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LiteraturaBiografía

Herreros de Bonet, María Manuela de los (1845-1911).

Poetisa, ensayista y dramaturga española, nacida en Palma de Mallorca el 10 de junio de 1845, y fallecida en su ciudad natal el 27 de abril de 1911. Fue una de las figuras más destacadas de la sociedad y la cultura mallorquinas de la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años de la centuria siguiente, hasta el punto de que, uno meses después de su desaparición, el Ayuntamiento de Palma de Mallorca la nombró "Hija Ilustre" de la ciudad, con lo que pasó a ser la primera figura femenina en quien recaía dicho honor.

En su partida de bautismo se recoge que vino al mundo hacia las diez y media de la mañana, y que en el transcurso del mismo día de su nacimiento fue cristianada en la Parroquia de Santa Creu. El hecho de haber nacido en el seno de una de las familias más poderosas e influyentes del archipiélago balear le permitió tener un rápido acceso a la educación y desarrollar desde muy pronto su innata vocación literaria. En efecto, era hija de don Francisco Manuel de los Herreros y Schwager, miembro de una destacada familia riojana, catedrático y director del Instituto Balear, y administrador de los bienes que el archiduque Luis Salvador de Hausburgo poseía en Mallorca, en el entorno de Valldemossa (tras el fallecimiento de don Francisco Manuel, acaecido en 1903, la propia escritora asumió estas labores de administración). Su madre, la mallorquina doña Magdalena Sorà, pertenecía a su vez a una de las principales familias de la isla, los Sorà i Eiol.

Comoquiera que muy pronto comenzó a destacar por sus dotes artísticas y sus preocupaciones humanísticas, la niña María Manuela de los Herreros contó con una serie de educadores que la instruyeron en la lectura (se aficionó, sobre todo, a la poesía), en el dibujo y en la pintura, sin descuidar el aprendizaje de idiomas. Así, cuando era una adolescente no sólo había dado ya a conocer sus versos primerizos, sino que dominaba a la perfección las lenguas inglesa, francesa, italiana y alemana. Convertida, pues, en una de las figuras más destacadas del panorama intelectual mallorquín, comenzó a frecuentar los círculos literarios y a enviar sus colaboraciones poéticas a diferentes medios de comunicación, al tiempo que tomaba parte activa en algunas de esas obras colectivas que tanto auge y difusión alcanzaron durante la segunda mitad del siglo XIX. Así, v. gr., publicó sus escritos en las tituladas Corona poética dedicada a S.M. la Reina doña Isabel II (q. D. g.) al inaugurarse el monumento que las Islas Baleares erigen en la Capital de la Provincia para perpetuar el grato recuerdo de la visita con que en 1860 se dignaron honrarla S.S.M.M. (Palma de Mallorca: Imprenta de P. J. Gelabert, 1863), Corona poética dedicada a la beata Catalina Tomás en el Tercer Centenario de su muerte (Palma: Imprenta de P. J. Gelabert, 1874), Homenaje al Beato Raimundo Lull en el sexto centenario de la fundación del colegio de Miramar (1877), y Corona d'amor que dedican a la Verge del Puig els poetas mallorquins (1878).

Respecto a los periódicos y revistas en los que vieron la luz algunos de sus escritos literarios, resulta obligado mencionar El isleño, El Diario de Palma, Revista Balear de Literatura, Ciencias y Artes, Museo Balear, La Roqueta (Ilustració Mallorquina), Gazeta de Mallorca, Ca-Nostra, Almanaque de las Islas Baleares, La Tortuga, Mallorca Dominical, La Dulzaina, El Sarracossano y El Áncora, todos ellos de la isla de Mallorca; y Lo Gay Saber y La Ilustració Catalana, de Barcelona.

Si se exceptúa esta constante presencia en los medios de comunicación de su ámbito geo-cultural, María Manuela de los Herreros no fue una poetisa característica de las de su época, ya que no se sirvió de las vías más usuales para la difusión de su obra. Sorprende, en este sentido, que nunca concurriera a un certamen literario ni a unos juegos florales -cuando era práctica habitual en todos los creadores decimonónicos-, y aún más que no reuniera en uno o varios poemarios toda la producción lírica que iba dejando dispersa en periódicos y revistas o en tertulias, recitales, veladas, homenajes y demás saraos literarios. Porque, eso sí, frecuentó con asiduidad las reuniones culturales promovidas por la alta clase social a la que pertenecía, tanto las lecturas públicas de versos celebradas en diferentes casinos de mallorquines como las tertulias literarias que su tío Juan Socías congregaba en torno a sí, en su propia casa. El resto del tiempo que dedicaba a su vida social lo empleaba en las Asociaciones y Juntas de Beneficencia a las que, por su posición social, estaba forzada a pertenecer.

Respecto a su vida privada, se sabe que en 1879, a una edad considerablemente avanzada para los usos y costumbres de la época (tenía treinta y cuatro años), María Manuela de los Herreros contrajo matrimonio con el abogado Enric Bonet i Ferrer, con quien llegó a tener hasta catorce hijos (aunque algunos de ellos murieron al poco de haber nacido). A pesar de lo dilatado de la prole, su matrimonio sólo duró veinte años, ya que su esposo falleció el 10 de noviembre de 1899.

El conjunto de la producción lírica de María Manuela de los Herreros de Bonet puede enmarcarse dentro de ese romanticismo tardío que floreció en todos los ámbitos peninsulares desde mediados del siglo XIX hasta finales de dicha centuria (y que, en algunos casos, se prolonga hasta los primeros lustros del siglo XX). Sin embargo, su obra se aparta de la corriente romántica tradicional para enriquecerse con una serie de notas y pinceladas de innegable colorido local, que la convierten en una especie de fresco costumbrista de la vida familiar en las islas y los usos lingüísticos de su lugar de origen. A esta riqueza local contribuye también el gusto de la poetisa por la acumulación de impresiones paisajísticas, así como el empleo de los moldes estróficos tradicionalmente usados por los glosadores -poetas populares- del archipiélago, formas métricas que María Manuela de los Herreros enriqueció con la introducción de cambios de rima. Sólo una pequeña parte de su obra poética se aleja de esta especie de costumbrismo lírico, para centrarse de lleno en los tópicos de la temática romántica: son los poemas dedicados a la grandeza sobrecogedora del mar, a la exaltación de la amistad íntima, etc.

Entre sus poemas más conocidos, puede citarse el incluido en la mencionada Corona poética dedicada [...] a Isabel II [...], que lleva por título "En celebridad de la inauguración del monumento erigido a S.M. la Reina Isabel por las Islas Baleares" ("Bendecid, Baleares, el día"), y los impresos en Poetes balears. Setgle XIX "Lo só d'un infant" ("Dins un bres de jonchs texit...") y "Recorts" ("Hermosa primavera").

Además de esta obra en verso, la escritora mallorquina fue autora de una serie de textos en prosa que también pueden incluirse dentro de su faceta costumbrista, pues ofrecen un amplio y ameno repaso -desde la perspectiva de la ironía- de las diferentes clases sociales de la isla y de los distintos tipos que la componen.

Pero este repaso por la producción literaria de María Manuela de los Herreros no quedaría completo sin la obligada referencia a una curiosa obra teatral que -por lo que se sabe en nuestros días- constituye la única incursión de la autora en el género dramático. Se trata de la obra titulada Un día de matansas, un juguete escrito en verso y compuesto de un solo acto, en el que la autora utiliza las lenguas castellana y mallorquina para diferenciar el origen y la posición social de sus personajes. Este recurso lingüístico -que, en realidad, respondía a los usos sociales de la Mallorca de la época, acomodada un bilingüismo pacífico y enriquecedor-, permite a María Manuela de los Herreros acuñar ciertos juegos de palabras de muy efectiva comicidad. Por lo demás, Un día de matansas es una pieza destinada a ser representada en el Teatro Social Infantil (donde fue llevada a las tablas el 25 de diciembre de 1866), por lo que muestra una aparente sencillez argumental que, en el fondo, oculta varios aspectos de indudable interés. Uno de ellos estriba en su ya comentado bilingüismo, y otro de no menos relieve radica en el planteamiento valiente y moderno con que la autora afronta el problema de la educación femenina, con una serie de referencias autobiográficas que recuerdan la instrucción esmerada y progresista que recibió de joven la dramaturga.

Un día de matansas permaneció inédita hasta 1978, año en el que vio la luz una recopilación de la obra literaria dispersa de María Manuela de los Herreros. Hasta entonces, la obrita se había conservado en dos manuscritos privados, regalados por la autora a sus amistades, en los que la dramaturga había dejado sendas indicaciones, escritas de su puño y letra, que prohibían explícitamente hacer copias de su texto.

Bibliografía.

  • HERREROS, María Manuela de los. Obra literaria dispersa (Palma de Mallorca: Caja de Ahorros de las Baleares, 1978). Introducción de Guillem Cabrer; investigación y notas bibliográficas de Llorenç Pérez.

  • HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.). Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994). (Madrid: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1996).

  • RIERA, Carme. "Entre tinieblas: escritoras románticas de las Baleares", en AA VV: Escritoras románticas españolas (Madrid: Fundación Banco Exterior, 1990).

  • SIMÓN PALMER, Carmen. Escritoras españolas del siglo XIX. Manual biobibliográfico (Madrid: Castalia, 1991).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • JR.