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PolíticaHistoriaBiografía

Jayran o Hairan, Rey de la taifa de Almería (ca. 970-1028).

Rey de la taifa de Almería y de Murcia nacido hacia 970 y muerto en Almería en 1028. Fue el primero en consolidar el poder autónomo en la taifa de Almería. Aunque casi siempre se mostró como partidario de los omeyas, se alió con los diferentes bandos que se formaron durante la fitna, siempre en concordancia con sus propios intereses.

Jayran, cuyo nombre significa próspero -Próspero fue probablemente su nombre cristiano- fue un esclavo eunuco sirviente confidencial de Almanzor, al que, por sus buenos servicios, Almanzor concedió en control de la cora de Almería, muy importante por ser su capital la base naval del califato. En su juventud fue capturado y castrado por los judíos de Lucena.

Tras la muerte de Abd al-Rahman Sanchuelo en 1009, Jayran, que ya era general del ejército califal, tomó partido por la facción berberisca que encumbró a Sulayman Ibn al-Hakam Ibn Sulayman, pero cuando éste fue vencido en mayo de 1010 por Muhammad II, un nieto de Abd al-Rahman III que ya había usurpado el trono en vida de Sanchuelo, Jayran tomó partido por el segundo, pero por poco tiempo, ya que los eslavos de Córdoba asesinaron a Muhammad II (23-VII-1010) y proclamaron a Hisham II, que se encontraba preso por orden del asesinado califa. A pesar de su anterior adhesión a Sulayman, Jayran se mantuvo fiel a Hisham II durante el asedio que sufrió Córdoba entre noviembre de 1010 y abril de 1013 por parte de los berberiscos, al frente de los cuales se encontraba el propio Sulayman Ibn al-Hakam; su ejército logró tomar la ciudad el 19 de abril de 1013 y Jayran participó en la defensa de la puerta del arrabal de Saqunda, donde fue herido, abandonado en el campo de batalla y dado por muerto. Pudo regresar a la ciudad y refugiarse en casa de un amigo, donde permaneció escondido hasta que sanaron sus heridas.

A los pocos meses Jayran había conseguido reunir un ejército de eslavos que, operando desde el Sudeste y el Levante, logró apoderarse de Tudmir y expulsar de ella a los beréberes antes de finales de 1013. Una vez que controló la cora de Tudmir encargó su gobierno al eslavo Zuhayr, con cuya fidelidad siempre pudo contar. El ejército de Jayran fue engrosando sus filas desde entonces y llegó a reunir un importante cuerpo de caballeros con los que marchó a la conquista de Almería, que cayó en su poder tras un asedio de veinte días, en julio de 1014. Durante este asedio debió hacer frente al gobernador de la ciudad, Aflah, y a sus hijos, que se hicieron fuertes en el alcázar, mientras que Jayran se apoderó de la medina y desde allí atacó a sus enemigos, destruyendo la Torre del Pozo del alcázar. Cuando entró en la fortaleza Jayran mató a Aflah y a sus hijos e hizo arrojar sus cuerpos al mar.

En 1016 Jayran ya era un rey consolidado que se aliaba con unos u otros señores de Al-Andalus según su conveniencia. Aquel año, Alí Ibn Hammud, un beréber que había sido designado gobernador de Ceuta por Sulayman, se rebeló contra el califa y solicitó la ayuda de Jayran para expulsarlo de Córdoba. El señor de Almería, que aún permanecía fiel a la causa de Hisham II -que probablemente murió en 1013- aceptó acompañar al berberisco y proclamarlo califa de Al-Andalus en caso de que Hisham hubiese muerto. Durante el tiempo que Jayran abrazó la causa hammudí y abandonó el partido omeya expulsó de Almería a muchos personajes adictos a la causa omeya, como el historiador Ibn Hazm, a quien retuvo prisionero durante unos meses antes de expulsarlo de la ciudad. Coligados, Jayran y Alí Ibn Hammud tomaron la ciudad de Córdoba y capturaron a Sulayman Ibn al-Hakam. Aunque no logró esclarecerse si Hisham vivía o no, Alí ordenó asesinar a Sulayman y se proclamó califa. Con este acto ganó la enemistad de Jayran, que desde entonces conspiró para arrojar de Córdoba a Alí Ibn Hammud.

Se sabe por una breve mención de Ibn Hazm, que Muyahid de Denia, disgustado con Jayran por su connivencia con los hammudíes, le declaro la guerra y bloqueó las costas de Almería con su escuadra. Nada se dice acerca de la fecha de esta guerra, aunque se supone que debió de producirse hacia 1016, porque, como se verá más adelante, Jayran volvió a abrazar la causa omeya poco después. Lo poco que se sabe de esta guerra es que los caminos quedaron cortados por tierra y por mar.

Jayran buscó, desde la proclamación de Ibn Hammud, un nuevo pretendiente omeya al califato y lo halló en la persona de un nieto de Abd al-Rahman III, llamado Abd al-Rahman Ibn Muhammad Ibn Abd al-Malik, a quien proclamó califa en Játiva el 29 de abril de 1018 con el título de al-Murtadá. Aunque para expulsar de Córdoba a Alí Ibn Hammud y proclamar a al-Murtadá Jayran había conseguido el apoyo militar de Mundir Ibn Yahaya de Zaragoza y de Ramón Borrell de Barcelona, sus planes se vieron favorecidos por el asesinato del califa hammudí. Jayran consiguió que su pretendiente fuese reconocido por los gobernadores Mubárak y Mudáffar de Valencia, Labib de Tortosa, Mundir Ibn Yahya de Zaragoza, Ibn Hud, gobernador de Tortosa e Ibn Qasim de Alpuente. Pero los planes de Jayran cambiaron cuando se dio cuenta de que el nuevo califa no estaba dispuesto a someterse a sus dictados; el rey de Almería decidió entonces prescindir de al-Murtadá y encontró la ocasión propicia en la campaña del nuevo califa contra los ziríes de Granada; Jayran y Mundir de Zaragoza, que habían acompañado a al-Murtadá al ataque a Granada, lo abandonaron y se retiraron a Almería; al-Murtadá logró escapar a Guadix, pero allí fue asesinado por orden de Jayran.

En 1021 Jayran trató de intervenir en los asuntos del Levante y nombró gobernador de Murcia a un nieto de Almanzor, Muhammad Ibn Abd al-Malik, para oponerse a la designación como hayib de Valencia de Abd al-Aziz, otro nieto de Almanzor que había sido proclamado en Játiva y tenía el reconocimiento de Muyahid de Denia. Pero cuando Abd al-Aziz fue expulsado de Játiva por los mismos fatas que le habían entregado el poder, Jayran consiguió que se reconociese su soberanía sobre Játiva y Abd al-Malik comenzó a sobrar en sus planes, por lo que fue expulsado de la ciudad y acogido en Denia por Muyahid.

En mayo de 1026 Jayran y Muyahid se aliaron para ocupar la ciudad de Córdoba, que durante los años anteriores había conocido la anarquía y había contemplado la elevación y caída de diferentes califas, sostenidos por facciones contrapuestas. Con la subida de Yahya ibn Alí ibn Hammudal califato, los cordobeses, que no deseaban un califa beréber, llamaron a ambos reyes que, a pesar de haber sido enemigos anteriormente, marcharon juntos a tomar la ciudad sin un plan predeterminado ni un candidato para sustituir a Ibn Hammud; su sola presencia en la ciudad bastó para que se desatase una rebelión que terminó con una matanza de beréberes y la caída de Yahya Ibn Hammud. Tanto Jayran como Muyahid abandonaron Córdoba sin intentar restaurar a un omeya en el trono califal. Jayran volvió a Almería, de donde no se supo que volviese a salir nunca.

A la muerte de Jayran entre junio y julio de 1028, por causa natural, y probablemente dentro de su fortaleza, tomó el poder en Almería y la cora de Tudmir su camarada Zuhayr, que había sido nombrado heredero pocos meses antes.

En los años en que Jayran estuvo al frente de Almería acometió variadas reformas urbanísticas, promovió diferentes construcciones y realizó reformas en edificios preexistentes. A él se deben la ampliación y fortificación de la alcazaba construida por Abd al-Rahman III, la ampliación de la quibla de la mezquita y la construcción de parte de la muralla que cercó el arrabal situado al este de la medina, entre otras importantes obras.

Bibliografía

  • DOZY, R. Histoire des Musulmanes d'Espagne juste la conquete de l'Andalusie pas les Almoravides. París, 1932.

  • JOVER ZAMORA, J. M. (dir). "Los reinos de Taifas. Al-Andalus en el siglo XI", en Historia de España Menéndez Pidal, vol. VIII-I. Madrid, Espasa Calpe, 1994.

  • TAPIA GARRIDO, J. A. Historia General de Almería y su Provincia. T. III. Almería Musulmana I (711-1172). Almería, 1986.

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero