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Hernández Jaque, Juvenal (1899-1979).

Abogado chileno, nacido en El Carmen, cerca de Yungay, el 6 de septiembre de 1899 y fallecido el 24 de abril de 1979. Una de las figuras más influyentes de su época, fue rector de la Universidad de Chile durante veinte años y realizó una ingente labor académica, investigadora y de gestión.

Juvenal Hernández nació en el seno de una familia humilde ya que su padre era maestro rural; estudió Humanidades en el Liceo de Concepción obteniendo excelentes resultados académicos. Allí conoció a la persona que más habría de influir en su formación y pensamiento: el pedagogo y filósofo Enrique Molina Garmendia, su maestro y tutor.

Después de aprobar los primeros cursos de la licenciatura de Derecho abandonó Concepción para trasladarse a Santiago con el fin de proseguir la carrera de Leyes en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, donde se tituló de abogado en 1924 con un trabajo titulado "La expropiación por Causa de Utilidad Pública". En el transcurso de los años de carrera, Juvenal Hernández combinó sus estudios con el trabajo de profesor en la Universidad Popular Valentín Letelie y adquirió experiencia práctica con los casos que atendía en su puesto de juez de la Policía Local de Providencia.

Juvenal Hernández fue recomendado por su protector Enrique Molina Garmendia al futuro presidente de Chile, Juan Esteban Montero (1931-1932), en cuyo prestigioso bufete comenzó a trabajar encargado de transcribir escritos legales. Trabajó de ayudante en la cátedra de Derecho Romano de la Universidad de Chile que ocupaba Montero, donde en abril de 1925, con sólo 26 años, Juvenal Hernández ganó la plaza de profesor titular de esta especialidad jurídica.

De manera vertiginosa, Hernández Jaque ascendió en la administración académica al ser elegido decano de la Facultad de Derecho en 1930, en un momento en el que Chile pasaba por una etapa política convulsa, lo que se hacía extensivo al recinto universitario. En julio de 1931, después de que fuera aprobada la Ley del Estatuto Orgánico de la Universidad de Chile que vino a restablecer la normalidad después de una interrupción institucional y a fijar los mecanismos para modernizar la enseñanza superior, el presidente Carlos Ibáñez del Campo -en el poder desde 1927- se encontraba en una situación desesperada. Como medida urgente fue designado un “gabinete de salvación nacional” con Juan Esteban Montero en la cartera de Interior, cuya acción más importante fue levantar las restricciones a la prensa. El acceso a la información provocó que la gente se lanzara a las calles y los estudiantes de la Universidad de Chile y de la Universidad Católica se declararan en huelga, con el apoyo de numerosas asociaciones civiles. Al derrocamiento del general Ibáñez sucedió el mandato de Juan Esteban Montero, vencedor de las elecciones de octubre de 1931 con un 64% de votos, que hubo de enfrentar diatribas entre los partidarios de Arturo Alessandri, presidente en la década de 1920, y nostálgicos ibañistas.

El breve experimento de la República Socialista de Chile propugnada por militares rebeldes con Marmaduque Grove a la cabeza, coincidió con el nombramiento de Juvenal Hernández como director interino de la Universidad de Chile en su condición de decano más antiguo. La llegada a la presidencia, por segunda vez, de Arturo Alessandri en diciembre de 1932, antecedió por muy poco a la elección de Juvenal Hernández como rector de la Universidad de Chile por el claustro universitario de 1933, el cargo que más prestigio y respeto le confirió y en el que desarrolló una extensa y fructífera carrera de veinte años al ser reelegido en tres ocasiones.

Las acciones de la rectoría de Juvenal Hernández se fundamentaron en la idea de Valentín Letelier de forjar una educación nacional sobre la base de la filosofía democrática y hacer de la Universidad un centro irradiador de cultura y un espacio de encuentro y debate plenamente insertado en la sociedad de su tiempo. En la práctica, la gestión de Hernández se inició recobrando la estabilidad perdida con Ibáñez, logrando la plena aplicación del Estatuto de 1931, aumentando la autonomía e iniciando proyectos encaminados al desarrollo de la docencia y la investigación. Además de planear el establecimiento de una ciudad universitaria, se crearon facultades como las de Economía, Arquitectura, Odontología, Química y Medicina Veterinaria, institutos de Biología, Fisiología, Nutrición y Biología Marina y escuelas de Derecho y Agronomía, centros todos que dispusieron de recursos para la investigación. La rectoría de Hernández fue también motor de iniciativas de mejora social, como las ayudas al deporte y el apoyo económico y médico en favor del bienestar estudiantil, o de orden intelectual, como la reorganización de la Biblioteca Central, además de otras ambiciosas actuaciones encaminadas a ampliar la labor de la Universidad a través de la creación de la Editorial Universitaria (1948) y del Instituto de Extensión Musical, generador del Ballet, el Coro Universitario y el Teatro Experimental.

Modelo de otras universidades del continente, Hernández Juvenal introdujo la vocación internacional en el espíritu universitario ofertando a estudiantes del resto de América Latina la posibilidad de formarse en las denominadas "escuelas de temporada". Asimismo, fundó la Comisión de Cooperación Intelectual, origen de los institutos binacionales de cultura y en 1942 presidió la celebración del centenario de la Universidad, aprovechada para organizar eventos científicos y culturales.

Hacia el fin de su cargo en la rectoría, Juvenal Hernández era consciente del aumento del número de estudiantes en Chile y de la progresiva hipertrofia de la institución que presidía: de 7.800 alumnos en 1940 se había pasado a 19.000 en la década siguiente y, aunque se había producido también un incremento en la cantidad de centros universitarios, todavía en 1950 el 75% de la población estudiantil chilena asistía a la Universidad de Chile.

La vocación de compromiso con su tiempo que Juvenal Hernández mostró en su puesto de rector, le llevó a asumir responsabilidades políticas en el seno del Partido Radical chileno en el que militó junto a su amigo y presidente de Chile, Juan Esteban Montero. Así pues, durante la etapa de los gobiernos radicales, desde Pedro Aguirre Cerda a Gabriel González Videla, Juvenal Hernández desempeñó la cartera de Defensa Nacional en tres ocasiones e intervino otras tantas en acontecimientos a nivel internacional como la Conferencia Panamericana de Bogotá, donde se aprobó la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1948; la embajada de Chile en Venezuela, donde realizó una elogiada labor, y la Asamblea General de la Unesco, en su puesto de miembro del Consejo Ejecutivo.

Bibliografía

  • COLLIER, Simon y SATER, William F. Historia de Chile 1808-1994. Cambridge University Press, 1998.

  • SERRANO, Sol. Universidad y nación. Chile en el siglo XIX. 1994.

  • MELLAFE, Rolando; REBOLLEDO, Antonia y CÁRDENAS, Mario. Historia de la Universidad de Chile. 1992.

MDGN

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  • 0109 MDGN