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HistoriaPolíticaBiografía

Jingdi o Lin Qi, Emperador de China (188-141 a.C.).

Emperador chino, el quinto de la dinastía Han Occidental, nacido en 188 a.C. y fallecido en 141 a.C. Era el quinto hijo de Wendi y de su primera esposa, la emperatriz Dou. Antes de reinar ostentaba el nombre de Lin Qi, pero cuando sucedió a su padre en 157 a.C. cambió su nombre por el de Jingdi.

Gobernó siguiendo el ejemplo de su padre, y su reinado se presentó como la continuación de la política liberal y benevolente practicada por Wendi, el “rey ilustrado” y virtuoso que supo poner en práctica los valores del confucianismo, doctrina que se convirtió bajo su reinado y bajo el de sus sucesores en el código moral predominante en la política. Jingdi siguió las reglas del gobierno de su padre; se dejó aconsejar por sus ministros y sometió sus decisiones en el seno del Consejo Privado. Su reinado heredó, sin embargo, los problemas inherentes al nuevo régimen, amenazado, desde la caída de la dinastía Qin, por las reivindicaciones cada vez más numerosas de los vasallos. El control del poder de los príncipes, tan estricto durante aquella dinastía, se relajó poco a poco durante el reinado de los primeros emperadores Han, y provocó la insurrección de los gobernadores en pos de una mayor autonomía política y económica. Una de las más importantes fue la rebelión llamada de los Siete Reinos, encabezada por los príncipes Chu y Wu, cuyos feudos se encontraban en la actual provincia de Jiangsu, al sur de Shandong. Esos estados gozaban de una relativa autonomía, por ser la región natal de la familia reinante. En 154 a.C., los ejércitos del emperador Jingdi consiguieron vencer a los rebeldes, con lo que aseguraron la autoridad del poder central sobre las regiones más alejadas de la capital, Chang´an (actual Xi´an).

Fuera de las fronteras, los poderosos xiongnu, guerreros nómadas de Mongolia, representaban otro peligro con el que tuvieron que enfrentarse los soberanos chinos desde los tiempos de la dinastía Qin. El primer emperador de la dinastía Han había conseguido pactar con ellos una paz precaria, que le obligaba a entregar cada año valiosos tributos de seda y cereales a sus jefes, pero estos presentes enriquecían a los nómadas y les hacían más ávidos. Para defender las tierras fronterizas sometidas a sus constantes ataques, se instalaron, desde 158 a.C., colonias militares pobladas por soldados encargados de trabajar la tierra y de luchar contra los invasores. Tras numerosas incursiones en territorio chino durante el reinado de Wendi, los xiongnu volvieron a la carga en 144 a.C. Penetraron hasta la provincia de Shanxi y consiguieron robar los caballos del parque imperial.

La importancia de la agricultura creció en esa época gracias al progreso de las técnicas agrícolas. De hecho, se sabe que el 90% de la población vivía en los campos, sometida generalmente a duras tareas y muchas veces sometida al estado de esclavitud. La prosperidad del imperio en la época está demostrada por las riquezas encontradas en las tumbas, que desmienten la imagen oficial de austeridad y la prohibición de los entierros lujosos, en vigor desde el reinado de Wendi. La decoración y los objetos funerarios de las tumbas revelan una gran preocupación por la vida tras la muerte. La búsqueda de la inmortalidad, promovida por los taoístas, era entonces una idea muy apremiante.

Consuelo Marco Martínez / Catherine François Brugidou.

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  • Consuelo Marco Martínez / Catherine François Brugidou.