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HistoriaPolíticaBiografía

Jorge V, Rey de Gran Bretaña (1865-1936).

Rey de Gran Bretaña e Irlanda (desde 1920 de Irlanda del Norte), de las Dependencias de Ultramar y emperador de la India (1910-1936), hijo segundo de Eduardo VII (1901-1910) y de la princesa Alejandra de Dinamarca, nacido el 3 de junio de 1865 en Marlborough House (Londres) y muerto el 20 de enero de 1936 en Sandringham (condado de Norfolk). Fue el primer soberano británico que viajó a la India, con lo que avaló la política de concesiones con las colonias adoptada por el Gobierno. Durante su reinado tuvo que hacer frente a numerosas crisis políticas que resolvió de manera eficaz: la crisis constitucional surgida por la Parliament Bill (Ley de Reforma de la Cámara de los Lores); la Primera Guerra Mundial, en la que alentó a las tropas con frecuentes visitas a los frentes de batalla; y los problemas del Imperio colonial británico y de la economía de la isla al mundo de la postguerra. De ideas conservadoras y estrictamente insulares, poseedor de una gran prudencia y sentido de la conciliación nacional, en 1917 renunció a las posesiones alemanas y al apellido de origen alemán de su dinastía, Sajonia-Coburgo-Gotha, al que sustituyó por el de Windsor. Consciente de la utilidad de la radio, inició la costumbre de retransmitir sus mensajes navideños a todo el Imperio. Su popularidad alcanzó su punto más alto en 1935, fecha en la que celebró sus bodas de plata y se publicaron sus discursos con el título de King to His People (El rey a su pueblo).

Trayectoria como príncipe de Gales

Al ser el segundo varón del príncipe de Gales Eduardo, Jorge Federico Ernesto Alberto no estaba destinado a ostentar una posición de primer orden en el Estado, por lo que recibió una educación mediana. Según la costumbre de la Casa Real en 1872, con tan sólo doce años de edad, ingresó como cadete junto con su hermano y heredero al trono el duque de Clarence y Avondale, en el buque-escuela "Britannia" de la Armada Real, donde alcanzó en 1891 el grado de comandante. Pero, tras la repentina muerte de su hermano, acaecida el 14 de enero de 1892, Jorge se vio obligado a relegar a un segundo plano lo que parecía tener trazas de ser una carrera militar brillante para convertirse en el presunto heredero a la Corona una vez que su padre accediera al trono. Ese mismo año, Jorge fue nombrado duque de York y retomó sus estudios y una nueva formación política más completa que la recibida hasta la fecha, más acorde a su nueva posición. Al año siguiente fue ascendido al grado de capitán de navío y contrajo matrimonio con su prima segunda, la princesa María, hija de los duques de Teck, de cuya unión nacerían seis vástagos: el futuro rey Eduardo VIII (1936), posteriormente nombrado duque de York tras su abdicación voluntaria del trono; el futuro rey Jorge VI (1936-1952); Enrique, duque de Gloucester; Jorge, duque de Kent; el príncipe Juan, muerto cuando apenas era un niño; y la princesa María, desposada con el sexto conde de Harewood. La princesa de Teck, dotada de una gran tacto y dignidad, desempeñó a la perfección su papel de reina consorte y prestó a su esposo todo el apoyo que éste necesitó en los momentos de crisis que pasó la monarquía. La pareja real dio siempre la imagen de lo que era: un matrimonio unido y feliz.

Al acceder Eduardo VII al trono británico en 1901, Jorge recibió el título de duque de Cornwall (desde ese momento, privaticio del heredero al trono británico) y comenzó a cumplir junto con su esposa diversas funciones de representación y ceremonia, en particular en el extranjero y en los territorios coloniales del Imperio. En ese contexto, el 16 de marzo se embarcó en una gira oficial a bordo del buque "Ophir" en representación de su padre por varias colonias que le llevó a visitar Australia, donde inauguró el primer Parlamento de la Commonwealth australiana, por África del Sur y el Canadá. A su regreso a Inglaterra, el 8 de noviembre del mismo año fue proclamado oficialmente príncipe de Gales en el Parlamento .

Reinado de Jorge V

Tras la muerte de Eduardo VII el 6 de mayo de 1910, el príncipe de Gales subió al trono con el nombre de Jorge V, aunque no fue coronado hasta el 22 de junio del año siguiente, lo que sucedió con la pompa y el esplendor correspondientes. Jorge V contaba cuarenta y cinco años de edad y poseía una dilatada experiencia en asuntos de Estado que demostró en seguida a la clase política británica y a sus súbditos. En virtud del Regency Act (necesidad constitucional temporal ante el hecho de que su hijo mayor, el príncipe de Gales Eduardo, tenía tan sólo diez años de edad), la reina María fue nombrada regente en el caso de sucesión temporal o transmisión de la Corona.

El reinado de Jorge V estuvo marcado por el éxito gracias a su comportamiento político, escrupulosamente respetuoso con las normas constitucionales y democráticas, y por el estilo personal que imprimió a la monarquía británica. En relación a los asuntos puramente de Estado, lejos de tener que limitarse a unas funciones de puro trámite y rutina, Jorge V tuvo que hacer frente a una serie de situaciones difíciles y bastante comprometidas que pusieron a prueba a la monarquía y el papel constitucional del soberano, especialmente durante cinco ocasiones muy concretas. En cada una de ellas, el monarca no sólo supo salir airoso con sus decisiones sino que reforzó todavía más la institución que él representaba y supo ganarse el aprecio y el respeto del Parlamento y sus súbditos.

La primera prueba de fuego para Jorge V tuvo lugar el mismo día de su subida al trono, el 6 de mayo de 1910, cuando toda la clase política y el país entero se hallaba tremendamente dividido y enfrentado por la intención del primer ministro, el liberal Herbert Henry Asquith, de limitar el poder constitucional de la Cámara de los Lores e introducir ligeras modificaciones en la Constitución al promulgar la Parliament Bill. Aunque Jorge V era de tendencia conservadora, haciendo gala de una gran prudencia y visión política, apoyó con decisión a su primer ministro y zanjó el asunto amenazando a los díscolos lores de crear, en caso de que se viera obligado, una numerosa hornada de pares de nuevo cuño. Gracias a su decisión, a principios de 1911 se aprobó finalmente la Parliament Act.

Para reforzar el poder real sobre los territorios del Reino Unido, en junio de 1911, la familia real al completo emprendió un viaje oficial por Escocia, Gales e Irlanda. Siguiendo con la misma tónica, el 11 de noviembre de ese año Jorge V se enfrascó en un dilatado viaje para reafirmar su posición imperial en las colonias, del que no regresó hasta el 5 de febrero del año siguiente. Ésta fue la primera visita a los dominios ultramarinos que realizaba un monarca británico. El 12 de diciembre fue proclamado en Nueva Delhi emperador de la India.

Durante la Primera Guerra Mundial, tanto Jorge V como la reina María se dedicaron por completo a trabajar por el bien del país y a poner toda su influencia al servicio de toda actividad nacional que tuviera como objetivo ayudar moral y materialmente a las fuerzas británicas en el frente. Los constantes mensajes de ánimo que el rey realizó a través de la radio durante todo el conflicto, y también tras el mismo, y las numerosas visitas que realizó a varios frentes de batalla insuflaron el ánimo necesario que necesitaban las desanimadas tropas y la población civil. Dichas retransmisiones radiofónicas sirvieron para que aumentara espectacularmente el alistamiento voluntario de los jóvenes británicos.

La segunda crisis gubernamental de Jorge V surgió como consecuencia de la denominada "cuestión irlandesa", asunto que el rey resolvió dignamente en dos momentos muy concretos: el primero, en 1914, cuando apoyó a Asquith en la concesión que el Gobierno británico hizo a los irlandeses con el Home Rule; y el segundo, en 1921, al influir moderadamente en la preparación de una vía de solución pacífica que desembocó con el nacimiento del estado libre de la República de Irlanda.

El tercer episodio grave se produjo en plena recesión económica para el Reino Unido tras el fin de la Primera Guerra Mundial. En una situación política sin precedentes, ninguno de los dos partidos mayoritarios contaba con la mayoría absoluta necesaria para gobernar (ni el Partido Conservador de los tories, ni el Partido Liberal de los whig). En una nueva muestra de valentía política, Jorge V forzó la dimisión del conservador Andrew Bonar Law, aquejado de un gravísimo cáncer, al que sustituyó por el también conservador Stanley Baldwin. Pero el gabinete formado por éste fracasó clamorosamente, así que Jorge V -a pesar de sus pocas simpatías por el socialismo en auge, al que consideraba revolucionario, desestabilizador y subversivo-, se vio obligado a ordenar a James Ramsay MacDonald, líder del Partido Laborista, que formara un nuevo Gobierno, con lo que se constituyó el primer gabinete laboralista en Inglaterra.

En 1928, tras una gravísima enfermedad que le apartó de toda actividad pública y que a punto estuvo de costarle la vida, Jorge V se reincorporó a sus tareas regias. Pero un nuevo problema, esta vez surgido en la India (considerada la joya de la Corona), volvió a absorber todas las energías del monarca. Como consecuencia de la gravísima revolución surgida en la India por las fuerzas nacionalistas contrarias a la dominación británica, Jorge V presidió en Londres una conferencia que se desarrolló a lo largo del mes de noviembre de 1930, en la que se mostró partidario de conceder a la colonia una carta de autonomía bastante amplia, la cual no fue aprobada hasta 1935, bajo el Gobierno de Baldwin con el nombre de Government of India Bill.

El último gran escollo de su reinado se produjo al mismo tiempo que la crisis hindú. En 1929 el conservador Baldwin perdió las elecciones en favor del laborista Ramsay MacDonald, quien convirtió a su partido en la fuerza política principal del Parlamento. Sin embargo, el Partido Laborista no supo dar con las medidas adecuadas para combatir la Gran Depresión que estaba golpeando con extremada dureza al país. Jorge V volvió a actuar con mesura e inteligencia, convenciendo a MacDonald para que formase un Gobierno de coalición nacional con el apoyo de los conservadores y liberales. Aunque Jorge V fue duramente criticado por los laboristas, la formación del Gobierno de concentración logró parar la primera embestida de la crisis económica y posibilitó el inicio de la recuperación nacional cuatro años más tarde, para lo cual también fue necesario que el rey apoyara la decisión gubernamental de abandonar el patrón oro.

Por último, con ocasión del conflicto internacional provocado por la invasión italiana de Etiopía, Jorge V actuó brillantemente como mediador pues buscó una solución pacífica y dialogante entre las partes implicadas que evitó que el asunto derivase en un conflicto armado entre las potencias europeas con intereses territoriales en el norte de África. Con semejante acción, Jorge V puso un brillante colofón a sus veinticinco años de reinado, acontecimiento que celebró en 1935 rodeado del sincero aprecio y cariño de todo su pueblo. Pocos meses después, el 20 de enero de 1936, Jorge V falleció en el palacio de Sandringham.

Repercusión histórica del reinado de Jorge V

Desde el punto de vista personal, Jorge V introdujo un estilo muy diferente de sus dos predecesores en el trono, ya sea la reina Victoria (1832-1901) como su padre Eduardo VII. Con él, la realeza británica adoptó una imagen familiar, más próxima al pueblo británico. En muchos aspectos de su forma de ser y apariencia, el monarca parecía un digno representante de la nobleza rural, salido directamente de la vieja Inglaterra aristocrática, lleno de prejuicios y con inclinaciones profundamente conservadoras, con temor a todo lo que oliera a novedad, embargado por una desconfianza interna por lo extranjero y dominado por un fuerte fetichismo por lo inglés. Pero, al mismo tiempo, Jorge V compartía otros muchos rasgos que le valieron ser reconocido y valorado por sus súbditos y la clase política británica como uno de los monarcas más notables de toda la historia de la realeza inglesa: realismo político y social, un sólido sentido común aderezado con pragmatismo muy adecuado para reinar en unos momentos tan difíciles como el que le tocó a él, respeto reverencial por las normas democráticas, amor y respeto por su profesión junto con un fuerte sentido del deber, una profunda adversión por todo lo pretencioso o fuera de lo ordinario y la afición por el deporte. Si a todo esto se añade la pasión que sentía por su familia y su estricto moralismo, la figura de Jorge V como rey y como persona se conjugaron a la perfección para ofrecer a su pueblo, en uno de los momentos más críticos por los que pasó, un modelo real a seguir, paternal y tranquilizador, perfectamente adaptado a un período en el que la pequeña burguesía comenzaba a tomar una importancia creciente en la vida del país.

Bibliografía

  • NICHOLSON, Harold. George V. (München: E. C.H. Beck. 1954).

  • ORMOND, Richard. The House of Windsor. (Londres: Ed. Her Majesty´s Stationery Office. 1967).

  • TAYLOR, Alan John Percival. English Story: 1914-1945. (Harmondsworth Penguin Books. 1983).

CHG

Autor

  • Carlos Herraiz García