A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
LiteraturaReligiónBiografía

Jiménez de Rada, Rodrigo (ca. 1170-1247).

Arzobispo de Toledo, político e historiador español, nacido en Navarra, bien en el castillo de Rada (cerca de Olite) o en Puente la Reina en 1170 o 1180 y muerto a orillas del río Ródano (Francia) el 10 de junio de 1247.

Síntesis biográfica

Fue uno de los eclesiásticos españoles más importantes de la Edad Media. Hombre de gran cultura, que escribió varias obras históricas de gran calidad, fue nombrado arzobispo de Toledo en 1209. Como tal, y ejerciendo además como legado pontificio y consejero del monarca castellano Alfonso VIII, promovió la cruzada contra los almohades que consiguió el gran éxito de las Navas de Tolosa (1212). Posteriormente colaboraría con Fernando III en el avance de la reconquista. Trabajó además enormemente por su archidiócesis toledana, bien engrandeciendo su señorío, bien dotándola de leyes, defendiendo su condición de primada, o ejerciendo como mecenas (por ejemplo, inició la construcción de la catedral de Toledo en 1226). Participó en el IV Concilio de Letrán (1215) y en el I de Lyon (1245).

Jiménez de Rada, arzobispo y político

Era hijo de Senén (o Ximeno) Pérez de Rada y de Eva de Finojosa (hermana de San Martín de Finojosa), ambos de linajes ilustres. Tuvo varios hermanos, Bartolomé, Mario, Miguel, Pedro y Guiomar. Tras una primera educación, durante su niñez, en Castilla, estudió Derecho en la Universidad de Bolonia y luego Filosofía y Teología en París, donde conoció a San Juan de Mato, fundador de los trinitarios. Adquirió entonces una amplia cultura (superior a la que tenía la mayor parte de los hombres cultivados de su época) y aprendió varios idiomas, incluidos los clásicos, el árabe, el hebreo y varias lenguas romances. De regreso en España a principios del s. XIII, adquirió pronto importancia como consejero del rey castellano Alfonso VIII, mediando en 1206 entre éste, el leonés Alfonso IX (primo del castellano) y el navarro Sancho VII. En 1208, muerto el obispo de Osma, Diego de Aceves, Jiménez de Rada fue elegido en su lugar, pero ni siquiera llegó a ser consagrado ni a tomar posesión de la misma, pues en agosto de ese mismo año fue nombrado sucesor del recién fallecido arzobispo de Toledo, Martín (la elección no fue confirmada hasta el 27 de febrero de 1209). Parece que aún no era sacerdote, siendo probablemente ordenado poco después por su tío Martín, entonces obispo de Sigüenza.

Participó en los preparativos de la cruzada contra los almohades, primero como embajador de Alfonso VIII ante Felipe Augusto de Francia, solicitando ayuda contra aquellos, con regular éxito, y luego en la organización y motivación de la expedición que terminaría en la victoria de las Navas de Tolosa (1212), a la que él mismo asistió y que después relataría. Con sus propios medios había alojado en Toledo a los caballeros franceses concentrados en la ciudad antes del ataque. Fallecido Alfonso VIII en 1214, y menor de edad su hijo y sucesor Enrique I, Jiménez de Rada continuó su labor como consejero junto a la regente Berenguela, hermana mayor de Enrique I. Éste moriría prematuramente en 1217, traspasando Berenguela sus derechos a su hijo Fernando III; también con él tendría el arzobispo toledano gran confianza. De regreso a Roma ese mismo año, fue nombrado legado pontificio por el papa Honorio III con el objetivo de implicar, otra vez, a los reyes cristianos en la lucha contra el Islam. Fracasó en la conquista de Cáceres (noviembre de 1218) y de Requena (Valencia, 1219), pero no en la toma de varias plazas entre Cuenca y Valencia; también participó en varias expediciones de Fernando III, cuyas donaciones le permitieron crear el Adelantamiento de Cazorla (Jaén).

Además del engrandecimiento territorial del señorío toledano gracias a esas conquistas y a donaciones y compras, trabajó intensamente por su archidiócesis de otras maneras: transformó la iglesia de Talavera en colegiata, levantó el palacio episcopal de Alcalá de Henares, concedió fueros (redactados en castellano) y defendió la primacía de la catedral toledana sobre sus rivales, Braga, Santiago de Compostela y Tarragona. Con este propósito asistió al IV Concilio de Letrán (1215), aunque sin conseguir una sentencia definitiva. También sostuvo varios pleitos con diversos señores, las órdenes militares, varios obispados y los mencionados arzobispados (con Santiago sobre la pertenencia de Zamora y Plasencia; con Oviedo por su exención). Protegió a los judíos toledanos, creando en 1219 un tribunal propio y estableciendo para ellos una fiscalidad precisa. En 1226 inició con la ayuda del rey castellano-leonés Fernando III la construcción de la catedral gótica de Toledo. Cuando Jaime I de Aragón reconquistó Valencia en 1238, Jiménez de Rada reclamó esa sede episcopal como dependiente de la de Toledo. A causa de esto fue excomulgado el 8 de mayo de 1241 por un sínodo convocado en Tarragona por el arzobispo tarraconense, pero el toledano viajó a Roma y obtuvo del papa Gregorio IX la nulidad de la sentencia.

Colaboró también en la consolidación de los Estudios Generales de Salamanca y escribió varias obras históricas. Más adelante, en 1245, participó en un segundo concilio ecuménico, el primero de Lyon, donde sus intervenciones demostraron su condición de políglota y su alto nivel de conocimientos. Dos años después estaba en la misma ciudad para encontrarse con el papa Inocencio IV, pero murió cerca del río Ródano durante el viaje de vuelta. Su cuerpo fue llevado al monasterio cisterciense de Santa María de Huerta (Soria) para ser enterrado allí; en vida, Jiménez de Rada había ayudado a este cenobio, al que donó su valiosa biblioteca (que posteriormente se perdería en un incendio). Su sepulcro de mármol, situado en el ábside de la iglesia monacal (junto al de su tío San Martín de Finojosa, abad del monasterio), todavía se conserva en la actualidad en buenas condiciones; en él una inscripción latina dice: "Mater Navarra, nutrix Castella, Toletum Sedes, Parisium studium, mors Rhodanus, Horta Mausoleum, coelum requies, nomen Rodericus" (‘Nacimiento en Navarra, educación en Castilla, sede toledana, estudios parisinos, muerte en el Ródano, sepultura en Huerta, descanso en el cielo, de nombre Rodrigo’). En el s. XVI se representó su rostro en el nuevo claustro plateresco del monasterio.

La obra histórica de Jiménez de Rada

Rodrigo, hombre de gran dinamismo y actividad política y eclesiástica, tuvo tiempo también para escribir varias obras históricas de gran calidad. La más importante de ellas fue Rerum in Hispania gestarum Chronicon (‘Historia de los Hechos de España’), también llamada De Rebus Hispaniae, Historia Gothica, o Crónica del Toledano. Se trata de un amplio trabajo realizado por petición de Fernando III; escrito en latín, comprende nueve libros (subdivididos en capítulos) que abarcan la historia española desde Jafet (uno de los hijos de Noé) hasta su propia época, deteniéndose en 1243.

Tras un prólogo, en el que expone sus razones para escribirla (que la memoria de lo antiguo no se pierda), comienza a relatar los tiempos más remotos de España: aunque los sitúa en contextos bíblicos, diferencia claramente la historia religiosa y universal de la historia española. No obstante esos antecedentes, los orígenes directos de España (a la que elogia inspirándose en San Isidoro) los sitúa él en los visigodos. Culpa a Witiza, pero también al rey Rodrigo, del éxito de la conquista musulmana. En el periodo dedicado a la reconquista, renovando la idea del neogoticismo, se centra en la primacía unificadora de los reinos astur-leonés y castellano, sin olvidar recoger las genealogías de los monarcas portugueses, navarros y aragoneses, dando así a su obra un carácter nacional del que carecen las historias anteriores.

Utilizó con abundancia y rigor numerosas fuentes, algunas de las cuales señala él mismo en el prólogo: greco-latinos como Pompeyo Trogo, Claudio Ptolomeo, Dión Casio, Hidacio o Sulpicio; visigodos como Jordanes, San Isidoro, San Ildefonso (aunque de éste apenas recoge nada) o los Concilios de Toledo; y la Crónica Mozárabe de 754. También, según Ramón Menéndez Pidal, usó la Crónica Silense, la Crónica Tudense y, muy infrecuente hasta entonces, a autores árabes (sus materiales debían ser asequibles en la Toledo de la época). Seguramente empleó también la Crónica de Sampiro e incluso poemas franceses y españoles. No se limitó a transcribir estos materiales sino que, tomando de ellos los datos, dio forma original al texto, con orden, equilibrio y buen estilo. Sus únicos defectos son cierta exaltación excesiva de Alfonso VIII, abuso ocasional de los discursos, algunas exageraciones y, en ocasiones (especialmente respecto a las épocas más antiguas), credulidad. Por todas sus virtudes fue una obra muy aceptada: ya en el s. XIII se hicieron varias versiones romances (también en catalán y portugués) y fue muy usada, mucho más que la Crónica Tudense, en la redacción de la Crónica General por el equipo de historiadores de Alfonso X.

Otras obras suyas, en realidad complementarias de la anterior, fueron: Historia Romanorum (‘Historia de los romanos’), centrándose en la relación de Roma con España; Ostrogothorum Historia (‘Historia de los ostrogodos’), que distingue con claridad ostrogodos de visigodos; Hunnorum, Vandalorum, Suevorum, Alanorum et Silingorum Historia (‘Historia de los hunos, vándalos, suevos, alanos y silingos’), ocupándose de cada pueblo hasta su desaparición, pero también de sus ataques e incursiones por España; e Historia Arabum (‘Historia de los árabes’), desde Mahoma, pasando por la invasión de España, hasta su contemporáneo s. XIII. Por último, hay que añadir un Breviarium Historiae Catholicae (‘Breviario de Historia Católica’) o Expositio Catholica, una historia sagrada inspirada en la de Pedro Comestor.

Bibliografía

  • AGUILERA Y GAMBOA, ENRIQUE. MARQUÉS DE CERRALBO. El arzobispo D. Rodrigo Ximénez de Rada y el monasterio de Santa María de Huerta. (Madrid, Sucesores de Rivadeneira: 1908).

  • BALLESTEROS GAIBROIS, M. Don Rodrigo Jiménez de Rada. (Barcelona, Labor: 1943).

  • CASTRO ÁLAVA, J.R. Don Rodrigo Ximénez de Rada. (Pamplona, Diputación Foral: 1981).

  • ESTELLA ZALAYA, E. El fundador de la Catedral de Toledo. (Toledo, A. Medina: 1926).

  • GÓMEZ PÉREZ, J. “La más antigua traducción de las crónicas del toledano”, en Hispania, XXII (1962) 357-371.

  • JAUREGUIZAR, F.J. PÉREZ DE RADA Y DÍAZ RUBÍN. MARQUÉS DE. El arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada. (Madrid, Fundación Jaureguizar: 2002).

  • JIMÉNEZ DE RADA, R. Historia arabum. (Sevilla, Universidad. 1993).

  • JIMÉNEZ DE RADA, R. Historia de los Hechos de España. (Madrid, Alianza: 1989).

  • LUÑO PEÑA, E. Legislación foral de don Rodrigo Jiménez de Rada. (Zaragoza, Tipografía La Académica: 1927).

  • “Rodrigo Jiménez de Rada and the Jews: Pragmatism and Patronage in Thirteenth-Century”, en Viator 28 (1997) 203-222.

  • SÁNCHEZ ALONSO, B. Historia de la historiografía española. Vol. 1. (Madrid, CSIC, 1941).

  • Vestiduras pontificales del Arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada: s. XIII. Su estado y restauración. (Madrid, ICRBC: 1994).

  • XAVIER, A. Rodrigo Jiménez de Rada: estadista y artífice, siglo XIII. (Barcelona, Casals: 1989).

Enlaces en Internet

http://www.ens-lsh.fr/labo/SEMH-SIREM/de_rada.htm ; Página de un congreso acerca de Jiménez de Rada, con imágenes completas de las conferencias.
http://gumaro.com/Soria/cister.html ; Página con la historia del monasterio de Santa María de Huerta (en español).
http://www.unav.es/historia/cmhcmedieval1/comentarios/navas.pdf ; Página con un texto de Jiménez de Rada sobre la batalla de las Navas de Tolosa (en español).
http://www.unesco.org/webworld/nominations/en/spain/reading_rada.htm ; Página con información sobre la obra de Jiménez de Rada (en inglés).
http://usuarios.lycos.es/huertaonline/huerta.htm ; Página diversa información acerca de Santa María de Huerta (en español).

Autor

  • Bernardo Gómez Álvarez