaban en la basílica de San Pedro, práctica que en adelante repetiría en muchas otras ocasiones. A principios de mayo realizó su primer viaje pastoral a África, a diversos países del centro del continente. A finales de septiembre clausuró su primer Sínodo de los Obispos, que reflexionó sobre la familia. Ya en diciembre publicó su segunda encíclica, Dives in misericordia (sobre la misericordia de Dios Padre) y proclamó copatronos de Europa, con san Benito de Nursia, a san Cirilo y san Metodio, evangelizadores de los eslavos, signo de ecumenicidad y acercamiento a la iglesia ortodoxa, otra de las notas caracterizadoras de su pontificado.

En febrero de 1981 recibió a una representación del sindicato polaco Solidarnosc, y luego inició su primera visita pastoral a Asia, en un largo viaje en el que dio la vuelta al mundo. El 13 de mayo, en la fiesta de la Virgen de Fátima, durante una audiencia pública en la Plaza de San Pedro, fue disparado por el turco Mehmet Alí Agca. En grave estado y habiendo perdido mucha sangre, fue operado durante varias horas en el Policlínico Gemelli de Roma, donde permaneció varios días; una infección en junio obligó a practicarle una segunda opreación a principios de agosto. Unas días después volvió al Vaticano. El mes siguiente publicó su tercera encíclica, Laborem Exercens, sobre el trabajo humano. En noviembre nombró al cardenal alemán Joseph Ratzinger prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y en diciembre tuvo un encuentro con los luteranos romanos.

En 1982, del 12 al 15 de mayo visitó el santuario de Fátima, en Portugal, en el aniversario de su atentado y en agradecimiento por haber salvado la vida. Con ocasión de la guerra de las Malvinas entre el Reino Unido y Argentina realizó un doble viaje a ambos países, al primero del 28 de mayo al 2 de junio y al segundo del 10 al 13 de junio. El 10 de octubre canonizó al sacerdote polaco Maximiliano Kolbe, que murió en Auschwitz durante la Seguna Guerra Mundial tras cambiar el puesto de ejecución por otro preso. Como último viaje en un año muy lleno de ellos, recorrió gran parte de España en diez intensos días, del 31 de octubre al 9 de noviembre. A finales de mes constituyó el Opus Dei en prelatura personal.

En enero de 1983, por la constitución apostólica Sacrae Disciplinae Leges, promulgó un uevo Código de Derecho Canónico. Pocos días después nombró dieciocho cardenales más en su segundo consistorio. El 27 de diciembre visitó en la cárcel al autor del atentado de 1981, Alí Agca. El 18 de febrero de 1984 firmó un nuevo concordato entre la Santa Sede e Italia, mientras que en abril inició la renovación de varios cargos de la curia romana (el cardenal africano Bernardin Gantin fue nombrado prefecto de la Congregación de los Obispos y el cardenal francés Roger Etchegaray, la presidencia del Consejo Justicia y Paz). En mayo recorrió algunos países de Extremo Oriente y Oceanía (por vez primera). A principios de junio condenó, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la Teología de la Liberación. Entre el 10 y el 13 de octubre estuvo, tras hacer escala en la basílica del Pilar de Zaragoza (España), en Santo Domingo y San Juan de Puerto Rico. En diciembre, Joaquín Navarro-Valls fue nombrado director de la Sala de Prensa de la Santa Sede.

En marzo de 1985 tuvo su primer encuentro internacional con jóvenes (Jornada Mundial de la Juventud) en Roma. En mayo marchó a Holanda, Luxemburgo y Bélgica; a su vuelta eligió veintiocho cardenales en su tercer consistorio. En julio promulgó una cuarta encíclica, Slavorum Apostoli, sobre los santos Cirilo y Metodio. Entre el 31 de enero y el 10 de febrero de 1986 visitó la India. El 13 de abril se convirtió en el primer Papa en entrar en una sinagoga, gesto de diálogo interreligioso. En mayo publicó la quinta de sus encíclicas, Dominum et vivificantem, sobre el Espíritu Santo.

El 25 de marzo de 1987 publicó su sexta encíclica, Redemptoris Mater, sobre la Virgen María, unos meses antes de proclamar un Año Mariano. Unos días después realizó otro viaje americano, a Uruguay, Chile y Argentina, donde asistió a la II Jornada Mundial de la Juventud de Buenos Aires. El 1 de mayo beatificó a Edith Stein, filósofa y religiosa judío-alemana que murió en Auschwitz. En diciembre promulgó la Sollicitudo Rei Socialis, su séptima encíclica, también sobre temas sociales (el desarrollo humano) en el vigésimo aniversario de la Populorum Progressio de Pablo VI. En mayo de 1988, el décimo de su pontificado, inauguró en el Vaticano un centro de acogida que encomendó a las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta. En junio celebró su cuarto consistorio, con el nombramiento de veinticuatro cardenales. En julio trató de evitar, sin conseguirlo, la separación de los seguidores del integrista francés Marcel Lefèbvre. Publicó en septiembre la carta apostólica Mulieris dignitatem sobre la dignidad y vocación de la mujer, otro de sus temas de atención.

En julio de 1989 restableció las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Polonia y estuvo nuevamente en España, en Galicia y Asturias, para la IV Jornada Mundial de la Juventud de Santiago de Compostela. En este año realizó una declaración conjunta con el arzobispo de Canterbury y primado anglicano, Robert Runcie. En abril de 1990, en medio de la crisis de los regímenes comunistas del este europeo, visitó Checoslovaquia. En diciembre, tras aceptar la dimisión de Casaroli como Secretario de Estado, nombró en su lugar a Angelo Sodano. En el mensaje de Navidad de este mismo año hizo un llamamiento a la paz a los implicados en la guerra del Golfo Pérsico.

Juan Pablo II en los años noventa: la nueva reevangelización

El año de 1991 lo inició publicando su octava encíclica, Redemptoris missio, sobre las misiones cristianas. El primero de mayo, apenas unos meses después de la promulgación de la octava, apareció la novena, Centesimus annus, sobre la doctrina social de la Iglesia, en el centenario de la Rerum Novarum de León XIII. Celebró su quinto consistorio, con veintidós cardenales nuevos y del 13 al 20 de agosto estuvo una vez más en su país natal, con ocasión de la VI Jornada Mundial de la Juventud en el santuario mariano de Czestochowa. A finales de noviembre y principios de diciembre reunió el sínodo de obispos para examinar la reevangelización de Europa. El primer día del año de 1992 reconoció a la Federación Rusa, a lo que siguió el establecimiento de relaciones diplomáticos con otros antiguos países comunistas (y con México en septiembre). El 17 de mayo beatificó a José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Del 9 al 14 de octubre estuvo en Santo Domingo para conmemorar el V Centenario de la Evangelización de América y, finalmente, en un año rico en acontecimientos eclesiales, presentó el nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, escrito según las conclusiones del Concilio Vaticano II.

El año de 1993, en un año muy viajero, volvió a España por cuarta vez, del 12 al 17 de junio, y también a Estados Unidos, a este para presidir la VIII Jornada Mundial de la Juventud de Denver. En septiembre estuvo en las repúblicas bálticas ex-soviéticas. A principios de octubre, sacó a la luz su décima encíclica, Veritatis splendor, acerca de la moral católica. En noviembre proclamó la apertura del Año Internacional de la Familia, tema al cual, junto con la defensa de la vida, ha prestado gran atención. El día 1 de enero de 1994 creó la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, muestra de su interés por la cultura y la ciencia (también ha organizado durante varios años encuentros personales con humanistas y científicos en Castelgandolfo). En febrero hizo lo mismo con la Pontificia Academia de la Vida. El mes siguente escribió a todos los jefes de Estado mundiales y al Secretario General de la ONU, Kofi Annan, con ocasión de los preparativos de la Conferencia de población de El Cairo de septiembre de ese año.

En abril se fracturó la cabeza del fémur derecho y tuvo que volver a ser operado. En mayo estableció un convento de clausura femenino dentro del Vaticano, cuyas ocupantes rotarían cada cierto tiempo. En junio estableció relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Israel. En el mes de septiembre realizó el único viaje de este año, a Zagreb, la capital de la república ex-yugoslava de Croacia. A finales de octubre se publicó el libro-entrevista que le realizó el periodista italiano Vittorio Messori, Cruzando el umbral de la esperanza, muy vendido en todo el mundo. En noviembre publicó la carta apostólica Tertio Millennio Adveniente, de preparación del jubileo del año 2000, y creó treinta cardenales más en su sexto consistorio (diciembre).

En enero de 1995 viajó a Manila (Filipinas), para la X Jornada Mundial de la Juventud). A finales de marzo publicó su undécima encíclica, Evangelium vitae, sobre el valor de la vida humana, a la que siguió tan sólo dos meses después la duodécima, Ut unum sint, centrada en el ecumenismo. En Bélgica, en junio, beatificó al sacerdote Damián de Veuster, el llamado apóstol de los leprosos. En octubre asistió a la celebración del cincuentenario de la ONU viajando a Nueva York. A finales de marzo de 1996 publicó la exhortación apostólica Vita consecrata, dedicada a los consagrados. En junio estuvo en la Alemania reunificada, donde pronunció un discurso ante la puerta de Brandeburgo de Berlín. En octubre fue operado de apendicitis; por entonces era claro ya el deterioro físico que sufría, después del atentado de 1981 y varias operaciones, que hasta entonces su cuerpo de deportista había soportado bien. Sin embargo, no dejó de realizar la misma o parecida intensa actividad que hasta entonces. Todavía en 1996, celebró en noviembre sus bodas de oro sacerdotales con una misa en la que participaron presbíteros ordenados el mismo año que él, 1946, y con la publicación de un libro suyo, Don y misterio. También abrió entonces el trienio de preparación para el Jubileo del 2000 con un año dedicado a Jesucristo.

En abril de 1997 visitó Sarajevo, la castigada capital de Bosnia-Herzegovina durante la reciente guerra de los Balcanes. También estuvo en una nueva ocasión en Francia (21-24 de agosto), para la XII Jornada Mundial de la Juventud de París. En octubre reconoció a santa Teresa del Niño Jesús como doctora de la Iglesia (la número 33 del total de doctores y la tercera mujer después de santa Catalina de Siena y santa Teresa de Jesús). Algo más de un mes antes había muerte la Madre Teresa de Calcuta, muy aprecida por Juan Pablo II. A finales de noviembre inició el año dedicado al Espíritu Santo, de preparación del Jubileo del 2000. A principios de 1998 visitó las regiones italianas de Umbría y Las Marcas, asoladas por un terremoto, tras lo cual estuvo en Cuba del 21 al 26 de enero, visita que despertó gran expectación en la propia isla y en todo el mundo; Juan Pablo II obtuvo del gobierno comunista algunas muestras de libertad religiosa. A finales de febrero celebró su séptimo consistorio (creó veinte cardenales), y a finales de abril y principios de mayo un sínodo de obispos para Asia. En julio promulgó su decimotercera encíclica, Fides et Ratio, sobre las relaciones entre la fe y la razón. En octubre celebró el vigésimo aniversario de su pontificado. En noviembre celebró el sínodo de obispos de Oceanía y dio inicio al año dedicado a Dios Padre, igualmente de preparación del año 2000.

En enero de 1999 estuvo en Ciudad de México y luego en Saint Louis (Estado Unidos) para clausurar el Sínodo de Obispos de América. Intercedió ante Slobodan Milosevic para frenar la guerra de Kosovo. El 8 de mayo visitó su primer país con mayoría de población perteneciente a la confesión ortodoxa, Rumanía; en Bucarest se encontró con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana, Teoctist, y una multitud de fieles rumanos clamó por la unidad de la iglesia cristiana. Otro paso importante en el ecumenismo fue la firma, poco después, de un documento conjunto con los anglicanos (también hubo una declaración conjunta con los luteranos en octubre). A principios de octubre celebró el sínodo de obispos para Europa, durante el cual nombró a santa Catalina de Siena, santa Brígida de Suecia y santa Edith Stein copatronas de Europa. En noviembre viajó a Nueva Delhi (India), donde clausuró el sínodo de obispos de Asia, y a Georgia, otro país de mayoría ortodoxa. El 24 de diciembre dio inicio al Gran Jubileo del año 2000, procediendo el 25 a la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, y luego de la de San Juan de Letrán.

El Jubileo del 2000 y la Iglesia del tercer milenio

En los primero días del año 2000 comenzó la celebración de diversos actos jubilares. Para dar al Jubileo un claro tono ecuménico, uno de ellos consistió en un acto con participación de miembros de las demás confesiones cristianas. También estuvo presente el diálogo interreligioso: declaró a Abraham “padre en la fe” de los cristianos, común al judaísmo y al cristianismo con ocasión de su peregrinación al monte Sinaí (24-26 de febrero). El 12 de marzo publicó el documento Memoria y reconciliación: la Iglesia y las faltas del pasado y realizó un petición y ofrecimiento de perdón por las culpas de los cristianos y por las injusticias cometidos sobre ellos. A finales del mismo mes, del 20 al 26, peregrinó a Tierra Santa, aprovechando para hacer un llamamiento a la paz.

A lo largo del año fue celebrando los jubileos de los distintos grupos humamos (de los trabajadores, el 1 de mayo; de los eclesiásticos, el 18 de ese mes, día también de su 80 cumpleaños; de los presos el 24 de junio; de los obispos el 8 de octubre; de las familias el 15 del mismo mes, etc.) y promoviendo signos jubilares, como el permiso para desvelar el llamado “tercer secreto” de Fátima (que anunciaba el atentado de 1981), la obtención del perdón para Alí Agca, una comida con dos centenares de pobres, y otros. Del 12 al 13 de mayo, poco después de celebrar a los “testigos de la fe” del s. XX, estuvo precisamente en Fátima, del 18 al 25 de junio; luego celebró en Roma en junio el 43º Congreso Eucarístico Internacional y, en la misma ciudad, la XV Jornada Mundial de la Juventud (en esta ocasión también jubileo de los jóvenes), del 15 al 20 de agosto, con la participación de más de dos millones de jóvenes de todo el mundo.

En septiembre declaró a los papas Pío IX y Juan XXIII, siervos de Dios (la primera etapa de la declaración de santidad) y promulgó la declaración Dominus Iesus, sobre la unicidad salvífica de Cristo. En octubre canonizó a 120 mártires chinos y declaró a santo Tomás Moro patrono de los políticos. En noviembre firmo una declaración conjunta con el patriarca armenio Karekin II, quien le visitó en el Vaticano; en los meses anteriores había recibido de nuevo a Yasser Arafat y establecido un acuerdo con la Autoridad Nacional Palestina. Por fin, después de celebrar la Navidad con especial intensidad, puso final al Gran Jubileo del 2000 con el cierre de la Puerta Santa de San Pedro (6 de enero de 2001).

A principios del año 2001 publicó la carta apostólica Novo millennio ineunte, a modo de programa de la Iglesia para el tercer milenio recién comenzado. En febrero celebró su octavo consistorio y nombró la elevada cifra de cuarenta y dos nuevos cardenales e hizo entrar en vigor las Nuevas Leyes Fundamentales del Estado de la Ciudad del Vaticano. En marzo beatificó a 233 mártires de la guerra civil española. En mayo, del día 4 al 9, siguió el recorrido de san Pablo viajando por Grecia (país ortodoxo), Siria (país musulmán, donde fue el primer papa en visitar una mezquita al visitar la de Damasco) y Malta antes de retornar a Roma. Luego, a finales de mes, reunió un consistorio extraordinario para reflexionar sobre la Iglesia en el tercer milenio.

A finales de octubre beatificó conjuntamente, por primera vez, a un matrimonio, el formado por los italianos Luigi Beltrame Quattrocchi y Maria Corsini. El 18 de noviembre pidió a los católicos un día de ayuno para el 14 de diciembre a favor de la paz, después de los atentados terroristas sobre Nueva York y Washington del 11 de septiembre y durante la guerra de Afganistán. El día 22 envió por correo electrónico su exhortación apostólica Ecclesia in Oceania a las diócesis oceánicas. A mediados de diciembre realizó su visita pastoral número 300 a las parroquias romanas. El 24 de enero de 2002 celebró una Jornada de Oración por la paz en el mundo en Asís, con asistencia de miembros de otras confesiones cristianas y religiones no cristianas.

Cifras y significado de su pontificado

Su pontificado ha sido el tercero más largo de la historia. Gracias a ello y a su intensísima actividad, sus estadísticas son muy elevadas en todos los aspectos (el escritor y filósofo español Julián Marías ha hablado de la «magnitud de Juan Pablo II» en referencia a su actividad). Realizó 144 viajes dentro de Italia y 102 viajes pastorales fuera de Italia, en los que visitó la mayoría de los estados del mundo (129 de 226). No obstante, no pudo cumplir su sueño de visitar dos de los países de mayor relevancia mundial, Rusia y China. En el primer caso, aunque las autoridades civiles le invitaron repetidas veces, Juan Pablo II las desestimó todas por no contar con el beneplácito del patriarca ortodoxo, Alexis II. En el segundo, fue el propio gobierno comunista el que no permitió su entrada.

Publicó 14 encíclicas y casi un centenar de documentos magisteriales importantes, además de pronunciar más de tres mil discursos durante sus viajes (sus textos públicos, otros discursos, cartas, alocuciones, etc., son muchos miles más). Beatificó a más de 1.282 personas y proclamó 464 nuevos santos. En sus ocho consistorios nombró 201 nuevos cardenales. De los quince sínodos de obispos que convocó, 6 fueron ordinarios, 1 extraordinario y 8 especiales. Se ha calculado en 16 millones de personas los recibidos por Juan Pablo II sólo en las audiencias generales de los miércoles (más de 1.000 desde su elección), sin contar los presentes en sus distintos actos y viajes dentro y fuera de Italia, que elevarían la cifra en muchos millones más. Recibió 38 visitas oficiales y centenares de audiencias privadas con jefes de Estado o de Gobierno.

La importancia cualitativa de su pontificado es más difícil de calibrar, dado que falta la suficiente perspectiva histórica. Sin embargo, parece claro su papel de primer orden en la caída del comunismo en el este de Europa; en el aumento del prestigio internacional de la Santa Sede como promotora de la paz; en la extensión de los principios del Vaticano II dentro de la Iglesia merced a su amplio magisterio (incluidos los nuevos código de derecho canónigo y catecismo); en la intensificación de los aspectos pastorales del papado, o en los avances ecuménicos (en especial con algunas de las iglesias ortodoxas y sectores del anglicanismo) y del diálogo interreligioso. Personalmente gozó de gran popularidad entre los católicos y del respeto de los no católicos, como lo demostraron las calurosas recepciones de que fue objeto en sus numerosos viajes, tanto por parte de las autoridades como por la población.

Sin embargo, no le faltaron críticos dentro y fuera de la Iglesia que le acusaron de excesivamente reformador (en los primeros años de pontificado) o de demasiado conservador (el los últimos), especialmente en materias relativas al aborto, ética sexual o sacerdocio (celibato, ordenación de mujeres). También hubo referencias a un nivel teológico bajo (según algunos teólogos), populismo (por parte de medios de comunicación) o proselitismo (por algunos sectores de la Iglesia ortodoxa). En los últimos años, algunos de esos críticos le reprocharon, ante su fragilidad física, su no renuncia al pontificado. Para él, no obstante, esto no fue sino un modo de dar testimonio de Cristo a través de sus sufrimientos y una llamada a valorar más la ancianidad.

Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005 en sus dependencias personales del Vaticano, tras dos días en los que se debatió entre la vida y la muerte. El pontífice falleció arropado por varios miles de fieles que se congregaron en la Plaza de San Pedro. El cadáver de Juan Pablo II fue expuesto durante tres días, en los que fue visitado por varios millones de fieles de todo el mundo, hasta que finalmente, el 8 de abril fue enterrado en la cripta de la basílica de San Pedro, en el lugar que anteriormente había ocupado Juan XXIII.

El 19 de abril de 2005, tras un cónclave que duró un solo día, el cardenal Ratzinger fue elegido nuevo Papa, bajo el nombre de Benedicto XVI.

Bibliografía

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  • "Viaje Apostólico de Juan Pablo II a España", Número extraordinario de L'Osservatore Romano. Madrid: La Editorial Católica-L'Osservatore Romano, 1983.

  • WEIGEL, G. Biografía de Juan Pablo II. Testigo de esperanza. Barcelona: Plaza & Janés, 1999.

Enlaces en Internet

http://www.vatican.va/ ; Página oficial de la Santa Sede. En la sección de "Sumos Pontifices", hay numeros datos sobre la vida de cada uno de los Papas que han existido.

Autor

  • Sagrario Arenas Dorado / Bernardo Gómez Álvarez