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HistoriaBiografía

Hrozný, Bedrich (1879-1952).

Arqueólogo y lingüista checo nacido el 8 de mayo de 1879 en Lysa nad Labem (Bohemia) y muerto en Praga el 12 de diciembre de 1952. Ha pasado a la historia desde su especialidad, la historia de los estudios orientalistas, por ser quien descifró la escritura cuneiforme hitita.

Realizó los estudios primarios en escuelas de Praga y Kolín. Posteriormente estudió Filología semítica y oriental en las universidades de Praga y Viena, aunque fue en la austríaca donde obtuvo el título de doctor en 1901. Posteriormente amplió sus estudios en Berlín y Londres. Tras acabar sus estudios, en 1902 se estableció en Viena definitivamente, donde comenzó a trabajar como bibliotecario de la Universidad de la ciudad. Dos años mas tarde fue nombrado en la misma institución profesor asociado a tiempo parcial. En 1905 obtuvo la cátedra de lenguas semíticas de la Universidad de Viena, puesto que ocupó hasta 1919. Alcanzó fama en la comunidad internacional de orientalistas gracias a sus numerosas publicaciones sobre asiriología, lenguas semíticas, orientalismo y a sus colaboraciones en las revistas más importantes de dicha especialidad. Participó en más de veinte excavaciones en Asia Menor, Palestina y Siria dirigidas por el profesor Sellin, de la Universidad de Viena. Entre los numerosos yacimientos en los que trabajó pueden destacarse los de Kültepe, Tell Taaanek y Tell Rifa. Durante estas expediciones centró su atención en las tablillas de arcilla grabadas en escritura cuneiforme, especialmente sobre las de los archivos reales de Bogazköy, que habían sido descubiertos en 1906.

Gracias a sus profundos conocimientos en asiriología y en la historia hitita consiguió demostrar, en 1915, que la lengua hitita pertenecía al grupo de lenguas indoeuropeas, y era una lengua cercana a los grupos iránicos, itálicos, celtas y eslavos. Para mantener dicha afirmación partió de la posición sugerida en 1902 por el asiriologo Knudtzen. Todo comenzó en 1914, cuando fue destinado a Estambul, donde se hallaban depositadas la mayor parte de las tablillas de Bogazköy, escritas en lengua hitita. En una de estas tablillas fijó su atención en una palabra, que con el tiempo llegaría a ser famosa en la historia de la filología; se trataba de la palabra babilónica ninda, que significaba 'pan'. La frase que contenía dicha palabra en la tablilla escrita en signos cuneiformes, los cuales podían ser leídos aun cuando no fuesen entendidos, era nu ninda-an ezzateni watar-ma ekuteni. Esta frase, leída cientos de veces por Hrozny, hizo que el lingüista checo viera aumentadas sus sospechas de que el hitita era una lengua de origen indoeuropeo.

Así por ejemplo, el sufijo -an parecía significar en otros contextos el caso acusativo, como ocurría con el sufijo -n en griego, que también lo es una lengua indoeuropea. Como ninda, el equivalente de 'pan', significa un objeto, lógicamente algo había que hacer con este objeto y se preguntó: "¿qué hacemos normalmente con el pan? Muy sencillo, lo comemos." Buscando alguna palabra indoeuropea que significase la acción de comer, Hrozny recordó que en inglés se dice eat, en griego edein, en latín edere y en alemán medieval ezzan, por lo que ezzanteni parecía también tener significado. Anteriormente, ya había llegado a la conclusión de que teni era una terminación verbal, lo cual se ajustaba perfectamente en este caso. Partiendo de frases anteriormente estudiadas, había notado que la palabra nu y el sufijo -ma guardaban alguna relación entre sí, igual que existe una relación entre "aquí" y "allí" o bien entre "ahora" y "luego". La frase estaba casi completa: "ahora pan... comer... luego". Aquí entró en juego la intuición de Hrozny para saber lo que acompaña al pan y las palabras que lo describen en las lenguas indoeuropeas. La palabra que él andaba buscando se hallaba ante él: en hitita watar, en alemán wasser y en inglés water. "Ahora comes el pan, luego bebes el agua." Por fin, el primer texto cuneiforme hitita había sido descifrado.

Sus planteamientos fueron duramente atacados por algunos eruditos, pero sus estudios posteriores le permitieron demostrar la veracidad de sus afirmaciones. Publicó en 1917 un resumen de sus principales investigaciones en su obra más importante, el libro titulado Die Sprache der Hethiter (La Lengua de los Hititas), en el que descifró el lenguaje de los hititas y que a su vez supuso el nacimiento de una nueva rama de la historia, la hititología. El desciframiento de este lenguaje permitió descubrir gran parte de la historia del Próximo Oriente. Amplió su análisis de la lengua de los hititas en Inscripciones cuneiformes hititas de Bogazköy, obra que vio la luz en 1919, y en la que aparecieron traducidos numerosos documentos hititas, entre los que destacaba el código legal. Ese mismo año se trasladó a Praga, donde obtuvo una plaza de Profesor en la Universidad Carlos de Praga. En dicha institución fue el creador del Departamento de Estudios Cuneiformes e Historia del Antiguo Oriente, de la que fue nombrado director, y que posteriormente cambio su nombre por el de Instituto de Estudios del Antiguo Oriente, y que dirigió hasta su muerte en 1952.

Regresó en 1924 y 1925 a Siria y Turquía, donde recuperó su actividad arqueológica. Fue nombrado el director de la expedición arqueológica checoslovaca a Kültepe. Hrozný descubrió el archivo de Kültepe, donde encontró mas de 1.000 tablillas escritas en cuneiforme asirio. Posteriormente, dirigió los trabajos de excavación de la ciudad comercial del II milenio a.C. de Kanesh, permitiendo sus trabajos reconstruir la vida diaria de los comerciantes capadocios de la ciudad. Entre 1932 y 1934 trabajó sobre el desciframiento de la escritura jeroglífica hitita, publicando la primera gramática en esta lengua. Consiguió demostrar que este tipo de escritura también pertenecía a un idioma indoeuropeo, aunque difería considerablemente de la forma cuneiforme del lenguaje hitita.

En 1929 fundó el Instituto de Estudios Orientales de la Academia de las Ciencias. También fue el primer editor de la Revista del Archivo Orientalista. Los últimos años de su vida los dedicó a solucionar más problemas del desciframiento del cuneiforme, lo que constituyó, sin duda, el gran estímulo de su labor académica y profesional.

JLGC

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  • 0107 JLGC