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CineBiografía

Hopkins, Anthony (1937-VVVV)

Actor y director de cine británico, nacido el 31 de diciembre de 1937 en Port Talbot (Gales del Sur).

Pese a su dilatada trayectoria profesional en cine, teatro y televisión, Anthony Hopkins alcanzó finalmente un merecido prestigio internacional a partir de comienzos de la década de los noventa. Sus magistrales actuaciones, encarnando personajes casi siempre secundarios, le reportaron hasta entonces los elogios de un pequeño sector de la crítica, aunque para el público era poco menos que un desconocido cuyo nombre iba, en todo caso, unido a numerosos escándalos públicos que nada tenían que ver con su actividad cinematográfica. En ese sentido, tanto El silencio de los corderos como Regreso a Howards End le catapultaron definitivamente a la fama, sacándole de esa especie de purgatorio por el que vagó durante mucho tiempo.

Hopkins, que siempre tuvo como referencia mítica a su paisano Richard Burton, nació en el seno de una humilde familia de panaderos. El ambiente de pobreza que le rodeó, así como los problemas de la mayoría de sus vecinos con el alcohol y la delincuencia, marcaron su infancia hasta el extremo de convertirle en un pésimo estudiante expulsado de diversos colegios. Tras graduarse como bachiller con enormes dificultades, y aunque su auténtica vocación era convertirse en pianista, ingresó en la prestigiosa Royal Academic of Dramatic Art de Londres y más tarde en el Cardiff College of Drama, donde coincidió en las aulas con futuros actores de prestigio como Albert Finney, Derek Jacobi o Michael Gambon. Su intervención como aficionado en varias obras teatrales empezó a modelar un entusiasmo por los escenarios parejo al que sentía, cada vez más, por el mundo sofisticado que le rodeaba. De ahí que ya antes de debutar en el cine con The White Bus (1937), a la edad de treinta años, manifestase problemas agudos con la bebida que a finales de los ochenta acabaron conduciéndole a un tratamiento de desintoxicación y a su posterior ingreso en Alcohólicos Anónimos.

Pese a esta circunstancia, Hopkins logró sumarse a los rescoldos del Free Cinema británico de la mano de varios de sus más conocidos integrantes como los realizadores Lindsay Anderson o Tony Richardson. No obstante, su encuentro con el actor y director Richard Attenborough en 1971, gracias a El joven Winston, le ofreció un padrinazgo de lujo que más tarde daría como resultados descollantes títulos como Magic, Chaplin o, sobre todo, Tierras de penumbra. Su camaleónica capacidad para imitar a conocidos personajes históricos (desde David Lloyd George a Richard Nixon, pasando por Adolf Hitler, C. S. Lewis, Isaac Rabin o Pablo Picasso) le reportó por otra parte una fama de actor dúctil, capaz de hacer creíble cualquier papel que pudiera presentársele.

Así las cosas, en los comienzos de su carrera incorporó a su perfil actoral tanto a líderes políticos como a humildes mayordomos, pasando por una curiosa galería de asesinos psicópatas, caso del amenazante extraño de Las dos vidas de Audrey Rose (1977) o el ventrílocuo demente de Magic (1978). Con todo, ese tramo inicial de su trayectoria estaría sobre todo volcado en los escenarios, ya que desde 1966 a 1973 formó parte del National Theatre, uno de los más importantes de Gran Bretaña, antes de dar el salto a Broadway con el polémico musical “Equus”.

Después de casi tres lustros como intérprete, el primer éxito de su carrera cinematográfica se lo proporcionó David Lynch con El hombre elefante (1980), una de las obras cumbres del horror gótico en la que Anthony Hopkins supo dar sobria réplica a los excesos gestuales de John Hurt. Esa capacidad para otorgar a sus personajes una mezcla de contención expresiva y al mismo tiempo de trasfondo poco moral le acompañaron a partir de entonces como una marca de estilo y desembocaron en su popular Hannibal Lecter de El silencio de los corderos (1991), film por que el que obtuvo un Oscar. Precisamente este papel de un peligroso asesino en serie, de mirada penetrante y turbia manera de hablar, abrió la época de esplendor para Hopkins.

El díptico formado por Regreso a Howards End (1992) y Lo que queda del día (1993), ambos títulos dirigidos por el academicista James Ivory y coprotagonizados por la magnífica Emma Thompson, le situaron por su parte en el ámbito de la respetabilidad interpretativa. La economía de gestos y la interiorización de los sentimientos mostrados en estas películas resultaron fundamentales para situarle como uno de los intérpretes más prestigiosos y aclamados internacionalmente. Una línea de trabajo que alcanzó su punto estelar con el melodrama Tierras de penumbra (1993), dirigido por su amigo Attenborough, y con la romántica Leyendas de pasión (1994), donde Hopkins supo imponer su calidad actoral frente a una serie de jóvenes emergentes como Brad Pitt y Julia Ormond.

Sin embargo, la vena histriónica de la que tanto uso había hecho con anterioridad volvió a salir de manera notable en su interpretación de Abraham Van Helsing en Drácula (1992), de Francis Ford Coppola y, especialmente, en su cómica encarnación del creador de los cereales para desayuno John Harvey Kellog en El balneario de Battle Creek (1994). Sus interpretaciones de Nixon (1995) para el siempre polémico Oliver Stone y del pintor malagueño Pablo Picasso en Sobrevivir a Picasso (1996), realizada por Ivory, pusieron la guinda a esta segunda faceta de Anthony Hopkins, tan admirada por los espectadores jóvenes.

A mediados de la década de los noventa su carrera pareció detenerse en buena medida, tanto por erradas elecciones de algunas películas como por el aluvión de honores oficiales recibidos y que tuvieron en su nombramiento como sir de la Corona Británica el punto culminante. Así, en títulos como La máscara del Zorro, protagonizada junto a Antonio Banderas, o ¿Conoces a Joe Black?, donde volvió a coincidir con un Brad Pitt en plena cresta de la ola, Anthony Hopkins se limitó apenas a poner su presencia ante las cámaras sin implicarse demasiado en los proyectos.

Intérprete meticuloso y capaz de sacarle el máximo partido a sus personajes sin convertirlos por ello en una segunda piel que le acompaña fuera del rodaje, pareció vivir cierta situación de hartazgo ante fracasos como Instinto y su encasillamiento como actor en papeles que repiten antiguos éxitos. Así, tras la superproducción épica Titus y una secuela de El silencio de los corderos (Hannibal) para despedir el siglo XX, anunció su retirada profesional por agotamiento y tedio. Dejaba tras de sí un pasado de éxitos incontestables, profundas depresiones personales y esporádicas incursiones tras las cámaras como director de la seudobiográfica Dylan Thomas: Return Journey y el drama de época August. Por fortuna para sus muchos seguidores, Hopkins no cumplió su deseo de abandonar la interpretación y en 2002 aceptó el guión de Red Dragon, una película que recrea los primeros pasos de Hannibal Lecter, el personaje irremediablemente unido a la carrera profesional del actor.

En 2003 protagonizó, junto a Nicole Kidman, el thriller La mancha humana, mientras que en 2004 apareció en la epopeya Alexander, que recrea la vida de Alejandro Magno, en el papel de Ptolomeo I. En 2005, por su parte, protagonizó junto a Gwyneth Paltrow Proof, y recibió el premio Cecil B. DeMille a toda una carrera, otorgado por la Asociación de la Prensa Extranjera de Estados Unidos durante la gala de entrega de los premios Globo de Oro.

En mayo de 2006 presentó Burt Munro, un sueño, una leyenda, largometraje que es en parte un remake de un filme de la década de los setenta que también protagonizó Hopkins y en el que daba vida a Donald Campbell, un loco del automovilismo que se mató intentando batir el récord de velocidad sobre agua, aunque en este caso el "biopic" se centre en la figura de Burt Munro, otro apasionado de la velocidad que intentó la misma locura, pero esta vez en motocicleta.

Filmografía

Como actor

1960: Espartaco.
1967: The White Bus.
1968: El león en invierno.
1969: El espejo de los espías; Hamlet.
1971: El joven Winston; Las ocho campanadas; La casa de terciopelo.
1972: Casa de muñecas.
1974: La chica de Petrovka; El enigma se llama Juggernaut; All Creatures Great and Small.
1977: Las dos vidas de Audrey Rose; Un puente lejano.
1978: Magic; Doble triunfo; International Velvet.
1980: Sólo para adultos; El hombre elefante; A Change of Seasons.
1984: Motín a bordo.
1986: La carta final; The Good Father.
1988: The Dawning.
1989: A Chorus of Disapproval.
1990: Treinta y siete horas desesperadas.
1991: El silencio de los corderos; Regreso a Howards End; Sin identidad.
1992: Drácula; Chaplin; El proceso de Kafka; Spotswood.
1993: Tierras de penumbra; Lo que queda del día; El inocente; The Trial; Earth and the American Dream.
1994: Leyendas de pasión; El balneario de Battle Creek.
1995: Nixon; August.
1996: Sobrevivir a Picasso.
1997: Amistad; El desafío.
1998: La máscara del Zorro; ¿Conoces a Joe Black?
1999: Instinto; Siegfried & Roy; The Magic Voice.
2000: Misión Imposible II; Titus; How the Grinch Stole Christmas.
2001: Hannibal.
2002: Red Dragon.
2003: La mancha humana.
2004: Alexander.
2005: Proof.
2006: Burt Munro, un sueño, una leyenda; Bobby; Todos los hombres del rey.
2007: Slipstream; Crimen Perfecto; Beowulf.
2008: City of Your Final Destiantion.
2010: El hombre lobo; Conocerás al hombre de tus sueños.
2011: Thor; El rito.

Como director

1990: Dylan Thomas: Return Journey.
1995: August.

Autor

  • Isabel Sánchez Calvo