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FilosofíaBiografía

Jouffroy, Théodore Simon (1796-1842).

Filósofo espiritualista francés, influenciado por la Escuela Escocesa del Sentido Común a través de su maestro Victor Cousin. Hizo gran hincapié en la distinción entre psicología y fisiología.

Vida

Nació en Pontets, cerca e Pontarlier (Doubs) el 7 de julio de 1796, y murió en París el 1 de marzo de 1842. Ingresado a la edad de 18 años en la Ecole Normal, muy pronto se convirtió en discípulo predilecto de Victor Cousin, cuya influencia revelará en su filosofía. Nombrado profesor en dicha escuela en 1817, fue suspendido en sus actividades en 1822 durante los últimos años del reinado de Luis XVIII, reingresando en 1828. También dictó clases en el Collège de France (1832-1836) y en la Sorbona hasta 1839. Elegido diputado en 1831, no parece haber ejercido mucha influencia en la política. A partir de 1833, fue miembro de la Academia de las Ciencias Morales. En 1835 se resintió su salud por lo que viajó a Italia, donde continuó trabajando en la traducción de los filósofos escoceses. A su regreso a París se desempeñó como bibliotecario de la Universidad, e impartió clases de filosofía en la Facultad de Letras. Sus traducciones de las obras de Thomas Reid y de D. Stewart, hablan de la influencia que en él ejerció la Escuela Escocesa de filosofía. Personalidad de apariencia romántica, marcada por la enfermedad, la melancolía y la continua búsqueda de sí mismo, su pensamiento destaca más por la tensión problemática que por la fundamentación especulativa.

Pensamiento filosófico

Jouffroy centra su reflexión principalmente en dos áreas: la psicología y la moral. En todos sus escritos se esfuerza por demostrar la autonomía de la psicología con respecto a la fisiología y a la metafísica.

El texto fundamental sobre psicología es su introducción a la traducción de Fundamentos de la filosofía moral, de D. Stewart. La psicología (cuyo objeto específico es la conciencia), debe ser tratada, según él, en la misma forma que el resto de las ciencias naturales, atribuyendo a la introspección la categoría de fuente de conocimiento. La tesis central es que "existe para el entendimiento humano un orden de fenómenos cuyo escenario es la conciencia, los cuales son tan reales e incontestables como los fenómenos sensibles, aunque de otro nivel, pero cuyas leyes pueden ser determinadas de la misma forma y constatadas con la misma certeza". Este paralelismo de la observación sensible y de la observación interna ("sentido íntimo") es el que da origen a las discusiones sobre la psicología como ciencia de los hechos de la conciencia desde Broussais o A. Compte. Esta teoría está unida en Jouffroy a otras dos verdades: la primera es que, así como todas las cuestiones naturales se resuelven en la observación de los fenómenos sensibles, así también todas las afirmaciones filosóficas se resuelven en la observación de estos fenómenos desconocidos; de esta forma, la psicología se convierte en la primera disciplina en la que se organiza el saber filosófico; las otras serán la lógica y la ética. La segunda verdad formulada por Jouffroy es que si después de tres mil años de discusiones filosóficas no se encuentra ninguna que haya sido definitiva y científicamente resuelta, es porque los filósofos no se han preocupado de hacer un estudio constante y sistemático. Y será a partir de un estudio metódico de los "hechos morales de la naturaleza humana", como Jouffroy afrontará el segundo de sus grandes temas: la moral.

El tema central de su reflexión sobre la moral lo constituye el destino humano y del mundo en general, al cual Jouffroy ha dedicado importantes investigaciones, especialmente el Cours de droit naturel, que, por su precisión y coherencia, puede ser considerada como su obra más destacada. Tan importante es el tema del destino, que Jouffroy piensa que la cuestión fundamental de la filosofía es: "¿Por qué he sido hecho y cuál es mi tarea?" Ahora bien, a esta pregunta responden de manera distinta el arte, la filosofía y la religión, que son manifestaciones de un único sentimiento. Desde la moral, Jouffroy enseña que todo ser tiene un destino propio, que le ha sido asignado por la naturaleza; la creación en general tiene un fin; el fin de todos los seres debe encaminarse al fin de la creación. Este fin es el Bien absoluto, que se concreta en el bien de cada ser particular. Buscando este Bien, el hombre deja de ser cosa para convertirse en persona. Sin embargo, el destino humano no se realiza ni en la vida del individuo ni en la vida de la comunidad, sino que se orienta hacia un Absoluto trascendente.

Jouffroy escribió también un curso de estética, en el cual probablemente se presenta más original, pero que sólo se conoció a través de los apuntes de sus discípulos, y que fue publicado después de su muerte.

Lo más característico de la filosofía de Jouffroy es su vivo sentido de la contrariedad, del obstáculo, al cual corresponde su interés por el escepticismo. Ese sentido de contrariedad lo descubre ya en las tendencias primitivas de la naturaleza humana, cuando explica la parición de la voluntad como consecuencia de los conflictos que se oponen a la actividad espontánea del yo. De ahí se deriva también su concepción de una lucha continua y fundamental entre nuestra naturaleza y la situación en que se halla ubicada, la cual es como el trasfondo de la condición humana en este mundo.

Obras

Además de las ya citadas: Mélanges philosophiques (1833), Les sentiments de beau et du sublime (tesis) (1816) y Cours d´esthétique (1843). Importantes son también sus introducciones a las traducciones de Esquisses de philosophie morale, de D. Steward (1826), y a las Obras Completas de T. Reid (6 vols. 1828-1836). Después de su muerte fueron publicadas: Nouveaux mélanges philosophiques (1842) y Cours d'Esthétique (1845).

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Autor

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