A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaPolíticaBiografía

Hurtado de Corcuera, Sebastián (¿-1660).

Administrador colonial español nacido en fecha desconocida, probablemente en Burgos, y muerto en en Tenerife el 12 de agosto de 1660. Fue gobernador de Panamá (1633-1634) y Filipinas (1635-1644), y realizó una gran acción militar y política en el último de dichos territorios.

Hurtado de Corchera fue militar y caballero de la Orden de Alcántara. En 1633 fue nombrado gobernador y capitán general de Panamá, cargo que detentó solo un año, pues al siguiente fue trasladado como capitán general de Filipinas. Durante su breve actuación en Panamá inició la pacificación de los indios de Darién, que no logró culminar.

Su gobierno filipino fue, sin embargo, mucho más importante. Llegó a Manila el 25 de junio de 1635. Poco después se consagró al arzobispo de Manila, fray Fernando Guerrero. Afrontó numerosos problemas durante su mandato de doce años, como fueron los jurisdiccionales con la Iglesia, la consolidación del poderío español sobre los musulmanes (véase bangsa moros) y, finalmente, reprimir un gran alzamiento chino de 1639.

Su enfrentamiento con la Iglesia fue originado por su intromisión en los asuntos eclesiásticos. Empezaron cuando trató de obligar a los misioneros que iban a China y Japón a salir inmediatamente a sus destinos, sin esperar las instrucciones pontificias, como quería el obispo. Mucho peor fue el asunto de un oficial español que mató a su amante y se refugió en un templo. Corcuera ordenó capturarlo y luego, cuando el arzobispo le pidió su devolución, ordenó ahorcarlo en el patio de la iglesia. El obispo replicó con censuras eclesiásticas a los responsables y Corchera protestó por ello. El asunto se solucionó cuando el gobernador reconoció su culpabilidad por haber violado la inmunidad eclesiástica. Poco después resucitaron los enfrentamientos, cuando el arzobispo Guerra impuso censuras a los jesuitas por ciertas actividades religiosas emprendidas sin su aprobación. El capitán general volvió a extralimitarse en sus funciones, ordenando el arresto del notario de la Inquisición, e interviniendo en el nombramiento de un párroco para la iglesia de Santa Cruz. Hurtado de Corchera llegó a límites insospechados, como fue arrestar al arzobispo y desterrarlo a la isla de Corregidor, lo que ocasionó que se escandalizara tanto el clero como los feligreses, lo que obligó al capitán general a dejar en libertad a Guerrero.

El 16 de febrero de 1636 firmó Felipe IV la cédula de pacificación de Mindanao, en la que se hacía constar que los musulmanes habían cautivado a 20.000 cristianos en 30 años. Hurtado de Corchera preparó un gran ejército para cumplir con el mandato y pidió al monarca autorización para hacer esclavos a los enemigos vencidos y obligarles a pagar tributo, cosa que las órdenes religiosas consideraron inmoral. El monarca denegó la pretensión del gobernador.

Mientras Hurtado preparaba la gran ofensiva, se produjo un encuentro armado en Punta de las Flechas a finales de 1636. Las tropas españolas fueron dirigidas por el capitán Nicolás González y las musulmanas por el Tagal, hermano del sultán Kudarat de Cotabato. En el combate murieron Tagal y 300 de sus hombres; se capturaron 7 barcos musulmanes y se rescataron 120 cautivos cristianos. La gran ofensiva española empezó el 2 de febrero de 1637, cuando zarparon de Manila Corcuera y sus tropas (760 soldados divididos en siete compañías y otras dos de soldados bisayos y pampangos) a bordo de 11 buques. Desembarcaron en Mindanao y el 14 de marzo de 1637 se lanzó la ofensiva sobre Lamitan, defendida por 2.000 hombres del sultán Kundarat, lo que supuso una gran victoria castellana. Corchera hizo una limpieza de los villorrios enemigos y lanzó otra operación militar contra Ilihan, donde se hirió a Kundarat, que huyó a sus campamentos.

La victoria española permitió cambiar la actitud de algunos régulos frente al avance y penetración del cristianismo, pero Kundarat (por cuya captura se ofrecieron de 2.000 a 4.000 pesos) siguió manteniendo su fuerza como el monarca más importante de la isla. Hurtado de Corchera levantó nuevos efectivos (600 españoles y 1.000 filipinos) y zarpó de Zamboanga el 1 de enero de 1638 para intentar pacificar Joló. Fue una campaña dura y larga, que los españoles estuvieron a punto de perder en varias ocasiones. Terminó a fines de marzo cuando el sultán Bungsú de Joló ofreció negociar las paces. Las aceptó Corchera, pero fue un ardid empleado para coger prisioneros a los musulmanes. Centenares de ellos, entre los que estaba la mujer del Sultán, fueron llevados a Manila y vendidos como esclavos.

Apenas finalizado el conflicto de Joló surgió el alzamiento chino en la provincia de La Laguna en agosto de 1639. Los chinos residentes en dicho lugar se rebelaron para protestar por los abusos de los cobradores de impuestos y por el decreto de prestación personal. El conflicto surgió en Calamba, pero se extendió pronto por toda la provincia. Las tropas españolas, apoyadas por las indígenas, lucharon en diversos lugares, como San Pedro Makati, Taytay, Antipolo y Biñan. Todo terminó en 1640 con un enorme balance de muertos y prisioneros (unos siete mil).

Durante el mandato de Hurtado de Corchera se pidió a la Corona que el Colegio de Santo Tomás pudiera erigirse en Universidad, lo que fue aceptado. También se solucionó el conflicto que estaba paralizando del comercio de Filipinas con México, consecuencia de la presión de los comerciantes sevillanos que en 1635 habían logrado imponer un comisionado que vigilase el contrabando realizado por los buques que zarpaban de Manila a Acapulco. Ante la parálisis comercial y las protestas de los comerciantes filipinos, la Corona dio una cédula (30 de septiembre de 1638) que determinaba que sólo se inspeccionaría las mercancías embarcadas en los galeones cuando hubiera precedido una denuncia expresa de fraude.

En agosto de 1644 llegó a Manila el nuevo gobernador Diego Fajardo Chacón y se inició el juicio de residencia de Hurtado de Corchera, que duró cinco años. El Consejo de Indias le absolvió de cargos y le premio con el gobierno de las islas Canarias.

Bibliografía

  • ARTIGAS Y CUERVA, M. Historia de Filipinas. Manila, 1916.

  • BORJA, L. y CRUZ, C. The Philippines. Madrid, 1897.

  • MOLINA, A. M. Historia de Filipinas. Madrid, Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1984.

  • PASTELLS, S. J. P. Historia general de las islas Filipinas. Barcelona, 1925.

MLS

Autor

  • 0302 MLS ;