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Ocio y entretenimientoBiografía

Jaureguibeitia Ibarra, Cástor, "Cocherito de Bilbao" (1876-1928).

Matador de toros español, nacido en Bilbao el 20 de diciembre de 1876 y muerto en Guadarrama (Madrid) el 28 de febrero de 1928. En el planeta de los toros es conocido por el sobrenombre de "Cocherito de Bilbao".

Cástor Jaureguibeitia Ibarra ("Cocherito de Bilbao").

Después de haber probado suerte en varios y muy diversos oficios (ebanista, carbonero y chófer de automóviles -de donde le viene ese apodo taurino que, de tan popular como se hizo, pasó al acervo folclórico de las canciones tradicionales-), Cástor Jaureguibeitia Ibarra se presentó como novillero en la plaza de Bilbao un 10 de octubre de 1897. Demostró que tenía buenas maneras y mejor disposición para llegar a ser matador de toros, lo que le proporcionó muchos contratos en varias plazas norteñas. A pesar de ello, no toreó en Madrid hasta el 2 de septiembre de 1900, y no tomó la alternativa hasta los veintiocho años de edad. Considerando la precipitación -no exenta de codicia- con que hoy en día se malogran no pocas carreras incipientes, sorprende a la afición actual tan dilatada etapa novilleril en un torero que desde el principio apuntó buenas cualidades para tomar la alternativa.

Se doctoró en Madrid el 16 de agosto de 1904, recibiendo los trastos de matar de manos del número uno de la época, el sevillano Antonio Fuentes y Zurita. Aquella tarde estuvo valiente y variado con el capote, espléndido con la muleta y certerísimo con el estoque: salió de allí consagrado como torero y pronto llegó a ocupar el cuarto lugar del escalafón superior, por debajo tan sólo del citado Fuentes, de Ricardo Torres, "Bombita", y de Rafael González, "Machaquito". Torero de marcada personalidad fuera de la plaza -carácter que, por desgracia para él, luego no supo reflejar con plenitud sobre la arena- apoyó incondicionalmente a "Bombita" y "Machaquito" en el contencioso que éstos sostuvieron contra el empresario de la plaza de Madrid, lo que le privó de lucirse ante la afición madrileña durante toda la temporada de 1906. ("Bombita" y "Machaquito" exigían cobrar mayores emolumentos cuando se enfrentasen a los terroríficos toros del hierro de Miura, alegando que los empresarios explotaban comercialmente su trágica leyenda para subir el precio de las entradas).

Al año siguiente, en la plaza de toros de Burgos, un toro de Pérez Tabernero corneó gravemente en el pecho a "Cocherito". Anduvo por las plazas hispanoamericanas en 1909 (ya había actuado en México en 1905), y regresó al ruedo ibérico en 1910, año en que completó la mejor temporada de su carrera taurina, llegando a rivalizar con los intermitentes destellos de brillantez de Rafael Gómez Ortega, "El Gallo". Pero a partir de 1912, después de otra estancia en Ultramar, empezó a dar signos de decadencia ante la irresistible pujanza -complementaria desde dos formas opuestas de entender e interpretar la lidia- del toreo de "Joselito" y Belmonte. El 6 de julio de 1919, Cástor Jaureguibeitia se despidió en Madrid de la primera afición del mundo y el 31 de agosto de aquel mismo año se cortó la coleta en su Bilbao natal. Aquejado de problemas respiratorios, falleció en el sanatorio de Guadarrama (Madrid) el 28 de febrero de 1928.

"Cocherito de Bilbao" fue un torero marcado por una concepción de la lidia propia del último tercio del siglo XIX, concepción que cifraba en la sobriedad de los adornos y en la brevedad de la faena los valores más puros del toreo. No es de extrañar, pues, que su estilo fuera incapaz de resistir la comparación con los de José Gómez Ortega, "Joselito", y Juan Belmonte. No obstante, se ganó una gran popularidad merced a su enorme voluntad y a las descabelladas innovaciones que pretendió oponer al eclipse con que le velaban aquellos dos inmensos astros del toreo. Y así, verbigracia, se afanó por destacar de cualquier manera en la ejecución del segundo tercio, llegando a clavar las banderillas -según cuenta Cossío- de cuatro en cuatro y hasta de seis en seis.

Autor

  • JR.