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LiteraturaBiografía

Jouve, Pierre Jean (1887-1976).

Poeta, narrador y ensayista francés, nacido en Arras en 1887 y fallecido en París en 1976. Autor de una brillante producción poética que, partiendo de una concepción dualista de la existencia signada por la tensión entre el bien y el mal, intenta ahondar en los misterios de la divinidad a través de los caminos más tortuosos del subconsciente (el erotismo, la aspiración mística, la búsqueda atormentada del sentido de la vida, etc.), está considerado como uno de los autores más originales e influyentes de la poesía francesa contemporánea. También sobresalió por su encendida defensa de la paz y su airada condena a los impulsos belicistas.

Nacido en el seno de una familia burguesa, tuvo una infancia triste y solitaria, marcada por una salud tan frágil que le impidió cursar estudios superiores. Sólo la música, descubierta con gozo en sus años juveniles y presente en su obra a lo largo de toda su vida, le permitió hallar un espacio de refugio y consuelo. Durante sus prolongados períodos de convalecencia, tuvo ocasión de leer a algunos grandes maestros de la poesía francesa decimonónica, como Baudelaire (1821-1867) y Mallarmé (1842-1898), cuyas obras despertaron su vocación literaria y le inspiraron sus primeras composiciones poéticas, caracterizadas por una acusada influencia del Simbolismo.

Afincado en París a comienzos del siglo XX, Pierre-Jean Jouve entró en contacto con los escritores del grupo "Abbaye de Créteil" ("Abadía de Créteil"), en el que figuraban el médico y escritor George Duhamel (1884-1966), el poeta, narrador y dramaturgo Jules Romains (1885-1972) y, entre otros jóvenes autores de la época, Vildrac y Arcos; este relevante cenáculo literario, vigente entre 1906 y 1908, postulaba la necesidad de buscar, por cauces literarios, una comunión espiritual con la realidad inmediata que rodea al escritor. Plenamente integrado, pues, en los círculos intelectuales y artísticos del París de comienzos del siglo, Jouve fundó en 1907 la revista literaria Bandeaux d'or, cuya dirección asumió desde su fecha de fundación hasta 1910. Notoriamente influido, por aquel tiempo, por el unanimismo del citado Romains (doctrina que afirmaba la existencia de una especie de alma colectiva en cualquier agrupación de individuos), publicó su primer colección de poemas bajo el título de Présence (Presencia, 1912). Poco después, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial y la aparición de las primeras manifestaciones literarias del pacifismo -como el celebérrimo artículo "Por encima de las pasiones" (1914), de Romain Rolland (1866-1944), que dejó también una honda huella en la obra y el pensamiento de Jouve-, el poeta de Arras llenó de ecos antibelicistas otros poemarios suyos como Vous êtes des hommes (Sois hombres, 1915) y Danse des morts (Danza de los muertos, 1917).

A comienzos de la década de los años veinte, hundido en una grave crisis anímica e intelectual, Pierre-Jean Jouve renegó de su obra anterior y abogó por la necesidad de "encontrar en el acto poético una perspectiva religiosa". Había conocido por aquel entonces a la psicoanalista Blanche Reverchon, con la que contrajo nupcias después de haberse divorciado de su primera esposa. La revelación de las inmensas posibilidades creativas del subconsciente -sugerida por Blanche, por la escuela del psicoanálisis y por la estética vanguardista que, por aquel tiempo, estaba en pleno auge- se unió, en su caso, al nacimiento de un hondo fervor místico que le llevó, ya a punto de cumplir los cuarenta años de edad, a abrazar la doctrina católica; ambas influencias (la del psicoanálisis y la del misticismo católico) quedaron bien patentes en su poemario titulado Prière (Plegaria, 1924).

Un año después, realizó su primera incursión en el género narrativo por medio de Paulina 1880 (1925), una excelente novela protagonizada por una joven mujer que se debate entre su fe religiosa y la tiranía del deseo carnal. La buena acogida deparada por críticos y lectores a esta su primera novela le animó a seguir cultivando la prosa de ficción, género al que aportó nuevos títulos como Le monde désert (El mundo desierto, 1927) -en el que narra la fascinación de un personaje ante el descubrimiento de la poesía-, Hécate (1938) y Vagadu (1931) -ambos inspirados en sus contactos con el psicoanálisis- e Histoires sanglantes (Historias sangrantes, 1932).

Tras esta fértil etapa como narrador, a comienzos de los años treinta Jouve regresó al cultivo de la poesía con Les noces (Las bodas, 1931), una nueva manifestación de la vena lírica que había hallado en su rica vida espiritual. En la misma línea cabe situar otros poemarios posteriores como Sueur de sang (Sudor de sangre, 1935), Matière celeste (Materia celeste, 1937), Kyrie (1938) y Gloire (Gloria, 1942), a los que siguió una de sus colecciones de poemas más conocidas, La vierge de Paris (La virgen de París, 1947), en la que todo su aliento místico y visionario se ponía al servicio de la causa defendida por la Resistencia. En líneas generales, en toda su producción poética -siempre oscilante entre el amor y el pecado, el erotismo y la muerte- cobra un relieve singular la presencia de la figura femenina, elevada en ocasiones a la categoría del mito. Además de la citada Blanche Reverchon, otras mujeres tuvieron una importancia capital en la vida y en la obra de Jouve, entre ellas Lisbé, con la que mantuvo dos relaciones amorosas separadas entre sí por un lapso de veinticuatro años. El resto de su obra poética, continuamente sostenida por su agitada vida interior y encaminada a poner de relieve la dimensión espiritual de cuanto rodea al poeta, comprende otros títulos como Diadème (Diadema, 1949), Lyrique (Lírica, 1956), Mélodrame (Melodrama, 1957), Inventions (Invenciones, 1959), Moires (1962) -una emotiva mirada retrospectiva hacia su infancia- y Ténèbres (Tinieblas, 1965).

Pirre-Jean Jouve fue autor también de algunos ensayos en los que dejó patente su extraordinaria sensibilidad crítica y creativa, así como sus notables conocimientos sobre arte, música y literatura. En esta faceta de ensayista, alcanzó un merecido prestigio intelectual por algunas obras como Le Don Juan de Mozart (1942), Défense et Ilustration (1943) y Tombeau de Baudelaire (1958).

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.