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HistoriaBiografía

Juan III Ducas, Emperador bizantino de Nicea (1192-1254).

Emperador romano de Nicea (1222-54), también llamado Vatazes, nacido en la región llamada Didimotica, en el año 1192, y muerto en la ciudad de Niufayón, el 3 de noviembre del año 1254. Durante su reinado se abrió el camino para la recuperación de Constantinopla y la consiguiente expulsión de la dinastía de emperadores latinos, lo que posibilitó que se restaurara más tarde el antiguo Imperio de Bizancio, destruido por los cruzados en el año 1204.

Nacido en el seno de una familia aristocrática bizantina, Juan se casó con la princesa Irene, hija del emperador de Nicea, Teodoro I Lascaris, unión que posibilitó su ascenso al trono a la muerte de su suegro, en el año 1222. Tal circunstancia provocó la protesta contundente de los dos hermanos del difunto emperador, Alexis e Isaac, los cuales se sintieron postergados en sus derechos al trono, y la consiguiente guerra civil. Ambos hermanos llamaron en su ayuda al emperador latino de Constantinopla, Roberto de Courtenay. Pero antes de poder recibir el contingente de auxilio, fueron derrotados en la batalla de Pemanemo, en el año 1224. Gracias a tan decisiva victoria, Juan III Ducas pudo anexionarse prácticamente todo el territorio del Asia Menor y expulsar a los francos del lugar, los cuales fueron reducidos prácticamente a la pequeña península frente a Constantinopla. Acto seguido, Juan III Ducas se lanzó a la conquista de varias islas importantes de la zona, gracias a la restauración de una nueva flota. Consiguió apoderarse de la isla de Quíos, Samos y Lesbos, además de atacar la península de Gallípolis y someter a su dominio a la ciudad de Adrianópolis. Juan III remató la política tan exitosa con una vital e importante alianza con el rey de Bulgaria, Iván II, en el año 1235, reforzada con una alianza matrimonial: casó a su hijo, el futuro Teodoro II Lascaris con la princesa Elena, hija de Iván II. El mismo año, Juan III emprendió un duro asedio a la ciudad de Constantinopla, con un ejército griego-búlgaro, a la par que la flota de Nicea apoyaba la acción por mar. La ciudad pudo resistir gracias a la intervención decisiva de los barcos venecianos y a la valerosa defensa de Juan de Brienne, el nuevo emperador latino. Juan III Ducas volvió a intentar, al año siguiente, la misma operación, pero obtuvo el mismo resultado negativo. Por su parte, el rey de Bulgaria, Iván III, rompió la alianza con Juan III Ducas, temeroso del progresivo poder que iba aglutinando su aliado en la zona, lo cual podía resultar muy peligroso en un futuro próximo para los intereses búlgaros. Finalmente, en el año 1237, ambos monarcas volvieron a pactar una alianza definitiva, hasta la muerte del rey búlgaro, en el año 1241, que dejó un heredero menor de edad. Juan III Ducas aprovechó la ocasión para anexionarse todo el reino búlgaro y atacar al déspota de Épiro, al que venció, en el año 1242. Tras estos nuevos éxitos, Juan III Ducas se hizo dueño y señor del antiguo imperio bizantino, con la excepción de su capital y algunas plazas dispersas controladas por los latinos.

Juan III Ducas reforzó aún más su solidez y prestigio en la zona gracias a sus estrechas relaciones mantenidas con el emperador germano-siciliano, Federico II, quien, a su vez, mantenía un durísimo enfrentamiento con el Papa de Roma, su mortal enemigo y sostenedor del Imperio latino de Constantinopla. Por todo ello, la alianza entre ambos monarcas fue un hecho natural y lógico, sellado con el matrimonio de Juan III Ducas con Constanza, la hija de Federico II.

Juan III Ducas tuvo serios enfrentamientos con el Papa de Roma. Con gran habilidad política, Juan III Ducas ofreció al Papado la posibilidad de la unión de las dos Iglesias cristianas, siempre y cuando Roma apoyase al emperador en su pretensión de recuperar Constantinopla y expulsar definitivamente del trono bizantino a los latinos. Desde el año 1249 se llevaron a cabo negociaciones en torno al problema entre Nicea y Roma, para desembocar, en el año 1254, con un preacuerdo para finiquitar tan importante asunto. Pero, a finales del mismo año, murieron Juan III Ducas y el papa Inocencio IV, por lo que el proyecto de unificación no se llegó a concretar por falta de interés por parte del siguiente Papa, Alejandro IX, y del sucesor del emperador, Teodoro II Lascaris.

Bibliografía

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CHG.

Autor

  • Herraiz